El Partido Comunista Chino es el partido marxista más antiguo que esté gobernado en todo el mundo. Está por cumplir 100 años.
Mao entre sus aciertos fue el comprender la composición de clase del país. Decir China en 1949 era decir millones de campesinos. Un país de amplia mayoría campesina. Necesariamente había que adaptar el marxismo a esa realidad.
La cuestión agraria fue fundamental desde los inicios de la revolución. Mao la definió como anti-imperialista y anti-feudal que caminaba hacia el socialismo, como la primera fase de un largo camino rumbo al socialismo.
El campesinado chino tiene características propias, que tiene que ver con una herencia cultural, donde las carencias materiales llevaban necesariamente a una vida aldeana colectiva o comunitaria, donde se compartían hasta los cumpleaños.
Mientras en Europa la tierra era un bien comerciable, en China la tierra agrícola no es un bien comerciable. La revolución dirigida por el Partido Comunista; nacionalizó la tierra y no se levantó ningún campesino. ¿Por qué?
Ayer los teóricos de la Segunda Internacional pensaban, que la pequeña propiedad campesina no tenía futuro. La vida demostró por lo menos en China, que estaban muy equivocados.
Mao- dirigente principal y luego prócer de la patria china- durante la guerra civil fortaleció la relación del PCCH con los campesinos pobres y sin tierra –que eran la inmensa mayoría-; mantuvo relaciones amistosas con los campesinos medios y aisló a los ricos. El éxito de esta política preparó el terreno para que la gran mayoría de los campesinos entendieran que la solución a sus problemas no pasaba por la propiedad privada de la tierra. Se podrá decir cualquiera cosa de Mao, pero no copió ni siquiera, en eso, lo que luego hizo la NEP de Lenin a comienzos de la década del 20 del siglo pasado. En Rusia Lenin le dio en propiedad la tierra que reclamaban los campesinos. Eran otros campesinos.
En China no hubo rebeliones de campesinos contra el nuevo poder político. China no siguió la vía capitalista, porque el camino capitalista se basa en la transformación de la tierra en una mercancía.
Hay otra confusión que tienen muchos opinólogos sobre China: ¡No es lo mismo pequeña producción y pequeña propiedad! El uso de la tierra en las aldeas chinas es muy variado.
En los países capitalistas desarrollados como EE.UU. y Japón la pequeña propiedad burguesa en el campo viene retrocediendo ante el avance de la dominación de los monopolios especulativos.
En cambio, en China de hoy, la pequeña producción – no tiene por qué ser pequeña propiedad- mantiene un lugar importante en la producción nacional.
Esto se da en la agricultura y otras actividades en las ciudades.
China probó de todo. En los años 50 predominaba la pequeña producción familiar unida con formas simples de cooperación para el riego y uso comunitario de equipos. Esto estaba insertado en una economía estatal que tenía el monopolio de las compras.
En la década de setenta se crean cooperativas de producción. No se pasa de la pequeña producción a las grandes explotaciones. Lo esencial de este camino era construir el socialismo en forma descentralizada en los municipios – hay que tener en cuenta las dimensiones y proporciones chinas-, como una especie de federación de comunas socialistas.
¿Fracasaron las comunas?
Algunos dicen que sí. Pero hay que tener en cuenta que se le superponían otras tareas productivas que no se correspondían, con el escaso desarrollo de las fuerzas productivas en general. Aún hoy hay experiencias comunales que siguen. Siguieron las que probaron estar a la altura del desafío. China es un país inmenso, para sacar generalidades al voleó. El PCCH aprendió la lección y corrigió.
Aclaro al pasar, que el tratar de encontrar varias soluciones para un mismo problema es parte del ADN chino. Deng Xiaoping es la mejor expresión de esto. Análisis de la realidad concreta y soluciones. Así de simple funciona. Por lo menos paro los chinos.
Con Deng hubo una vuelta a la producción familiar. Esa decisión se consolida en 1980. Se fueron de a poco disolviendo las comunas y fueron sustituidas por la pequeña producción familiar, que ha sido la forma dominante en las últimas cuatro décadas. Y esta muchacha de las cuatro décadas ha sido imparable.
El crecimiento de la producción agrícola es increíble. Un Estado fuerte ha dado todo tipo de apoyos. ¡Todos son todos! Se han ampliado los derechos de los usuarios de la tierra- remarco usuarios- bajo forma comunal o en unidades familiares. Los titulares la pueden incluso alquilar, ¡pero nunca vender! – como decía el reglamento de Tierras de Artigas-, esto permite a los hijos de los pequeños productores emigrar a las ciudades, aquellos que no quieren seguir apegados a la tierra.
Hay propiedades más grandes, que las propiedades familiares mayoritarias, pero nunca llegan a ser del tamaño de los latifundios, que no existen desde la revolución de 1949.
En la China socialista a pesar de las aperturas, los bancos, los emprendimientos estratégicos y la tierra son nacionales. Hay que ver todo el bosque.
Le seguimos.
Por el Prof. Gonzalo Alsina
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