La seccional 25, se instalaba en Camino Maldonado y ¡ Susana Pintos ! ( cosas de la vida, en esa calle había vivido la mártir estudiantil ) y allí se instaló el Minolito en su memoria.
El predio donde comenzó a funcionar la Seccional policial, pertenecía a La Escuela Nacional de Policía.
El Ministerio del Interior con Eduardo Bonomi como Ministro, puso de Comisario a un hombre que venía de hacer un curso en Europa,
basado principalmente en la prevención del delito. Incorporaron, además la experiencia piloto de hacer participar y educar en esa concepción a los estudiantes de » al lado».
Así comenzó en la zona, una experiencia » distinta». Grandes asambleas de vecinos discutiendo la problemática del barrio con un Comisario que venía a escuchar y a debatir con los vecinos y tenía la Comisaría de puertas abiertas.
Las asambleas eran multitudinarias y muy ricas, desde el que venía a denunciar la muerte en un asaltó de un familiar, hasta el o la que traía propuestas para mejorar la relación interbarrial.
Una mañana, pide una reunión con la directiva del Complejo » Juana de América» ( «LA Juana» para los amigos), el sub Comisario, a quién no conocíamos.
Éramos tres compañeros del Complejo y este Señor. Comenzó la reunión y percibimos que » cantaba «distinto al Comisario.
Comenzó a quedarse de su sueldo, a criticar al Ministerio y por elevación al Comisario y su «forma de proceder».
Cuando terminó, le «saltamos a la garganta», para nosotros, los sueldos estaban aumentando y no entendíamos cómo decía que ganaba poco, cuando un policía ganaba más. Su respuesta fué de novela, «tengo la operación del BROU, y cobro 25.000 $ líquidos»
Bueno, la operación es su problema, no del Ministerio.
Y le dijimos que la Mesa y el Complejo veíamos con MUY buenos ojos los cambios operados.
La reunión se puso tensa, el hombre se ponía colorado y transpiraba.
Quiso levantar la vos y una cra. lo paró en seco.
Se fue MUY disgustado, un cro. en algo que no estaba previsto, informó a Susana de lo ocurrido.
Para esa misma noche, el Ministro pidió una reunión, le planteamos con lujo de detalles, todo lo ocurrido.
Tomó nota y nos dijo » esto ayuda para saber con quiénes estamos tratando».
A la semanas, el sub Comisario estaba trasladando de seccional.
Aquella experiencia, era como una luz que alumbraba una nueva forma y el responsable fue el que para nosotros en el Comlejo era «EL Bicho», un vecino que era Ministro, pero hacía llamar a los vecinos para resolver con ellos los problemas.
¿Cuántas historias habrá, que su modestia no dejaba que trascendieron?
Hoy decimos, hasta siempre querido Compañero.
Por Esteban Nuñez
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