Un país más parlamentario y más federal

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Argentina se encuentra en un momento crucial, aunque suene fuerte el término. A partir de las medidas tomadas por el Presidente Javier Milei, léase DNU y proyecto de Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos (simplificado “Bases”), podrían definirse los cursos profundos del devenir nacional.

De su aprobación, por supuesto que con recortes parciales producto de la negociación parlamentaria, dependerá que la vida económica, jurídica e institucional del país pueda adoptar un curso totalmente diferente al que venía rigiendo en los últimos largos años.

Se viven jornadas de gran expectativa por el desenlace parlamentario, en un Congreso que inéditamente, ha trabajado de sol a luna, más que de sol a sol, como hace muchos años que no lo hacía.

La oposición y también aparentes aliados critican con vehemencia el Decreto de Necesidad y Urgencia y el proyecto de Ley Bases, omitiendo el hecho que durante 16 años el Congreso funcionaba como virtual escribanía de los deseos omnímodos del Poder Ejecutivo.

En este marco existe ya una gran diferencia respecto al inmediato pasado: el país se ha tornado más parlamentario, y también más federal, al haber adquirido los gobernadores provinciales un rol mucho más significativo en el trazado de las políticas nacionales.

En este contexto, en los últimos días han ocurrido hechos de gran significación política y/o jurídica o institucional:

La CGT junto con el grueso del peronismo y los movimientos piqueteros llevaron a cabo un paro, en protesta justamente contra los proyectos legislativos en tratamiento, instando a los legisladores, a su rechazo. Paro dispuesto a menos de un mes de asumido el nuevo gobierno y que, al decir de observadores neutrales, distó de ser exitoso, constituyendo esto también un logro en la estrategia presidencial

En simultaneo, la comisión de Diputados que trata justamente el proyecto de Ley “Bases” ha emitido un dictamen aprobatorio, por supuesto con numerosas modificaciones al texto original enviado por el Poder Ejecutivo, el que a pesar de haberse eliminado el capítulo fiscal, ya su emisión significa un logro de magnitud para el Presidente, atento a su inicial debilidad legislativa.

Por otra parte, y como medida ejemplarizadora, el Presidente emprendió un viaje a la reunión de DAVOS, que reúne a lo más granado del capitalismo mundial, con una reducida comitiva, viajando (en clase turista) en avión de línea, y realizando para llegar a su destino una posterior combinación aérea y un trayecto en ferrocarril.

Claro contraste con la exhibición del anterior gobierno por el uso y abuso de la flota de aviones oficiales. (Vale recordar que la ex vicepresidente se hacía traer a su residencia en el sur del país, a miles de kilómetros de la Capital, los diarios porteños).

La Argentina se encuentra en un momento histórico, ante la oportunidad de transformar la estructura organizativa que la ha llevado a una situación en la cual, a pesar de un desaforado gasto público, la mitad de la población vive en la pobreza, a la vez de revalorizar al sector privado como el motor de la movilidad social, más allá de las dádivas estatales paralizantes, y posiblitando la imprescindible inversión, recuperando las virtudes de la meritocracia y del esfuerzo personal.

El Presidente expresó claramente una realidad: que sin reformas profundas, con más de lo mismo, o con leves modificaciones, no habrìa salida.

Y la juventud, de inicio, compró el mensaje que luego fue apoyado por más de la mitad de la población en la última elección, y aún lo sigue haciendo.

En las urnas lo consiguió. Falta ver en la actualidad si ante la evidencia de los profundos cambios que se habrían de producir, sanción de las leyes mediante, esas mayorías continúan con su resiliencia en un marco de profundas carencias y problemas económicos en ese tránsito.

La oportunidad de posibilitar ese cambio, existe.

De fracasar en el intento, seguirá transitándose por el camino que ha llevado al país a los lugares más rezagados del contexto internacional.

Y lo que es aún más grave: para muchos argentinos, esta alternativa se constituye en casi definitiva, obligando a los más jóvenes a un pensamiento cada vez más migratorio, y para los no tan jóvenes, en un resignado trayecto declinante y sin esperanza.

¡Que la posibilidad de la transformación no se vea frustrada!

Por Pablo Broder
Economista, Presidente honorario de la Fundaciòn Grameen Argentina

 

 

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