Sorpresa mayúscula la que ha dado el presidente del BCE, Mario Draghi, este jueves tras la reunión del consejo de gobierno de la autoridad monetaria europea. La entidad ha estrujado aún más los tipos de interés y los ha dejado en el 0%, a la vez que ha anunciado más compras de bonos y una nueva barra de liquidez para la banca. Con esta serie de medidas, que van en consonancia con la conjura del italiano de «hacer todo lo que sea necesario» para defender el euro, el BCE lanza un doble mensaje al mundo. Pues si ha demostrado que no va a dejar que otra nueva recesión le explote en las narices, también ha dejado claro que vienen turbulencias. Abróchense los cinturones.
Con estas medidas, que llevan el QE -el programa de compra de bonos- a su máxima expresión con 80.000 millones de euros más y que dan más facilidades a los bancos para acudir a las barras de liquidez -tales como que el BCE les pagará por prestarles dinero-, la institución se pone la tirita antes de hacerse la herida con la intención de que la tormenta no vuelva a pillarle a la intemperie y de que una vez por todas fluya el crédito en Europa.
El presidente del Banco central Europeo ha sacado todas las armas que tenía disponible: tipos de interés de referencia al o por ciento, más cobro a los bancos que depositen sus fondos en las arcas del BCE y un incremento del 25 por ciento en las compras mensuales de deuda de estados soberanos e incluso para las empresas en la adquisición de títulos. Todo esto para apoyar la recuperación económica de la zona euro. Pero, ¿Qué efectos van a tener en nuestra vida diaria? ¿Cómo va afectar estas nuevas medidas que empiezan el próximo mes? Leer más aquí
Y es que todos recordamos aún lo que ocurrió durante el estallido de la crisis cuando el presidente del BCE de entonces,Jean Claude Trichet, no puso a funcionar la maquinaria a pleno rendimiento cuando su homólogo en la Reserva Federal,Ben Bernanke, hizo una revolución para que EEUU saliera de la crisis lo antes posible.
Para no repetir experiencias, Draghi y su equipo han decidido tirar la casa por la ventana a la vista de las turbulencias que viven los mercados financieros, la brusca caída de los precios del petróleo y con la sombra de la deflación pisándole los talones.
Previsiones a la baja
Como era de esperar tras este arsenal de medidas, el BCE ha rebajado las previsiones de crecimiento de la Eurozona. Para este año, estima que la economía europea crecerá un 1,4% frente al 1,7% anterior, mientras que para 2017 las reduce del 1,9% al 1,7%.
Además, Draghi ha lanzado un mensaje a los países europeos encomiándoles a terminar el proceso de reformar estructurales en ciernes -mensaje claro para España que sigue sin gobierno- para hacer frente a posibles eventualidades económicas, pues si estos no hacen sus deberes, las medidas del BCE no van a ser suficientes para revivir la economía.
Por Verónica Lechuga
Fuente : elblogsalmon.com
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