La Agrupación Nacional de Gobierno del Frente Amplio, a realizarse el 5 de mayo, tiene como temas centrales: la coyuntura económica, el desarrollo productivo y la inserción internacional. Los dos últimos hacen a las prospectivas, a tomar las medidas necesarias para el futuro. La coyuntura se presenta con múltiples dificultades. Las proyecciones de los organismos internacionales siguen mostrando un enlentecimiento del crecimiento económico.
La Unión Europea no se recupera y la flexibilidad monetaria no ha dado los resultados esperados. Los ajustes económicos siguen afectando el crecimiento. La Reserva Federal de los EE UU sigue postergando los aumentos en las tasas de interés, porque el dinamismo económico mantiene dificultades. China, si bien proyecta tasas de crecimiento superiores al 6% acumulativo anual, ya no alcanza el crecimiento de dos dígitos. La región sudamericana sufre el impacto de la caída de los precios internacionales de las commodities y los cambios políticos y económicos de Argentina y Brasil. El juicio político a Dilma Rousseff trae cambios sustantivos para la región. Brasil vive una profunda recesión económica, con caídas del PBI de casi 4%, que afectan directamente las exportaciones de Argentina y Uruguay.
La probable caída de Dilma generará modificaciones políticas relevantes. Todo parece indicar que va a haber un acercamiento hacia los EE UU. ¿qué va a pasar con los Brics? ¿ Qué va a pasar especialmente con China en Brasil y en la región? Se abren una serie de interrogantes que van a tener repercusiones en Uruguay. Brasil y Argentina están efectivizando fuertes ajustes económicos que tendrán repercusiones directas sobre las exportaciones del Uruguay. Los cambios de la política internacional de Argentina y Brasil también van a tener repercusiones sobre Uruguay. ¿Qué va a pasar con el Mercosur? No se va a cerrar, pero va a haber menor intervención estatal. El mercado tendrá preponderancia y, por lo tanto, las grandes empresas transnacionales.
Se va a limitar en los próximos años la complementariedad productiva derivada de las estrategias de los países integrantes, que hasta el momento no se había podido concretar. Surgen diversas incógnitas sobre futuros acuerdos comerciales. La Unión Europea está reticente al acuerdo con el Mercosur. EE UU más que acuerdos bilaterales está jugado al Transpacífico. En las circunstancias actuales, modificar el artículo 32 para poder realizar acuerdos bilaterales, puede significar que Brasil los haga con independencia de los otros países integrantes del Mercosur. Ello afectaría directamente a Uruguay, que tiene menos posibilidades de concretar esos acuerdos bilaterales. Una buena discusión interna, basada en esta nueva realidad internacional surge como necesaria e imprescindible.
Para la coyuntura del Uruguay, a estas dificultades externas se agregan los severos problemas ocasionados por los temas climáticos, inundaciones y tornado en Dolores con pérdidas de todo tipo. El estado se hace presente, con la figura del Presidente de la República en primera plana, y la sociedad se ha expresado con una enorme solidaridad. Hay que atender con prioridad los problemas económicos y sociales originados por los desastres climáticos. Hay problemas de vivienda, de calles y rutas, de procesos productivos en el agro, especialmente en la soja y el arroz. Hay que atender la inflación, pero sobretodo hay que buscar todos los mecanismos para recobrar el crecimiento económico. La intervención del Estado es indispensable. Habrá escasez por los problemas climáticos de algunos rubros agrícolas, para lo cual es necesario se facilite la importación de los mismos, sobre todo si son parte de la canasta familiar como frutas y verduras. Las obras públicas derivadas de las inundaciones y el tornado son centrales y podrán ayudar a la mejora del sector de la construcción.
Las políticas sectoriales se vuelven necesarias en esta especial coyuntura. La política monetaria implementada no es suficientemente efectiva para la contención de la inflación, salvo que repercuta bajando el tipo de cambio, que en última instancia sería un efecto negativo sobre la competitividad, el desarrollo productivo y la propia inserción internacional.
Hay que atender las prioridades que surgen de los desastres climáticos, pero no hay que perder de vista la visión de mediano plazo. Es indispensable avanzar en la estrategia de desarrollo, en el cambio de la matriz productiva, en modificar la estructura de las exportaciones privilegiando rubros de mayor contenido tecnológico. Hay que estimular la inversión productiva con la definición que surja de los rubros y actividades “ganadoras”, lo que necesariamente significará modificaciones al régimen actual de promociones basado en las exoneraciones fiscales.
En la inserción económica internacional hay dos claras posiciones: por un lado, los que adhieren a los acuerdos comerciales impulsados por las grandes potencias, porque buscan incentivos para la colocación de los rubros clásicos de exportación centrados en recursos naturales. Estos acuerdos limitan la futura acción del Estado que no podrá discriminar a favor de rubros ganadores, en las compras estatales, en la propiedad intelectual y así sucesivamente.
Por otro lado, están los que buscan una inserción no sólo basada en los recursos naturales, sino también en rubros con mayor valor agregado y contenido tecnológico. Pero además de estos cambios en la estructura de exportaciones, también defendiendo la acción del Estado centrado en la estrategia de desarrollo e intentando obtener crecimiento con justicia social, con equidad. Dada la nueva situación internacional y sobretodo regional, el debate de ideas sobre estos temas se torna necesario e imprescindible.
Por Alberto Couriel
Economista y ex senador
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