«Hay que desarmar urgentemente el Mercosur»

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«Lamentablemente, en los últimos 10 años, el Mercosur tomó un carácter de club político de izquierda». La frase pertenece a Luis Alberto Lacalle, presidente de Uruguay entre 1990 y 1995 y, como tal, uno de los mandatarios que firmó el acta de creación del Mercado Común del Sur. En diálogo con Tormenta de Ideas (MDZ Radio), cuestionó el rumbo que tomó la institución y analizó que, hoy en día, sirve para «poco y nada».

Opositor a los gobiernos de José Mujica y de Tabaré Vázquez, Lacalle también analizó las gestiones de ambos presidentes del Frente Amplio e hizo hincapié en el estilo de vida austero del primero. «No hay que medir a la gente por esas pavadas», sostuvo, y subrayó: «A veces trabaja como viejo vizcacha y dice cosas simpaticonas. Pero ha dejado un hueco y una especie de agujero negro en cosas fundamentales».

También aprovechó la entrevista para dejar en claro su postura crítica de las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner, a la vez que definió a Carlos Menem como un «amigo».  «Veía a Buenos Aires como una fuerza que no es del todo positiva para la región. Fue un gran amigo. Hizo a una buena vecindad», lanzó, antes de confesar: «Cuando fui electo presidente no tenía idea lo que era el Consenso de Washington».

Luis Alberto Lacalle; en diálogo con el programa argentino “Tormenta de Ideas” de MDZ Radio, cuestionó el rumbo que tomó el Mercosur. Informe de Conte, Montiveros y Bustos para mdzol

 -¿Para qué sirve el Mercosur?
-Para poco y nada. La intención original era liberar el comercio mutuo, hacer libre el tránsito de bienes y servicios. Era una verdadera empresa de multiplicación por sumatoria. Ése era el camino para potenciar la región. Lamentablemente, en los últimos 10 años, el Mercosur tomó un carácter de club político de izquierda donde se trae a Venezuela sin negociar nada, sólo porque Chávez quería y acá estaban enamoradas de Chávez. Además, nadie sabe para qué sirve el Parlasur. Hoy en día, teniendo en cuenta lo esencial como la libertad de comercio, el Mercosur sirve poco y nada, y en lo político, horrible. Hay que desarmarlo urgentemente.

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Collor de Mello (Brasil), Rodríguez (Paraguay), Menem y Lacalle, en 1991, en la firma del tratado de creación del Mercosur, en Asunción.

-En este programa, el expresidente de Paraguay Federico Franco dijo que el Mercosur era un club de amigos.

-Somos varios lo que opinamos esto. En una de estas reuniones que hace el Mercusur, alguien tiene que decir «¿Che, cómo vamos? ¿Vamos a hacer una pausa para reflexionar?». Si usted hace una pared y queda un ladrillo flojo, no le pone otro arriba. Acá venimos construyendo una pared sobre ladrillos flojos. Es necesario hacer una pausa y reflexión. Eliminemos las barreras para empezar. Si queremos comer el postre antes hay que empezar por la sopa. Esto es propio de este mundillo de izquierda que por suerte va en caída de esos países que creen que van a ser el socialismo del Siglo XXI a fuerza de decretos y no tienen papel higiénico en la casa.

-Usted dice que hay que desarmarlo. ¿Qué alternativas hay para potenciar la región?
-Los países del Pacífico acordaron bajar un 90 por ciento los aranceles en una zona de libre comercio. Estados Unidos, México y Canadá lo hicieron, y después cada uno en política va por donde quiere. Hay que transformar al Mercosur en una zona de libre comercio.

-¿El Parlasur es importante?
-No ayuda. Ha sido uno de los peores defectos. Lo gracioso es que se llega al Parlasur por una vía extraña. Se arma el Mercosur y empezamos a compararnos con Europa enseguida. Se empiezan a hacer silogismos raros. Ellos tienen Parlamento Europeo y como les va bien, hacemos uno acá. Además, mis colegas políticos vieron la posibilidad de generar posiciones políticas en una instacia internacional, y hoy tenemos candidatos al Parlasur. El Parlamento del Mercosur Se aprobó con una ingenuidad absoluta. Si bien yo me opuse, en un principio todos los países miembros tenían la misma representación, hasta que Brasil dijo «Eu mire, infelichmenti», y metió la proporcionalidad. Hoy, Uruguay y Paraguay están de bobos ahí. Argentina y Brasil se juntan y aprueban las normas del Mercosur. Vamos avanzando en ataduras políticas que no estaban en nuestra mente cuando firmamos el acuerdo en el ’91.

foto-m2-En la región no se escuchan críticas contra Mujica por su estilo de vida austero.
-Cada uno vive como quiere. Si Mujica quiere vivir en su granja, que es una propiedad muy valiosa en las afueras de Montevideo, y decide con su mujer no gaste los 20 mil dolares que cobran, me parece perfecto. Ahora, que de ello se deduzcan otras virtudes, me parece que no es así. Yo soy tan bueno como Mujica y vivo en una casa mejor. No vamos a medir a la gente por esas pavadas. Mujica tiene una gran ineficacia, es un mediocampista criollo que a veces trabaja como viejo vizcacha, y dice cosas simpaticonas. Pero ha dejado un hueco y una especie de agujero negro en cosas fundamentales. No adelantó ni un centímetro en cuestiones que realmente importaban». Es un agujero en la historia del país.

-¿Tabaré Vázquez es la continuidad de este modelo?
-En el Frente Amplio se da una mutación en una especie de peronismo a la uruguaya: un cajón de turco donde hay de todo. Ahora están en una feroz competencia que me hace temer por el gobierno del Vázquez. Los tupamaros le tiran con todo en una guerra feroz. Lo que ocurre es que con mucho dinero es facil gobernar, sobre todo cuando entra dinero en camiones. Ahora que entra dinero en carretillas, hay que ver cómo se hace.

-¿Qué visión tiene de los gobiernos kirchneristas en Argentina y qué expectativas tiene de las elecciones?
-Tengo que respetar mucho la decisión que tomen los argentinos. Espero que Argentina encuentre prosperidad y estabilidad, y levante las medidas antiuruguayas que toma desde su Cancillería. Es lo único que espero. Un presidente que comprenda a Uruguay. No voy a pedir que lo quiera. Dejemos de jorobar con que un barco que carga en Argentina no puede completar carga en Uruguay. Son medidas de agresión. El negocio es para la Argentina. Desde los Gobienros K ha habido esa intencionalidad.

-¿Cómo fue su relación con Menem?
-Muy buena. A Menem lo juzgarán los argentinos como presidente, no me incumbe, pero la relación con nuestro país fue muy buena. Un hombre comprensivo, quizás por su origen provinciano, veía a Buenos Aires como una fuerza que no es del todo positiva para la región. Fue un gran amigo. Hizo a una buena vecindad.

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-¿Por qué todos los países de la región acataron el Consenso de Washington de achicar el Estado?
-Le voy a decir algo que no va a creer: yo no tenía idea de lo que era el Consenso de Washington cuando fui electo presidente. Lo que hice fue muy distinto a Argentina. Uruguay tiene tradicion de empresas públicas muy fuertes, algunas monopólicas. Ee la campaña propusimos revisarlo. Propusimos ley de puertos que libere el monopolio del Estado y lo que generó fue un fenómenos con puertos privados. Gran éxito. Propusimos, a diferencia de Argentina, no vender las empresas, sino incorporar capital privado manteniendo al Estado presente. Además, los recursos que se obtenían eran sólo para inversiones, no para reventarlo en gasto corriente. Luego se recurrió la ley y nos ganaron y quedó sin efecto.

-Uruguay se ha convertido en un centro de lavado de activos. De hecho, se investiga a muchos argentinos por esto.
-Tenemos un destino determinado que si uno mira el mapa es razonable: somos un país pequeño entre dos grandes. Tendríamos que ser centro financiero, donde la gente guarde su dinero, tranquila, porque somos un país honesto. Es decir, deberíamos ser un Luxemburgo. No es malo ganar mediante servicios financieros. Aquí teníamos instituciones jurídicas que se usaban para tener propiedades fuera de Uruguay y el domicilio fiscal aquí. Es un instrumento, pero si se usa para lavado no es problema de la institución. Un cuchillo sirve para comer un asado y para matar. No empecemos con que Uruguay es donde se lava, se lava en todos lados. Lo increíble es que Mujica permitió que ingrese la autoridad fiscal argentina en una pérdida total del respeto por la patria. Eso sí fue una vergüenza.

Crónica

Fuente: mdz onlaine

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