Publicado inicialmente el 04.03.2016 por agencia www.uypress.net
Los sucesos políticos a veces se mueven velozmente. En solo un año el Frente Amplio ha tenido importantes cambios. Con la defunción del Frente Líber Seregni hoy la coalición de izquierda se ha convertido en unipolar.
Lejos ya de aquella elección interna en la que disputaron José Mujica, Danilo Astori y Marcos Carámbula por ser candidatos a Presidente de la República, algo menos lejos la elección interna, entre cuatro candidatos, en 2012, por ser Presidente del FA, entre Mónica Xavier,
Ernesto Agazzi, Juan Castillo y Enrique Rubio hoy el Frente Amplio parece haber eliminado de su realidad la disputa entre mujiquistas y astoristas, sea esta clasificación algo simplificada pero no menos cierta.
El sábado 27 de febrero se reunió la Mesa Nacional de Asamblea Uruguay. Sin referencias a la situación de ANCAP, sin referencias a la situación del extraño título de licenciado del vicepresidente Sendic y con la sola resolución de apoyo como candidato a la Departamental de Montevideo al diputado Varela Nestier, el líder de la 2121 se tomó su tiempo para romper relaciones con Esteban Valenti y así marcar un antes y un después del centro político y el tono de la polémica con José Mujica, el mujiquismo y su proyecto paralelo que tiene a Sendic (h) como visible delfín.
No es un detalle menor decir que esa Mesa Nacional es un organismo que no está compuesto según los resultados de la única elección interna de la 2121 realizada en 2003 y sí está compuesta por decisiones tomadas según el al principio de cooptación- que traducido al español: quiere decir elegidos a dedo. Otro detalle, no menor, es ver que los integrantes de esa organismo son todos -o casi todos- funcionarios de Asamblea Uruguay o con cargos en los diferentes niveles de gobierno.
Lo cierto es que allí, en esa reunión del 27 de febrero se estableció, por la vía de los hechos, la defunción del Frente Líber Seregni. Palabras más o palabras menos fue lo que expresó Danilo Astori, nada menos que el líder del FLS y AU 2121. La información fue divulgada en el semanario Búsqueda -no fue desmentida, ni aclarada- y es notorio que el semanario, al igual que durante el gobierno de Mujica obtuvo los datos precisos y textuales que, para subrayarlos, los entrecomilló como corresponde a toda cita fidedigna.
El FLS «no funciona» dijo Astori, y agregó «atraviesa un momento de anomia total», o sea QEPD, RIP, c’est fini.
Pero la desaparición física del FLS es solo una de las variables de esta tormenta perfecta que vive la coalición de izquierda. Por un lado el Frente Amplio quedó huérfano de dirección y luego del fin de la presidencia del Xavier el FA se sumergió en una gelatinosa conducción de 9 miembros, pero de tres tríos rotativos, en donde nadie sabe a ciencia cierta quién conduce, ni desde cuándo, ni hasta donde y etc. Por otro lado el 2015 tuvo para la izquierda el divorcio más absoluto entre su Poder Ejecutivo, su fuerza política y su bancada parlamentaria.
Todo esto sin contar con el divorcio adicional con las organizaciones sociales y en particular el PIT-CNT.
La bancada parlamentaria fue la que más puso el pecho a las ‘balas’ y pudo cerrar filas para votar la Ley de Presupuesto Nacional. Pero la situación de ANCAP puso a prueba y desnudó los problemas para defender una gestión y cerrar filas cuando los números y la razón no están del lado de la izquierda.
¿Pero cuando se celebró la unipolaridad? Fue el día que los senadores del Frente Amplio, unánimemente, firmaron el informe sobre ANCAP y las fronteras entre mujiquismo y astorismo se terminaron. Fue cuando la senadora de Asamblea Uruguay, Daniela Payssé, estampó su firma en un documento que quedará para la historia. Será el documento de la unanimidad de opinión ante la gestión de un ente al que fue necesario destituirles a todos los representantes del Frente Amplio en el Directorio y hacer borrón y cuenta nueva.
Otro episodio, como frutilla arriba del helado, fue cuando la Ministra de Industria, Carolina Cosse, dijo, parada junto a Danilo Astori, que la ley de capitalización de ANCAP, por US$ 622 millones más otros US$ 250 de la CAF, eran solo un asiento contable y no una sangría desde las arcas públicas -entiéndase los bolsillos de los ciudadanos de este país- que además se tuvo que votar una ley especial con el pequeño detalle de tener que convocar a la Cámara de Senadores y la Cámara de Representantes -más la repatriación in-extremis de un diputado que vacacionaba en Santiago de Cuba- los días 31 de diciembre y 1ero de enero.
Astori, con su silencio, validó lo dicho por Cosse. Fue una explicación de, algo así como, que cambiamos unos números en una planillita contable. Y eso lo vimos todos porque fue por TV abierta en todos los informativos.
Pero en política todo es pensado. Lo dicho, lo resuelto y lo callado es con premeditación y alevosía. Nada es librado al azar. Minga. Esta última semana, la misma de la defunción del FLS, fue la que José Mujica dijo a voz en cuello que apoyaría la candidatura de Danilo Astori a la Presidencia en 2019. Es la misma en que se le bajó el pulgar a Valenti, un polemista duro y documentado, que había extremado las críticas hacia la gestión de ANCAP («¿…que hubiera pasado si ese estilo de gestión nos hubiera gobernado desde el Poder Ejecutivo?).
Nada pasa por que sí. Los astros parecen alinearse. Mujica, Astori -que le pega a Valenti pero ya no levanta la voz sobre Sendic- Vázquez que hace un discurso en dónde solo se recuerda el riesgo de perder el Investiment Grade y que además logra que el PIT-CNT le declare un futuro de guerra y esto sumado a un Frente Amplio que repite una y mil veces cuál mantra, solo hablar en la interna, solo hablar en la interna, solo barrer hacia adentro.
Pero estos nuevos acuerdos, este nuevo escenario unipolar, se basan en premisas de muy dudosa confiabilidad.
El periodista Gabriel Pereyra, El Observador, escribió una columna con opiniones y análisis a tener muy en cuenta. La columna tiene el sugestivo título «De Mujica a Astori, el guiño de la muerte». En su párrafo final dice «Mujica le hace un guiño a Astori, ese con el que discrepa radicalmente en materia económica, con el que cruzó duros señalamientos por carta en el tema ANCAP, en suma, ese que «siempre está por ser presidente (pero) va a seguir ahí». Usted ¿no desconfiaría?»
Pero la unipolaridad está decretada. Los acuerdos están a la vista sin la necesidad de labrar un acta. Allá lejos quedó el Astori que decía, apasionadamente, «Esto se sigue llamando Revolución». Solo un detalle esta resolución de la contradicción mujiquismo-astorismo, esta nueva síntesis convertida en unipolaridad solo tiene una duración acotada en el tiempo. Sobre esta síntesis se forjará un nuevo antagonista, un nuevo polo, una nueva contradicción y talvez no ya para un cambio cuantitativo sino cualitativo. ¿Cómo, cuándo, dónde? No lo sé, pero… ya lo veremos.
Por Milton A. Ramírez
Publicado el 04.03.2016 por agencia uypress.net
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