Cuando el Sub le dijo a ETA lo que tenía que hacer, lo que más me gustó fue la reacción de ETA acusando al mexicano de faltarles el respeto, me gustó porque cualquier zabalamuniciano sabía que ETA iba a terminar como terminó haciendo lo que el Sub -con la mejor solidaridad y la mayor puntería- le dijo que tenía que hacer y esa «falta de respeto» sentaba un buen precedente para apuntar y solidarizarse con otros actores del Estado español con la categórica rotundidad con que lo hizo el jefe de un Ejército Zapatista que, por algo, sigue controlando Chiapas, sigue incursionado el Zócalo y la montaña sigue siendo para ellos algo más que una inmensa estepa verde, en el caso de Chiapas, azul.
Sin la menor soberbia. Un uruguayo no tiene ningún mérito propio en haber hecho política casi cien años seguidos. Es lo que le tocó. Como lo que le tocó a Bayo fue la guerrilla en Asturias y por eso ningún comandante de la revolución cubana usó su grado de General mientras Bayo vivió. Hace unos años estudié para una novela «El Muro (a Federico García Lorca)», un conflicto político menor que tuvo en nuestro país José Bergamín (nadie menos que él entre aquellos españoles) con Zabala Muniz. Don Justino le dio las vueltas que precisó y le hubiese dado más si hubiese precisado, sin esforzarse, sin mostrar el brillo y sin aspirar a una victoria que ya tenía.
A Podemos, con humildad, entonces (y con la esperanza de que no les suene a falta de respeto porque no tienen la menor pinta de pundonorosos):
1) Que Unidos Podemos pasó a 71 de los 69 diputados de Podemos y los 2 de Izquierda Unida es el resultado más relevante de estas elecciones, porque estas elecciones se hicieron, como se van a hacer todas las siguientes y como ya se había hecho la de diciembre, para pincharle el globo a Podemos. Ese era el principal objetivo del poder real, el objetivo por el que hubiese sacrificado todos los otros y no lo logró. Unidos Podemos consolidó su existencia -más que reciente, casi recién nacida- de fuerza política verdadera, consolidó la ruptura del bipartidismo, consolidó su existencia como opción de gobierno, lo hizo en un escalón más alto de la resistencia a la censura imperialista de los medios masivos, cumpliendo dos elecciones generales victoriosas en seis meses -un bebé muy precoz- y esa consolidación como fuerza le permitió, a golpe de amenaza a las derechas gobernantes, no sólo consolidar la ruptura del bipartidismo, sino inaugurar un período de tripartidismo con la caída del fantoche «Ciudadanos».
2) El segundo resultado más relevante es que el PSOE -peor que el PP- ya no cuenta con «Ciudadanos» en la medida que contaba para solapar su seguidismo a Rajoy. Esto significa que Unidos Podemos debe trabajar más que nunca con el PSOE. Alguna vez lo escribí para la interna del FA: «(a Tabaré Vázquez lo considero el mejor Presidente que tuvo nuestro país desde el primer batllismo hasta Mujica, que lo superó en política internacional, nada menos, pero lo considero, además, un candidato que les camina por el lomo a sus contrincantes –por eso no temo, si Constanza le gana, que ella no pueda ganarle a la oposición: si le gana a Tabaré, Constanza puede ganarle a cualquiera–. Conozco compañeros que al Taba, por el contrario, lo consideran proimperialista y autoritario por encima de la unidad del FA. Olvidan que en definitiva Vázquez no le siguió a Astori el apunte de anotarse al ALCA, que jugó un papel importante en la disuasión de una guerra ente Colombia y Venezuela que azuzaba Hilary Clinton y que, recientemente, apoyó el ingreso de Venezuela al MERCOSUR y condenó el golpe de Estado en Paraguay, que Astori quería mantener en el MERCOSUR impidiéndole el ingreso a Venezuela y, ahora nomás, el vazquista Roberto Conde nos libró (reconocido por Rafael Correa) de que cuajara la iniciativa de Astori de meternos en la Alianza del Pacífico, pero, aún ateniéndome a las consideraciones negativas sobre Vázquez, más razón encuentro para votar con él y agrego: bien encimados a él, así como marcan Diego Pérez y Egidio Arévalo Ríos.
En estrategia y táctica políticas una forma segura y sencilla de no equivocarse jamás, es hacer siempre lo contrario a todo lo que hizo Santiago Carrillo. Por ejemplo, en 1977, además de abandonar la bandera republicana, redactar y firmar una constitución monárquica, desmovilizar sus fuerzas en plena cresta de la ola, legalizó al PCE en dos meses para jugar un papel meramente testimonial, sin opción de gobierno, marcando tamaño electoral menor en vez de votar con el PSOE a como diese o se hiciese lugar. Debió haber votado con el PSOE lo más programático posible, pero incluso sin programa, no tanto porque el PSOE había sido uno de sus socios principales en el histórico y glorioso Frente Popular, que ganó las segundas, últimas y definitivas elecciones de la Segunda República, no tanto porque Tierno Galván (influyente en la Dirección del PSOE) no era un mal tipo, como porque Felipe González era, si se le permitía, un reverendo socialimperialista y no se debía dejar libres las manos de semejante traidor, que, por cierto, cuando venía a Montevideo a visitar a Sanguinetti pasaba de largo frente a la Casa del Pueblo, sacándoles la lengua a nuestros compañeros socialistas.(…) Como bien dijo el dirigente del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos, Oscar Andrade: el candidato no es un mago y el programa no es un hechizo. En realidad, lo que importa es la construcción de la correlación de fuerzas, que hace posible que el candidato y el programa caminen hacia “el espacio del poder popular del tejido social que es capaz de soportar determinadas reivindicaciones”.
3) Lo tercero más relevante es la derrota de Susana Díaz en el PSOE, porque me parece menos difícil trabajar con Pedro Sánchez, pero bastante más aún que con el PSOE (al fin pero espero que no al cabo, franco fue menos alcahuete del imperialismo que el PSOE desde Felipe-Guerra hasta aquí y el PP no lo fue más) tienen que trabajar con los nacionalismos periféricos (de todo signo) que tienen contradicciones ciertas con Rajoy (aislar en cada momento al enemigo principal y derrotarlo paso a paso, como pedía Ho). En política existe un punto de resolución al que si no se llega, el camino se desmorona. Es en parte lo que le ocurrió a la hazaña de Anguita, no alcanzó a plantear esa alianza con todos los periféricos, con unidad sin exclusiones, por costos que Podemos demostró que no son tales. Bildu, ERC, PNV, CDC… traspasaron votos a Podemos en las generales y esa confianza debe ser devuelta en las autonómicas. De los cuatro jinetes del apocalipsis de la llamada transición -Carrillo, González, Suárez y vectorialmente Fraga-, Suárez fue el que estuvo más cerca de llegar al punto de resolución superando el chapucero consenso constituyente, cuando su constitucionalista Herrero de Mignon (sin ninguna dificultad a la izquierda de Solé Turá) propuso los fragmentos de Estado. No alcanzó ese punto y Suárez se desmoronó.
Por último quiero felicitar a los militantes de Unidos Podemos como en todo informe en regla sin dejar de mencionar al compañero Pablo Iglesias, siempre a la altura del principal principio de un revolucionario: ganar. Fue un tiempo de ampliar para poder seguir profundizando; ahora viene el de profundizar para poder seguir ampliando, porque amplitud y profundidad se generan mutuamente. Les escribe aquel niño que escribió le escribían «sabés mi paradero si querés escribir».
Por Joselo Olascuaga
La ONDA digital Nº 775 (Síganos en Twitter y facebook)
(Síganos en Twitter y Facebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA
Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.
Otros artículos del mismo autor: