¿Los gobiernos del Frente Amplio son de izquierda?

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En la calle se siente descontentos con los gobiernos del FA. A veces hay fundamentos. Contestar la interrogante del título no es sencillo, y menos para un frentista que participó directamente en su fundación. Para nosotros, izquierda es avanzar hacia la igualdad, manteniendo los principios básicos de la democracia. Hacia la igualdad de ingresos entre los distintos sectores sociales, hacia la equidad de género, hacia la igualdad de etnias y razas, hacia la igualdad generacional. Intentaremos un esfuerzo de análisis global y siempre van a quedar discusiones y debates sobre temas específicos.

La distribución del ingreso ha mejorado, si partimos del índice de Gini basado en las encuestas de hogares, donde es notorio que hay subdeclaraciones de los sectores de más altos ingresos. Hay que analizar tres factores centrales para explicar dicha mejora. Sin duda, las mejoras sustantivas en los salarios reales, cuyo aumento es superior al 50%, un verdadero record mundial. Esto se debe al accionar de los gobiernos frentistas que impulsaron la negociación colectiva, que le otorgó mayor poder a los obreros sindicalizados. En este período, el Pit Cnt triplicó el número de afiliados y generó un nuevo grado de equilibrio en las relaciones de poder. Otro elemento central que influyó en la mejora de la distribución del ingreso es el aumento del gasto público social, que pasó del 19% del PBI al 24% del mismo. Ello significó aumentos de recursos para la seguridad social, la educación y la salud. También la reforma tributaria contribuyó a la mejora con la creación del impuesto a la renta de las personas físicas. Por supuesto, las mejoras en el empleo tuvieron relevancia, derivadas del crecimiento económico ayudado por el alza de los precios internacionales de los productos de exportación. Estos también facilitaron mayores ingresos fiscales y mejoras salariales.

El descenso significativo de la pobreza y la indigencia, medidos por niveles de ingreso, fueron también considerados como avances relevantes de los gobiernos de izquierda- Bajó la pobreza de alrededor de 40% al salir de la crisis del 2002, a menos del 10% en la actualidad. Hoy la indigencia es casi inexistente. La aprobación de leyes vinculadas a los nuevos derechos, como la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y el control de la producción y consumo de la marihuana fueron demostrativos, a nivel mundial, de los esfuerzos y concreciones de un gobierno de Izquierda.

En otro orden, los cambios en la matriz energética con una gran preponderancia de la energía renovable, especialmente eólica, es también un ejemplo muy beneficioso para la sociedad, aunque aún no se han podido concretar en descensos de costos. Otros ejemplos significativos de mejoras para la sociedad son el sistema nacional integrado de salud, con deficiencias pero con una gran expansión de la cobertura, de los que se incorporan al régimen en instituciones públicas y privadas; los inicios del Sistema Nacional de Cuidados y el propio plan Ceibal que son tomados como ejemplo en otros países de la región latinoamericana.

Hay avances más limitados en la equidad de género, en la defensa de las etnias y de las generaciones más jóvenes.

Quienes critican a los gobiernos del FA exponen temas que también podemos considerar relevantes. No se ha planteado la distribución de la riqueza. Hay dificultades con el tema de la propiedad de los medios de producción y su concentración que hemos planteado en varios artículos, pero tampoco se avanzó por la vía impositiva, como los necesarios cambios en los impuestos a las herencias y al patrimonio. Hay notorias críticas a la reforma tributaria por la creación del impuesto a la renta a las personas físicas de carácter dual, porque favorece a las rentas de capital, que en los más altos niveles de ingreso pagan menos que los provenientes de las rentas del trabajo. También hay fuertes críticas a las exenciones fiscales para la promoción de inversiones, desde las zonas francas a exoneraciones de impuestos relevantes.

Hay muy fuertes críticas a la concreción de acuerdos comerciales, liderados por las grandes empresas trasnacionales, que buscan mecanismos de liberalización, privatización y desregulación, que mantiene las exportaciones de recursos naturales con el menor valor agregado y que limita el empleo en los sectores que se abren, especialmente en el manufacturero. No hay estrategia de desarrollo que defina las bases centrales de la estructura productiva, en términos de futura inserción económica internacional y creación de empleo, que nos ayude en las futuras negociaciones comerciales y a la funcionalidad de las inversiones extranjeras directas, como puede ser el caso actual de los contratos con UPM.

Hay problemas notorios en materia de seguridad, pese a los esfuerzos realizados, y sobre todo en educación donde se mantienen claras dificultades en la enseñanza media y en la fragmentación social, que limita el futuro de los niños provenientes de los hogares pobres.

Se manifiestan críticas a la política macroeconómica, muchas veces muy cercanas a las propuestas ortodoxas provenientes de los organismos financieros internacionales, a declaraciones que buscan ganar espacios en los sectores empresariales que no parecen ser de izquierda. En lo personal, he sido muy crítico de la política cambiaria, utilizada centralmente para atender el proceso inflacionario, pero afectando significativamente la competitividad de las exportaciones, limitando los necesarios aumentos del valor agregado y el contenido tecnológico de las mismas, y afectando a rubros de la industria manufacturera, que no pueden competir con las importaciones baratas derivadas del atraso cambiario y que generan fuertes caídas de empleo. Esto no significa apoyar devaluaciones bruscas que siempre hemos combatido.
En esencia, los debates van a continuar.

Seguridad y represión, temas medio ambientales, la ley de riego, los contratos con UPM, los problemas vinculados a la educación, seguirán estando en el tapete. El FA debe representar los intereses de los sectores de menores de ingresos, de los más desvalidos, pero también tiene que articular con los sectores empresariales, para seguir creciendo con equidad e igualdad, y teniendo en cuenta la situación internacional y regional, que tienen su peso en la situación actual y en el futuro del país.

Por Alberto Couriel
Economista y ex senador

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