¿Alternativa o utopía?

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“No sabemos hacia donde estamos yendo. (…) Sólo sabemos que la historia nos trajo hasta este punto. Sin embargo, una cosa está clara. Si la humanidad quiere tener un futuro reconocible, no puede ser por el prolongamiento del pasado o del presente. Si intentamos construir el tercer milenio sobre esta base, vamos a fracasar. (…) y el precio del fracaso, o sea, una alternativa para un cambio de la sociedad, es la oscuridad.”( Eric Hobsbawn)

La preservación del medio ambiente como indisociable del desarrollo, e indispensable para la erradicación de la pobreza y la inserción social, es lo más cercano al concepto actual de sostenibilidad e incluye la superación de muchos desafíos. Sin embargo, la alternativa, como dice Hobsbawn, “es la oscuridad”

Asimetría Norte-Sur
Debido a esta circunstancia histórica, se originó la denominada asimetría Norte/Sur, agravada por el proceso de globalización, que amplió el poder de las empresas transnacionales y del capital financiero y redujo el papel regulador de los estados nacionales, determinando un proceso de concentración de renta a escala mundial, a niveles nunca vistos.

Frente a la posibilidad concreta y a la justa aspiración de desarrollo de los países que aún no han alcanzado standards satisfactorios de bienestar social, es determinante, como fue propuesto por las Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente de 1992, 2002 y 2012, que se estreche la cooperación económica y tecnológica Norte/Sur y Sur/Sur. Y que, bajo la mediación de la ONU, todos los habitantes del planeta tengan las mismas oportunidades.

Brasil Sustentable 300

La continuidad del marco actual, alimentado por la noción equivocada que el desarrollo es perpetuo, los bienes naturales son totalmente reciclables y reutilizables y el capital natural no tiene ningún costo o es muy bajo, puede conducirnos a un futuro de difícil previsibilidad.

La Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y Desarrollo realizada en 1992, conocida como Río-92, estableció los principios necesarios para una convivencia armónica del hombre con el medio ambiente, en la denominada Agenda 21.

Concepto de Desarrollo Sustentable
Los principios consagrados en ella definieron los lineamientos del concepto de desarrollo sustentable, conciente de las controversias que persisten entre los especialistas, desde los que proponen límites al crecimiento económico hasta los que los consideran inaplicables o incompatibles con la conservación de la naturaleza.

La propuesta de compromiso con la preservación del medio ambiente para las generaciones presentes y futuras como indisociable del concepto de desarrollo, y que preconiza como indispensable la erradicación de la pobreza y la inserción social, es la que determinó más de cerca lo que se entiende hoy como sostenibilidad, sin reducir la importancia de los demás principios.

A pesar que la población de la Tierra ha alcanzado recientemente siete mil millones de habitantes, siete veces más que en el primer cuarto del siglo 19, nunca existió tanta abundancia y disponibilidad de medios.

Y, aunque una parte considerable de la humanidad, cerca del 20%, viva, según el Banco Mundial, por debajo de la línea de pobreza – con U$S 1,75/día – la riqueza acumulada sería suficiente para garantizar a todos condiciones satisfactorias de calidad de vida.

Frente a estas cifras, la superación de algunos desafíos es esencial. Estos son: 1) restablecer las relaciones entre economía y ecología; 2) controlar el crecimiento poblacional; 3) controlar el crecimiento económico e incentivar la distribución de renta; 4) aumentar el consumo de los países pobres y emergentes; 5) universalizar y abaratar las innovaciones tecnológicas.

Nueva postura ética
Estamos ante desafíos que exigirán de todos los países y naciones, organismos internacionales, empresas y personas, una nueva postura ética, política y cultural, que supere los conflictos que nos acompañaron hasta el presente.

Sin un esfuerzo que trascienda los intereses inmediatos de cada país, o bloque de países, que reduzca sustancialmente los patrones de consumo y de impacto sobre la naturaleza, estaremos ante una situación insólita.

Porque, más allá de la rápida disminución de los recursos renovables y no renovables, y de los desastres ecológicos a gran escala – véase la actual crisis de abastecimiento de agua de la Región Metropolitana de San Pablo – corremos un alto riesgo de conflictos multinacionales.

Vale la pena citar lo que escribió, de manera contundente, al intelectual e historiador Eric Hobsbawn, recientemente fallecido, en el epílogo de su libro “La Era de los Extremos: el breve siglo XX: 1914-1991: “No sabemos hacia donde estamos yendo. (…) Sólo sabemos que la historia nos trajo hasta este punto y – si los lectores comparten la tesis de este libro – ¿por qué? Sin embargo, una cosa está clara. Si la humanidad quiere tener un futuro reconocible, no puede ser por el prolongamiento del pasado o del presente. Si intentamos construir el tercer milenio sobre esta base, vamos a fracasar. (…) y el precio del fracaso, o sea, una alternativa para un cambio de la sociedad, es la oscuridad.”

Por Luiz Philippe Torelly
Es arquitecto y urbanista, especialista en planificación urbana

Traducido para LA ONDA digital por Cristina Iriarte

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