Autocomplacencia barre con la responsabilidad cívica

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FA: Recomponer el adentro
Cuando la autocomplacencia barre con la responsabilidad cívica

 

La injuria como argumento opositor
En las últimas semanas ha aumentado la crítica virulenta en contra del FA, no exenta de
falacias y hasta argumentos inverosímiles.

Allá ellos, pues no hacen sino expresar su impotencia y desesperación de ser creíbles,
no en la medida en que ellos quisieran, ante el pueblo.

El pueblo es para esta gente tan solo una cifra que luego desglosan, para aquí y para
allá, buscando interpretarla según la conveniencia del momento.

Para nosotros el pueblo es un compromiso, de a pie, cara a cara y desde el llano.

La crítica como método distorsivo
Convenimos en cuanto a que no aceptar críticas, en democracia, no solo es una necedad
sino también una actitud contraria a la escucha atenta del otro, negándose, al rechazarla
sin más, de toda posibilidad de poder arribar sino a consensos por lo menos a convivir
aun en el disenso.

Esto es, convivir en paz mediante una libertad responsable, haciendo carne de este
modo la praxis de una democracia tan participativa como republicana.

El disenso, con respeto y tolerancia es a la democracia, lo que el pensamiento único al
totalitarismo: la clave de bóveda de cada sistema.

Lacalle y Talvi, cada quien, con su estilo, pero ambos en pro de lo mismo: el sacrosanto
“mercado” y su infalibilidad dogmática, al mismo tiempo que Martínez ha comenzado a
despegarse, en intención de votos, recrudecieron su guerra sucia con ataques de todo
tipo.

Así, ambos demuestran su desesperación ante la carencia de programas creíbles,
basados en información y estadísticas verificables.

En cuanto a Talvi, en particular, pareciera que a lo anterior le suma un carácter no
preparado para estas lides, dejando ver un acaloramiento excesivo que quizá sea una de
las causas de los problemas de salud que lo radiaron un par de semanas de la campaña
electoral.

Así, pues, el “arco opositor” – porque, además, de partidos políticos, está integrado por
la flor y nata de la clase dominante local, quienes también representan a sectores de la
plutocracia internacional.

Sin olvidarnos del teniente de Artigas y su avance. Al no haber visto la entrevista que le
realizara el señor Ponce de León, desconocemos si le preguntó en qué fecha fue Iniciado

en la logia militar tenientes de Artigas, en su paso, protagónico si los hubo, en la
tristemente recordada dictadura cívico-militar.

Antes que “pescar” en el Centro, el FA debe cuidar, robustecer y ampliar su
Adentro

Pese a su obviedad, vale la pena explicitarlo: el Frente Amplio no necesita procurar
votos de centro, esa zona del electorado tan difusa. No.

El Frente Amplio debe continuar recuperando a la gente que se alejó de su seno y no
precisamente por encontrarlo muy de izquierda.

Ese es nuestro Adentro que es como decir nuestra conciencia crítica. Y a la
conciencia crítica, que es nuestro juez interior, se la escucha, no se la elude.

De ahí que para favorecer continúen regresando frenteamplistas de ley es imperativo
recuperar totalmente lo que ya avizora la gente y por eso regresan;

. Que recuperamos la centralidad de la identidad frenteamplista para lo cual
hemos trazado una línea bien demarcada ante posibles miserias como las
siguientes:
– Estamos alejando, desde el FA, y con el rumbo trazado por Martínez y su
equipo las siguientes hediondeces:
– Toda sombra de nepotismo,
– Los intermediarios en todo tipo de negocios (el FA no es ni oficia de
“cámara de comercio”);
– Que la estructura partidaria se dedique a la interna del Partido y no a ser
comodines ocasionales de los mandamases, así sean los nuestros, mostrando
así una ambivalencia producto de apetencias personales y menores;
– Que se recupere la vergüenza, el honor y deber perdidos a lo largo de los
años en la tarea de VERDAD y JUSTICIA, pues nuestro IMPERATIVO
CATEGÓRICO,
– Que los representantes nacionales lo sean. Es decir, que recobren como
aparentemente están recordando que su primer y superior tarea no es estar en
los ambulatorios pescando autoridades ni tampoco ser “originales” y salir
descoordinadamente a los medios de comunicación con bolazos o ideas no
tratadas donde deben serlo.

– Que ser nuestros representantes es un honor que se renueva o se pierde ante
el soberano y no se busca lograrlo en la sombra estrecha y fría de reuniones
de “cúpula”.

En suma, lo del título: no caigamos en la falacia de buscar en el centro lo que, por
múltiples razones, hemos ido perdiendo a lo largo de los años y ahora, vale reiterarlo,
cuando recordamos con el corazón y retomamos con la acción política directa, vemos
regresar a tantas y tantos compañeras y compañeros.

Y eso, lejos pero bien lejos de provenir del Centro fue la digna diáspora que ahora
retorna, y retorna con sentido y proyección, el imprescindible ADENTRO.

 

Por Héctor Valle
Investigador social y periodista

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