Pandemia, enfermedad, sufrimiento, cambios, realidades distintas, culturas diferentes, liderazgos muy dispares, virus mundial. Esta mueva realidad nos puso a prueba como seres humanos en nuestras actitudes y en materia de decisiones estratégicas a nivel país. Todos los líderes del mundo accionando para dar solución a una emergencia sanitaria que no espera y no da tregua alguna.
El tejido de las relaciones internacionales en este contexto tiene y ha tenido consecuencias extremas. Desde tomar la decisión de salir de organismos internacionales 
como la Organización Mundial de la Salud, como fue el caso de los Estados Unidos de América a promover ayuda humanitaria como lo fue el caso de Cuba enviando médicos alrededor del mundo para sanar. La empatía y el egoísmo se han visto reflejados en las decisiones de los Estados.
Los cierres de frontera, la limitación de la movilidad y la carrera por descubrir una cura o prevención de este cruel virus que ha matado cientos de miles de personas a lo largo y ancho del planeta, han sido algunas de las decisiones estratégicas de muchos países.
Es importante entender un detalle que no es menor a la hora de analizar la incidencia de la pandemia en las relaciones internacionales: el coronavirus que origina la pandemia que hoy vivimos no discrimina nacionalidad, ideología, etnias, clases sociales, etc. y afecta tanto a países desarrollados como emergentes y en desarrollo. Sin embargo, sus efectos sí resultan desiguales en distintas partes del mundo según sus circunstancias políticas, económicas y sociales, evidenciándose claras diferencias en las capacidades de respuesta y estilos de liderazgo.
“Stephen Walt, teórico de las relaciones internacionales de la Universidad de Harvard, cree que China podría tener éxito en su plan de transformarse en el país líder a nivel mundial”. En una primera opinión, sugiere que «el coronavirus va a acelerar un cambio de tendencia en el ejercicio de poder e influencia desde occidente a oriente. Corea del Sur y Singapur son los países que han mostrado la mejor respuesta y China ha gestionado bien la crisis. La respuesta de los gobiernos de Europa y Estados Unidos ha sido muy escéptica y es probable que debilite el poder de occidente»…
La pregunta es la siguiente sobre lo que ocurre en el mundo ¿es la tercera guerra mundial? ¿Nos estaremos enfrentando a una lucha de liderazgos más aguda? Una intensa guerra de propiedad intelectual azota el mundo. ¿Quién tiene la vacuna más eficaz contra este virus letal? Es la pregunta del millón. Estados Unidos, Rusia, China, Cuba? ¿Cuál de todas es la mejor? La batalla del liderazgo mundial se ha hecho presente, ya no prima más la cooperación, sino quién se hará con el liderazgo del planeta. La pugna es entre China y Estados Unidos. Una nueva Guerra Fría.
“Stephen Walt, teórico de las relaciones internacionales de la Universidad de Harvard, cree que China podría tener éxito en su plan de transformarse en el país líder a nivel mundial”. En una primera opinión, sugiere que «el coronavirus va a acelerar un cambio de tendencia en el ejercicio de poder e influencia desde occidente a oriente. Corea del Sur y Singapur son los países que han mostrado la mejor respuesta y China ha gestionado bien la crisis. La respuesta de los gobiernos de Europa y Estados Unidos ha sido muy escéptica y es probable que debilite el poder de occidente».
Evidentemente hay un mundo por ganar y ambas potencias quieren el control mundial en todos los órdenes: geopolítico, económico, comercial, tecnológico, armamentista, sanitaria. Y este virus vino como anillo al dedo para poner sobre la mesa esa capacidad de manejar las relaciones internacionales y transformarlas en la mejor arma para controlarlo todo. Una hegemonía despiadada.
Por Lic. Daniela Yelpo
Lic. en Relaciones Internacionales.
28-4-2021
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