/ La vanidad es yuyo malo
que envenena toda huerta,
Atahualpa Yupanqui.
El otro día leí algunas páginas autoglorificantemente biográficas en el libro «Mujica y Chomsky dialogan” escritas por su autor y me convencí de que no debo imponerle a mi cerebro el sacrificio de leerlo todo.
Érase una vez que el autor estaba en un mercado callejero de la capital boliviana y sintió la mirada penetrante y embrujadora de una anciana que lo obligó a cruzar la calle y entrar en una tienda de cachivaches esotéricos donde recibió de la comerciante el evangelio de La Profecía del Águila, el Cóndor y el Quetzal según la cual el advenimiento del quetzal, ave que no existe en el altiplano (zoólogo tenía que ser uno, para fijarse en tan trivial detalle), consagrará la fusión o fraternidad de los hombres del águila y los del cóndor.
Ni bien el autor mostró su plumaje new-age-anarco-progresista- pachamámico sospeché que era un charlatán y como no conseguí oponerme a mi bendita curiosidad, consulté gúgol. Allí me enteré que una vez evangelizado por la señora del almacén de fetos de llama embalsamados, el autor había remontado vuelo y aprovechándose de las columnas ascendentes de aire cálido sobre los valles de la cordillera, superó las alturas donde residen sus dos ídolos y vislumbró un panorama de
dimensiones planetarias que le permitió verse a si mismo como el mesías que en algún momento bajará a tierra para fundar la nueva filosofía que tanto necesitamos para salvar al planeta.

En entrevista a La Jornada (09-11-2023) en la cual se anuncia la presentación del libro, el autor de «Mujica y Chomsky dialogan”reconoce humildemente que su misión es reformular la matriz teórica de la izquierda más radical:
«Cuando digo siglo XXI es porque Chomsky y Pepe Mujica me abrieron la puerta a todo ese conocimiento que está a la izquierda de la izquierda, y me refiero a autores clásicos como Proudhon, Bakunin, Durruti; pero lo que pude entender con ellos es que tenemos que construir una nueva forma de ver esas ideas, y creo que ésa es mi misión.”
Buena suerte, misionero.
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