La historia contemporánea en los últimos años se ha convertido en un patrimonio no sólo desde la mirada de la historia académica, sino además por los medios de comunicación, especialmente la televisión y el cine que pasan a ser fuentes para analizar un periodo histórico y una amplísima sociedad determinada, donde la película o la serie de ficción histórica plantean un discurso de la sociedad sobre sí misma.
La realización audiovisual conectada con la historia pasa a ser un documento histórico como instrumento de análisis y al mismo tiempo fuente para reconstruir la historia de las mentalidades a base de lo cotidiano, por ejemplo en las series, pero también como fuente de la historia política que intenta esclarecer los vacíos que deja la historia oficial.
En este caso, el cine se presenta como uno de los medios principales en el trabajo de escanear a la Historia. Inicialmente comenzó con el cine histórico con películas como Intolerancia o “El nacimiento de una nación” de Griffith o en el caso de las obras rusas “Octubre” o “El acorazado de Pontenkiein” de Sergéi Eisenstein.
El séptimo arte es uno de los medios fundamentales en el trabajo de representación histórica para evocar la memoria y uno de los mayores exponentes en la revisión del pasado a través del cine político es el director Costa-Gavras, conocido por los films insignes como “Z” (1969), “Estado de Sitio” (1972), “Missing” (1981), “Amén” (2002), entre otros.
El cineasta manifiesta que el pasado se debe memorar siempre y para ello la película es el medio, ya que permite conocer el pasado como un espejo que muestra la realidad de lo ocurrido.
Gavras, conocedor de la historia política a nivel mundial y del caso chileno en los últimos treinta años, enfoca su idea como materia de estudio.
– ¿Qué sabe del cine chileno?
– Tengo mucho más conocimiento exterior, pero sin ver películas, porque he leído artículos, entrevistas pero es poco debido a que no vemos mucho cine chileno en Francia. Las últimas películas que he visto son de Patricio Guzmán que se han dado en televisión y que tienen grandes éxitos, puesto que mucha gente las ve allá.
– ¿Tuvo la oportunidad de ver documental El Caso Pinochet?
– Sí, me pareció una película muy interesante porque es una memoria de vuestro país. Creo que Guzmán hace estas películas porque en treinta años la gente no ve estos films, está muy lejos de esta situación y ve un testimonio muy preciso sobre esto. Además, a través del mundo, la gente que no conocía nada, porque sólo sabía por papeles, con las películas de Guzmán la gente puede saber lo que pasó en Chile.
– ¿Pero pensando también en la gente que práctica un discurso de reconciliación ¿sigue siendo necesario hacer películas sobre la memoria?
– El pasado se debe memorar siempre, verlo, saberlo y estudiarlo porque es un espejo para mirar lo que ocurrió en el pasado y saber lo que realmente ocurrió con las cosas negativas. Probablemente hay personas que sostienen la idea de perdonar, pero no se puede olvidar las víctimas de la historia.
– Usted realizó un film sobre la desaparición del periodista Charles Horman; en Chile se han hecho documentales sobre las víctimas de la dictadura militar. ¿Cree que el tema aún está vigente para hacer películas denunciantes?
– Seguramente hay tema, pero hoy existe la libertad en Chile de los directores chilenos para encontrar esos temas y hacer esos temas aquí en Chile que es mucho mejor como contar las experiencias de gente que ha vivido un pasado tan difícil de vuestra historia. Pero aquellas historias hay que encontrarlas con otro contenido que es una filosofía más larga. El cine es uno de los poco medios con libertad, yo no pienso que hay que enjuiciar, puesto que los directores tienen la libertad de hacer lo que les parece bien, no hay ningún problema en eso.
– Pensando un poco en que la situación política es distinta y vivimos un sistema globalizado de libre mercado ¿cuál sería el cine que usted desarrollaría?
– Bueno, éste es un tema interesante, el mercado no sólo es el mercado, por la intervención que se hace en los pequeños o grandes países con la economía. Cuando un país chico es muy débil económicamente es fácil controlarlo y hoy se puede debilitar la economía de un país con el FMI, el Banco Internacional y con la parte de la sociedad interna haciendo que el país caiga en un debilitamiento y así se controla mejor, como lo que pasó en Argentina. Ahí hay una historia interesante porque el cine tiene personajes, con dramatización, con un principio y un fin.
Miguel Chamorro
Fuente: Razón y Palabra mx. Nº 85
*Periodista Universidad de Valparaíso. Doctorando Comunicación y Periodismo, Universidad Autónoma de Barcelona
La ONDA digital Nº 667
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