Despilfarro: aeropuertos sin aviones, trenes sin viajeros, España sin españoles

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Por orden judicial España tiene que pagar ahora 5.500 millones por autopistas que no usa.
Hasta hace poco España no entró en la modernidad, que vino pareja a la democracia. Este país*, en el extremo occidental del viejo continente, donde empieza y acaba Europa, según se mire, estuvo, como suele ocurrir con los extremos, apartado de Europa desde que ésta tuvo conciencia, después de la Segunda Guerra Mundial, de que debía unirse por las buenas, si quería evitar que la unieran por las malas, como hicieron Napoleón y Hitler, con las consecuencias belicosas y destructivas que originaron.

Respecto a los seis originarios países de la CEE (Comunidad Económica Europea) fundada en 1957 (llamada ya “mercado común”) antecesora de la actual UE, España llevaba un notable retraso de unos 30 años hasta hace poco tiempo. Estaba marcada, como el resto de Europa por la guerra, y además permanecía aislada por la dictadura del general Franco, surgida en 1939 con su victoria en la guerra civil*. Dictadura que se mantuvo 40 años, apoyada y reconocida por los norteamericanos, que, sin embargo, no prestaron la ayuda que ofrecieron con el conocido Plan Marshall con el que contribuyeron al levantamiento del resto de la arruinada y devastada Europa. El retraso, debido a este aislamiento y al exilio de cerebros e intelectuales, perduró hasta entrados los ochenta, con la aceptación por parte de la Unión Europea de la admisión de España junto a otros países de la ribera del mediterráneo. Por esa razón los diversos gobiernos, primero del PSOE y luego, del PP, trataron de “ponerla a la altura europea”. Unos con mayor acierto, aunque también con errores, el de los socialistas, y otros, como el primer gobierno del PP, con el señor Aznar al frente, con tremendos errores a los que ahora debe hacer frente de manera inmediata el nuevo gobierno, también del PP, que en la tarea de modernizarla ha cometido equivocaciones todavía mayores, quizá debido a la época de vacas flacas en que le ha tocado gobernar.

OBRAS INÚTILES
Pese a la crisis y a más de cuatro millones y medio de parados, España puede presumir de ser la nación de la UE con más klms., de alta velocidad; la primera con más autovías; la primera en aeropuertos, y la primera de Europa con mayor cantidad de personas, sobre todo jóvenes, sin empleo. También en corrupción y en ruido ocupa puestos entre las cinco primeras de Europa. Es y será una de las últimas en superar la crisis económica. No obstante, es una de las que más proyectos, obras en infraestructuras y equipamientos ha realizado con un coste increíble pero cierto, muchos de ellos inservibles, y otros a medio usar o ejecutar por un planteamiento erróneo del mismo proyecto. Dichos planes afectan a ciudades grandes y pequeñas extendidas por toda la geografía, incluidas las islas: Del Forum de Barcelona a la Expo de Zaragoza o el circuito de Fórmula 1 de Valencia y su “ciudad de las artes”, pasando por los nuevos aeropuertos, o autopistas con menos del 97 % del uso previsto, como la AP-41, Madrid-Toledo. Una autopista de peaje que sale de una radial, también sin apenas uso, y va casi paralela a otra autovía libre, además de un tren de alta velocidad sin apenas viajeros, para unir dos capitales cuya distancia es de menos de 70 klms; pero eso sí, carece de vías de cercanías, pese a que los raíles estaban puestos, en desuso y ya casi en ruinas, desde mediados del siglo pasado. Desde Madrid hay mucho turismo internacional que diariamente se desplaza a Toledo para visitar la ciudad de las tres culturas.

España es un país de amplias llanuras, altas montañas y deficientes medios de transporte público, como es el caso de la Sagra de la Mancha, en la frontera sur con la Comunidad de Madrid. Sin  embargo, es un país donde más kilómetros de líneas de alta velocidad se han trazado, donde más se han ampliado sin la correcta planificación, aeropuertos, autovías y autopistas, y donde por el contrario, apenas si existen trenes de cercanías para moverse entre Madrid y Toledo, por ejemplo, cuya distancia la cubre un tren AVE que apenas si se usa, sin habilitar paralelamente otra vía férrea de mayor uso y mucho más económica que diera servicio a la zona de la Sagra toledana fronteriza con la capital cuyo crecimiento en estos últimos diez años se ha triplicado (Ejemplo Illescas, en la mitad de camino, una de las mayores poblaciones, tenía 9000, y ahora cuenta con 27.000 habitantes. Los pueblos de la comarca de la Sagra, en general, han pasado de 25.000 habitantes a más de 350.000, por el efecto frontera, industrial y de vivienda). Y no cuentan con adecuado transporte público.

O los aeropuertos de Ciudad Real, y Castellón, donde no ha despegado ni aterrizado ningún avión. Parece increíble, pero es cierto. Y lo peor es, que debido a las condiciones de una serie de contratos del gobierno con empresas privadas constructoras de esas “megaobras”, ahora, para empezar, por sentencia judicial, hay que pagar a esas empresas 5.500 millones para compensar su inversión y por falta de uso que proporcionara los beneficios estimados. Es decir, si hubieran ganado esas grandes empresas, se repartirían entre ellas los beneficios, pero como no han sacado lo previsto por falta de uso y tráfico, esas pérdidas debe pagarlas la sociedad española. Una “faena” que, como acaba de anunciar el gobierno, entre sus primeras medidas, repercutirá en la correspondiente subida de impuestos para el año que viene.

Vayamos con los dos ejemplos más notables y flagrantes: La “Caja Mágica” y las autopistas de peaje, obras a mayor gloria del PP, como ejemplo de obras inútiles y de su elevado coste, que siempre supera hasta cuatro veces lo presupuestado.

“La caja mágica”
 Es un cubo de 83.500 m2 de superficie, que alberga tres estadios de tenis, al lado del pequeño río que cruza la ciudad. Su presupuesto se triplicó, de 120 millones de euros, pasó a 190 millones, y acabó costando 300 millones, además hay que sumar el medio millón cada mes que cuesta su mantenimiento. Dinero como surgido de la lámpara de Aladino, cuadrada y brillante, enorme, con cimientos que carcome la humedad hasta horadarla. Bautizada como “Caja Mágica”, es la cancha de tenis más moderna del mundo, y menos usada. Se construyó como parte de las infraestructuras para celebrar olimpiadas. Era la “joya” de la candidatura de Madrid a los Juegos del 2012 y 2020, que no la concedieron. Solamente el aparcamiento costó 14 millones de euros. Y es que el proyecto, según los técnicos, salió fallido en su concepción. No se hicieron los suficientes estudios geotécnicos y por su proximidad al río hubo que modificar la cimentación de la instalación al levantarse sobre una zona húmeda.

Con esta y otras obras como ésta, la ciudad de Madrid, cuando acabó de gestionarla el PP, quedó con una deuda de 8000 millones de euros (cantidad que supera la deuda de todos los ayuntamientos de España juntos). El nuevo gobierno municipal compuesto desde hace año y medio por el PSOE y Podemos, está consiguiendo rebajarla en un 3,6 %, que parece poco pero se ha evitado que aumente.

Aeropuertos sin aviones
Otro ejemplo son los aeropuertos. España es el reino de los aeropuertos. Cuenta con 52 aeropuertos, aunque únicamente 8 son internacionales. Solamente una docena se usan con suficientes viajeros y vuelos como para que sean rentables. España es el país del mundo con más aeropuertos por habitante; cada autonomía quería tener el suyo propio, cuando no varios, a sabiendas de que la distancia más larga dentro de la península entre dos capitales no llega a los 1500 klms. El despilfarro del dinero público han permitido la construcción en los últimos años de una decena de nuevos aeropuertos y la ampliación de otros ya existentes cuyas obras, salvo el de Madrid y Barcelona, no eran necesarias. Alemania, con el doble de la población que España y un nivel de riqueza mucho más alto, tiene 58 aeropuertos, 41 de ellos están abiertos a pasajeros.

Entre los más flagrantes aeropuertos españoles que no sirven para nada está el de Ciudad Real, bautizado como “don Quijote”, ya cerrado; ha sido una de las principales causas del hundimiento de Caja Castilla-La Mancha, que aportó directamente de sus cuentas unos 400 millones de euros  y ofreció préstamos a los restantes inversores. El total de dinero dilapidado en esta infraestructura que ni ha tenido que cerrarse, ha sido de 1.400 millones de euros. Castilla-La Mancha fue una de los primeros bancos que hubo que rescatar con dinero público con el consiguiente perjuicio social.

La segunda posición del despilfarro, que queda como monumento a la codicia política, es el aeropuerto de Castellón, que nunca tuvo aviones y nunca llegó a ponerse en marcha, y costó más  510 millones de euros. Se hizo con la idea de atraer y facilitar el turismo en la zona costera pero no ha tenido un efecto positivo.

El aeropuerto de Badajoz sigue la misma ruta, sin aviones ni pasajeros. En el de Lérida se han dilapidado 40 millones en un aeropuerto que en 2011 sólo ha tenido alrededor de 30.000 pasajeros; en Burgos se invirtieron unos 45 millones de euros, y actualmente es uno de los menos rentables de España, junto a los de León, Huesca, Logroño, Albacete, Lérida, Pamplona…

La fiesta de los aeropuertos nos ha costado a los españoles más de 6000 millones de euros y la empresa semipública que lo gestiona, Aena, es hoy día deficitaria.

Trenes lujosos sin viajeros normales
Ya no se escucha en las estaciones el aviso del jefe de estación, hasta hace poco usual, que con su gorra de plato y banderín gritaba “¡viajeros al tren!”, y la gente acababa las despedidas y se apresuraba a subir al vagón. Ya todo va por ordenador y el tren arranca sin avisar y enseguida toma una velocidad inimaginable hace diez años. Hay que estar subido mucho antes si no quieres quedarte en tierra. Están bien estos trenes, pero no hacen falta tantos para cortas distancias a costa de la ausencia de los que se necesitan, como son los de cercanías.

A estas obras faraónicas hay que sumar otras que en principio se iban a dedicar a espacios de grandes superficies: para congresos, espacios para la “gran cultura”, bibliotecas gigantes, parques de ocio, y los tranvías instalados en algunas ciudades y pueblos, que no han mejorado el tráfico… Hay que mencionar estaciones de los AVE, líneas supermodernas de alta velocidad, en las que como máximo han montado en el tren 18 pasajeros en todo el año. Las líneas de ferrocarril de alta velocidad han sido otros de los gastos de poca utilidad y mucho coste. Es otro de los temas polémicos que cuando se hagan las cuentas de lo que hay que pagar, aparte de lo que se ha pagado ya por su trazado, y sus estaciones, casi siempre vacías, quizá podamos saber los españoles lo que nos han sangrado. España es el segundo país del mundo con más líneas de alta velocidad. El ejemplo es el de Madrid-Toledo (como la autopista de peaje), que casi siempre va vacío sobre todo en invierno, mientras la autopista gratuita y los autocares de línea van a rebosar a cualquier hora provocando atascos de 30 klms en días de “puente festivo”. Una línea de cercanías de solamente 50 klms hubiera mejorado el traico y los traslados, y su coste es cien veces menos, dando servicio a más de 300.000 usuarios diariamente.

Autopistas sin coches
De los despilfarros anteriormente nombrados no hay datos de su volumen. El de las autopistas de peaje, 8 en concreto, de las cuales 6 pertenecen a las cercanías de Madrid, llamadas “radiales”, se saben dos cosas: primera que estaban mal planificadas desde su misma concepción, y que no han sido usadas. Pero se hicieron pensando que ellas aliviarían el tráfico de entrada y salida de Madrid, evitando las enormes caravanas que se forman en días y “puentes festivos” o en tiempo de lluvias. Como se preveía un tráfico inmenso, acarrearía buenas ganancias, y las empresas las construían, a sabiendas de que con el peaje sacarían la inversión y sus correspondientes beneficios. Y todos tan contentos. Pero no ha sido así, al ser autopistas que, además de conducir a ningún sitio, pues al final se encontraba el mismo embudo, donde precisamente se forman los atascos a la mismas puertas de la capital, y por el peaje tan caro, nadie las usa. Las empresas concesionarias ante las pérdidas, han demandado a la administración, y los jueces, debido a unas cláusulas en los contratos, han dictado a su favor. Así pues, este gobierno se encuentra con que tiene que abonar en un plazo de tres meses más de 5000 millones a dichas empresas constructoras. Un rescate inesperado que el gobierno oculta. Empresas que se han venido aprovechando de los políticos para hacer su negocio, junto al de cada político, con sus comisiones, por las que se están juzgando a algunos, y con las que se sospecha se estaba financiando ilegalmente el partido del gobierno, en los años 2000, cuando se hicieron las autopistas, y las últimas líneas de AV, y el gobierno de hoy, ambos del PP.

El nuevo Ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha asegurado que está trabajando por lograr un acuerdo con las empresas gestoras, así como la reducción del pago y la ampliación de tiempo. Sea cual sea el resultado, lo más probable es que las autopistas quebradas reviertan al Estado y éste decida cómo gestionarlas. La cuantía de lo que puede suponer este rescate, porque no es otra cosa, aunque él trate de ocultarlo, varía en función de quien haga la estimación y del momento en que se realice el rescate. La patronal de grandes constructoras “Seopan” cifró en 5.500 millones la cuantía.

Los partidos de la oposición, los sindicatos y organizaciones de consumidores, como FACUA, la Federación de Consumidores y Usuarios en Acción, consideran «indignante que, una vez más, sean los ciudadanos quienes tengan que asumir las pérdidas de las empresas que no han sabido gestionar sus activos». Todos muestran su total rechazo a que el Ejecutivo asuma las pérdidas de estas carreteras en quiebra porque los seis bancos más importantes (Santander, Bankia, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Banco Popular) y las principales constructoras, las hicieron sobreestimando su tráfico, así como por sobrecostes derivados de las expropiaciones de los terrenos que se pagaron muy por encima de lo estipulado.

El rescate sorprendente de las autopistas radiales, es el primer escándalo con el que se enfrenta el recién nombrado gobierno de Rajoy; el primero, y seguro que no será el último, a tenor de lo que líneas atrás acabamos de contar. Y todo, mientras en el Congreso se han presentado unas propuestas para reformar la ley laboral, anular la ley mordaza que atenta contra algunos artículos de los Derechos Humanos, y subir los salarios junto al salario mínimo, así como asegurar, por ley, que ninguna familia se vea privada de los servicios de primera necesidad, como son el agua y la electricidad. Esta semana empiezan en toda España las movilizaciones al respecto. En más de 40 ciudades se están preparando manifestaciones para que el gobierno atienda las peticiones de la Cámara y se adhiera a la mayoría parlamentaria. Recordamos a los lectores uruguayos que la actual administración está gobernando en minoría y que para cualquier pacto o para sacar adelante una normativa debe contar al menos con otros dos partidos, como en esta ocasión ha hecho la oposición: PSOE, Podemos y Ciudadanos se han unido para presentar estas iniciativas con el deseo de que se conviertan en ley.

El gobierno del sr. Rajoy, por su parte, no se ha definido todavía, ocupado como está en arreglar el desaguisado de las autopistas, y en preparar el próximo pleno, donde deberá presentar a la aprobación de la Cámara sus presupuestos, donde figuran las subidas de impuestos en general y de las bebidas alcohólicas, así como los combustibles en particular.

Y no olvidamos otra multa: la que debe pagar a la UE nuestro país de unos 5.500 millones de euros, porque no ha ajustado su déficit al previsto por la Unión Europea. Pero esto es tema para otro momento.

A este paso, España se quedará sin españoles. Morirán de inanición.

*Para que compare el lector, España cuenta con algo más de medio millón de klm2, 46 millones y medio de habitantes, y 92 habitantes por klm2. Uruguay, 176.200 habitantes y una densidad de 18 habitantes por klm2. Alemania, la nación más rica de la UE, tiene 81 millones de habitantes en 357.376 km2, y una densidad de 223 hbt., por klm2. Francia, la mayor en extensión, 675.400 klm2, y casi 67 millones de habitantes, con una densidad de 98 hbt por klm2. (Datos de  Wikipedia)

*El aislamiento no solamente venía provocado por las políticas europeas (democracias-frente a dictaduras), sino también por la política del general Franco que, acabada la guerra, mandó cambiar y ensanchar las vías del tren que terminaban y empezaban en la frontera francesa para evitar que hubiera un paso fácil entre ambos países y no pudieran circular los trenes de Francia a España, y a la inversa. Una prueba que permanece como monumento a la estupidez por su estado ruinoso a falta de uso, es la hermosa estación de Canfranc, en los Pirineos, antiguamente muy utilizada.

 

Por Ramón Hdez de Ávila
Crónica de nuestro corresponsal en España

Foto: de El Plural

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