Al Partido Socialista Brasileño

Estimado colega, Prof. Dr. Roberto Amaral. Presidente del PSB:

La Sra. Marina Silva tenía un porcentaje de intenciones de voto muy superior al del gobernador Eduardo Campos, pero no consiguió registrar su partido – Red Sustentabilidad – y salir con su propia candidatura a la presidencia de la República.

El gobernador Eduardo Campos permitió que ella ingresase en el PSB y se convirtiese en candidata a vice en su lista. Imaginó que su porcentaje de intenciones de voto le sería transferido.

No le transfirió nada y él no salió de un porcentaje de entre el 8% y el 10%. Trágica equivocación.

Para mí era evidente que la Sra. Marina Silva no entró al PSB, con un mayor porcentaje de intenciones de voto que el candidato a la presidencia, para ser sólo vice.

La lista tendría que estar encabezada por ella misma. Era seguramente su objetivo y el de los intereses que representa, como lo demuestran las declaraciones que hizo, contrarias a las directrices ideológicas del PSB y a las líneas de la soberana política exterior de Brasil.

Vaticiné que podría ocurrir algún contratiempo que la llevara a encabezar la lista, como candidata del PSB a la Presidencia.

Antes que ella fuese admitida en el PSB y se convirtiese en candidata a vice, comenté esta premonición con el gran abogado Durval de Noronha Goyos, mi querido amigo, y él trasmitió al gobernador Eduardo Campos mi advertencia.

Sería un peligro si la Sra. Marina Silva, con un porcentaje de intenciones de voto mucho mayor al de él, fuese candidata a vice. Ella jamás se conformaría, ni los intereses que la produjeron y la promovieron, a través de los medios de comunicación, con una posición subalterna, secundaria, en la lista de un candidato con menor peso en las encuestas.

El gobernador Eduardo Campos no lo creyó. Pero, infelizmente, mi premonición se cumplió, bajo la forma de un desastre de avión. Puede, por favor, confirmar lo que afirmo con el Dr. Durval de Noronha Goyos, que era amigo del gobernador Eduardo Campos.

Dado que hace muchos años estoy investigando acerca de las shadow wars y sus métodos y técnicas de regime change, nada me asombra. Y el hecho fue que ocurrió un accidente y extinguió la vida del gobernador Eduardo Campos. Así se abrió el camino para que la Sra. Marina Silva se convirtiese en candidata a la presidencia de Brasil.

Me resulta por demás extraño que se niegue a revelar, como informó la Folha de São Paulo, el nombre de las entidades que le financiaron sus conferencias, por un total (que fue, declarado) de R$1,6 millón (un millón y seiscientos mil reales), desde 2011, durante tres años en que no trabajó. Alegó la exigencia de confidencialidad. ¿Por qué la confidencialidad? Es entendible porque, tal vez, sean fuentes oscuras. El silencio puede implicar confirmación.

Fui miembro del PSB antes de 1964, en la época del destacado jurista João Mangabeira. Sin embargo, ahora, es triste ver cómo la Sra. Marina Silva tira y sumerje en el tarro de la basura la tradicional sigla, cuya historia escribí tanto en un prólogo a la 8ª edición de mi libro El Gobierno João Goulart, publicado por la Editorial UNESP, como en El Año Rojo, a ser reeditado (4a edición), por la Civilização Brasileira, el año próximo.

Las declaraciones de la Sra. Marina Silva contra el Mercosur, a favor de la subordinación y alineamiento con los Estados Unidos, contra el derecho de Cuba a la autodeterminación, y otras, realizadas en varios lugares y en la entrevista al Latin Post, del 18 de septiembre, enchastran aún más la sigla del PSB, un partido que fue respetado, pero del cual, desastrosamente, ahora ella es candidata a la presidência de Brasil.

Lamento muchísimo expresarle, abierta y francamente, lo que siento y pienso con respecto a la posición del PSB, al aceptar y mantener a la Sra. Marina Silva como candidata a la Presidência de Brasil.

A los 78 años, no estoy afiliado al PSB ni a ningún otro partido. Soy apenas un cientista político e historiador, un libre pensador, independiente. Pero por ser usted un hombre digno y honrado, y en función del respeto que le tengo, permítame aconsejarle que renuncie a la presidencia del PSB, antes de la reunión de la Ejecutiva, convocada para el viernes 27 de septiembre. Si no lo hiciere – una vez más -, por favor, perdóneme por decirle que estará inmolando su propio nombre junto con la sigla.

Las declaraciones de la Sra. Marina Silva son radicalmente incompatibles con las líneas tradicionales del PSB. Revelan, desde ya, que ella pretende volver a los tiempos de la dictadura del general Humberto Castelo Branco y proclamar la dependencia de Brasil, como el general Juracy Magalhães, embajador en Washington, que declaró: «Lo que es bueno para los Estados Unidos es bueno para Brasil.»

Cordialmente,

Prof. Dr. Dres. h.c. Luiz Alberto de Vianna Moniz Bandeira

Traducido para LA ONDA digital por Cristina Iriarte

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