A las 18 y 30 hs de este miércoles 4 de noviembre los resultados electorales determinan para Joseph Biden 253 votos del colegio electoral sobre 213 de Donald Trump. A ello se le suman victorias demócratas en varios estados (todavía no proyectados) que asoman irreversibles, con lo cual superará la barrera de los 270 votos necesarios. La participación electoral fue récord histórico. Los votos anticipados (emitidos antes de ayer), presenciales o por correo, superan los 100 millones (un 70% de los votos totales emitidos en 2016). Los votos emitidos el martes, sumados a los anteriores hacen que este 2020 sea extraordinario. Idéntica condición del voto al presidente electo. Más de 70 millones (hasta ahora) ya transformó al elegido como el más votado de la historia.
Los votos anticipados comenzaron a ser contados luego de culminar el escrutinio de los votos emitidos el martes 3. El presidente Trump, reiterando su inescrupulosa conducta habitual, denunció fraude, tanto por twitter (que señaló las falsas cifras manejadas, además de los conceptos emitidos), como en su mensaje desde la Casa Blanca, en la noche del martes, sin fundamento alguno. Peor aún, expresó que ya había ganado y la elección había culminado con su victoria. Por ello debía no realizarse el escrutinio de los votos no emitidos ese día. Que como ya informamos, son más de 100 millones, muchos más de los emitidos el martes. La tendencia de los votos anticipados, a medida que avanza su escrutinio está expresando una gran diferencia a favor de Biden, configurando un panorama claramente favorable para definir la victoria del candidato demócrata. Trump anuncia diversos recursos pidiendo, según el estado y el resultado, suspender los escrutinios (donde va perdiendo) o continuar hasta terminarlo (donde va ganando). Más allá de esta absurda, pero para nada sorprendente actitud del ocupante de la Casa Blanca, uno de los pocos que serán desalojados después de su primer mandato, el resultado aparece irreversible. Cualquiera que sean las impugnaciones presentadas o a presentar, resulta imposible que las autoridades competentes dejen de contar los votos emitidos y más que improbable que los recuentos que eventualmente sean realizados arrojen cambios en los números conocidos originalmente.
La victoria de Biden produce un alivio generalizado en el mundo. Se asume que otro mandato de Trump hubiera sido catastrófico a nivel global. Erosión de la democracia, aumentó del peligro de una guerra nuclear, aceleración del cambio climático y un impulso a los anti valores que Trump encarna; la mentira sistemática, el insulto, la discriminacion, la xenofobia, el racismo, la homofobia y todas las definiciones que identifican a los neonazis y neofascistas en el mundo. Hubiera confirmado la continuidad de la guerra comercial y el debilitamiento del multilateralismo, alejando esperanzas de cualquier gobernanza mundial. Para América Latina hubiera reafirmado un intervencionismo desenfrenado y ratificado un respaldo a los gobiernos de derecha y ultraderecha incrementado.
La derrota del personaje es una buena noticia. Veremos el rumbo que asuma la nueva administración. Sin grandes ni ingenuas expectativas. Pero Biden evidencia una posibilidad de intentar fortalecer instituciones que ayuden a buscar una gobernanza mundial. Parece posible que intente procesar la marcha de un imperio en pleno fin de ciclo, buscando algunos consensos globales que ayuden a la cooperación, sin apostar irracionalmente todo a una nueva guerra fría, de la que nadie resultará beneficiado finalmente. El mundo respira aliviado, que no es poco, si vemos lo vivido en los últimos años. La primera muestra se dará con la actitud que asuma el próximo gobierno con el combate de la pandemia y a sus graves consecuencias sociales y económicas, de la que esperamos un camino de cooperación global imprescindible.
Por Carlos Pita
Médico, político, ex embajador uruguayo en EE.UU.
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