Las decisiones de Vladimir Putin fortalecieron a la OTAN, devolvieron a Estados Unidos el liderazgo transatlántico y alejaron a China de sus avances en la creciente vinculación económica y comercial con la Unión Europea. Al horror de la guerra en Ucrania, con sus desvastadoras consecuencias en muertes, destrucción, desplazamientos masivos de población, hambre y miseria en su territorio , la invasión rusa trajo consecuencias globales geopolíticas , económicas y sociales que incluyen una posible crisis de alimentos a nivel mundial con consecuencias de hambruna histórica. La responsabilidad de aumentar las trágicas consecuencias de la guerra han sido compartidas por Estados Unidos y por la OTAN, que se han esforzado en tomar sanciones de todo tipo, algunas con éxito relativo, pero que han coadyuvado a una crisis global que todos los analistas vaticinan será gravísima.
Mas allá de los esfuerzos propagandísticos del régimen de Putin, Rusia tendrá una severa caída de su producto interno y su población vivirá las consecuencias de una grave crisis económica. Estados Unidos hizo todo lo posible por hacer fracasar los intentos de la Unión Europea de impedir la invasión. Sus servicios de inteligencia y una masiva propaganda occidental (con honrosas excepciones), difundiendo la invasión a Ucrania con fecha y hora en reiteradas ocasiones, terminó por provocar el naufragio de la iniciativa francoalemana de retomar, bajo el Formato de Normandía, la fórmula propuesta por la Organización para la Seguridad Europea que tomaba como base la asunción de Ucrania del Acta de Neutralidad de Finlandia de 1975, y reformulaba los acuerdos de Minsk. Putin desairó dichos intentos y pronunció su alocución en la que defenestró la revolución bolchevique, a Lenin, a Stalin y a Kruschev y anunció la invasión.
Por Carlos Pita
Fue embajador de la República en Chile, España y Estados Unidos
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