Un paciente que sufre una obstrucción de una arteria que nutre su corazón, puede salvarse de sufrir un infarto y posiblemente de morir, si en un breve lapso de tiempo se le asiste restaurando la circulación de la arteria obstruida. En el caso de no disponerse de la asistencia a tiempo, al fallecer, se produce una muerte “evitable”.
Un paciente alérgico severo puede sufrir un shock anafiláctico con insuficiencia respiratoria aguda, que si no se trata a tiempo puede llevarlo a fallecer. Es otro ejemplo de muerte “evitable”.
Una enfermedad transmisible puede ser mortal. Si los pacientes portadores o enfermos de esa patología son aislados de las demás personas, evitan el contagio posible de la misma. Esos conceptos no son objeto de discusión o polémica en el ámbito científico.
Si una sociedad está expuesta a una circulación masiva de un patógeno que se transmite entre sus miembros, tiene dos caminos para protegerse.
Si dispone de vacunas, desarrollar un plan de vacunación y mientras lo instrumenta y aplica, disminuir los contactos sociales y la movilidad comunitaria para evitar la propagación de la enfermedad, mayor número de contagios y de muertes. En caso de no hacerlo; genera un número importante de muertes “evitables”.
La omisión de adoptar medidas sanitarias posibles de aislamiento o disminución de exposiciones a un patógeno de una enfermedad transmisible, hace de quien tiene la potestad y obligación de adoptarlas, responsable de contagios y muertes “evitables”.
Estas afirmaciones se pueden consultar con epidemiólogos, virólogos, matemáticos y expertos en políticas públicas se salud. No existe polémica en ámbitos científicos sobre esto
En las últimas horas se produjeron 68 nuevos fallecimientos por CoVid, 3515 nuevos casos y se llegó a 4362 muertes acumuladas desde el inicio de la pandemia en Uruguay. Nuestro país se mantiene hace varias semanas en el primero o segundo lugar de muertes por millón de habitantes y de casos por cada cien mil.
Desde Febrero el GACH y todas las gremiales médicas y sociedades científicas alertaron del riesgo de la circulación comunitaria del virus y la necesidad de implementar medidas de reducción de la movilidad acompañadas de subsidios a familias y a empresas que las hagan posibles.
El gobierno adoptó solo algunas. Las mismas no arrojaron resultados por insuficientes e incluso contradictorias (suspensión de clases presenciales y shoppings abiertos). Desde entonces entramos en una ola de contagios enorme que no cesa. Las muertes son de una magnitud atroz.
El gobierno transmite un mensaje nefasto a la población de estar camino a la post pandemia. No aplica los criterios de una infeliz consigna de “libertad responsable” que ni siquiera el presidente se cuida de cumplir.
Queda mucho tiempo todavía para alcanzar niveles de vacunación que por sí solos logren parar la ola de la pandemia.
Entrevistado en Subrayado; Lacalle Pou reiteró que no hará lo que le piden, intentó caricaturizar propuestas y no demostró una actitud acorde con el drama nacional que está viviendo nuestro país. Él y su gobierno ya no pueden corregir lo sucedido hasta ahora. Son responsables de “muertes evitables”en un número difícil de precisar.
Si podrían impedir las “muertes evitables” del futuro. Las medidas de restricción de la movilidad no son populares. Además precisan de subsidios a familias y empresas, que todos tendremos que pagar a largo plazo.
La oposición, exhibiendo una ética de la responsabilidad que la enaltece, le plantea al gobierno adoptar esas medidas y apoya los endeudamientos que sean necesarios para salvar vidas y secuelas de la enfermedad. Sabiendo que su postura no busca ni obtiene rédito político alguno.
Preguntado Lacalle si sentía dilemas éticos cuando tenía que tomar decisiones sobre estos temas; respondió rotundamente que no. Resulta triste e indignante su respuesta. Si hay una circunstancia histórica en la que una sociedad debe recurrir a sus mejores reservas de ética y de valores, es la que está viviendo hoy la nuestra.
La soberbia, la arrogancia, la jactancia, en medio de una tragedia, tornan mucho más dolorosa la dura experiencia de pasar por ella.
Cuando lleguemos a Julio habremos pasado las cinco mil muertes por Covid si no se adoptan las medidas propuestas. Se habrán sumado un número significativo de secuelas y muertes evitables que caerán sobre la conciencia de quienes sienten la ética de la responsabilidad.
Por Carlos Pita
Médico, político, ex embajador uruguayo en EE.UU.
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