Mujica, autocrítica y hegemonía

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La izquierda está en un momento muy particular de su vida, desde el momento que está por comenzar su tercer gobierno sin haber hecho un balance a fondo de su propia historia, desde los orígenes del frenteamplismo a la realidad de hoy.
Esta carencia es grave en la medida que la ausencia de un relato y de un análisis de lo construido, no permite asimilar los éxitos y recoger enseñanzas para poder construir un futuro exitoso.

Sin relato de lo vivido como proceso, el Frente Amplio queda librado a la buena o mala conducta intelectual de sus dirigentes y militantes. Para impedir que estas peligrosas señales asomen por el horizonte, es imprescindible que la coalición de izquierda, como tal, asuma una elaboración colectiva donde la dirigencia y la intelectualidad del FA sepan encontrar mecanismos de reflexión para concluir en un relato único que llegue a las nuevas generaciones de la izquierda uruguaya.

Para que este esfuerzo tenga éxito, se requiere de militantes con seriedad en el análisis y con capacidad de autocrítica, práctica que no es sencillo aplicar. Pero hay dirigentes como José Mujica que están dispuestos a hacerlo. En los últimos días, el Presidente de la República incursionó con éxito en el análisis del papel de los Tupamaros en la creación de un clima de violencia en el país en la década de los sesenta.

Veamos lo que dijo a la prensa en relación con este tema: “Si bien no somos la causa original de la represión, después multiplicamos los efectos de la causa original”. Estos dichos de Mujica a La diaria y a Sonia Breccia en Canal 5 son toda una novedad en el discurso de un alto dirigente tupamaro. Pero también son un aporte al conocimiento de la historia de una parte de la izquierda. Sin duda un buen ejemplo de cómo se puede construir un relato apegado a la verdad.

Estamos ante un buen cambio de escenario en el que Mujica sin los nervios de la gestión, se prepara para ingresar a una nueva etapa de su vida donde podrá aportar a la construcción de una nueva izquierda, sabiendo que por un lado tendrá que apoyar a Tabaré Vázquez, pero a la vez podrá crear un espació de reflexión que recoja el pasado y mire al futuro.

Es de esperar que esta actitud de Mujica sea igualada por otros dirigentes frenteamplistas, sean o no tupamaros. Es que el Frente Amplio, si llega a un buen relato de lo ocurrido desde hace 44 años, tendrá por delante la posibilidad de fortalecer la hegemonía que ha sabido construir. Y cuando eso pasa, se abre la posibilidad de seguir gobernando para construir una nueva sociedad.

En la medida que esto ocurra, podrán ser realidad las palabras de Tabaré Vázquez en ocasión del 44 aniversario de la creación del Frente Amplio: “El FA matrizará todo el siglo XXI”.

Por Raúl Legnani
Periodista y maestro uruguayo

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