El presente, Jorgito y 2 películas

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En la mañana del miércoles 20, recibía un mensaje de un amigo respecto a “celebrar” la salida de Trump del gobierno de EEUU. Minutos después comenzaron a llegar opiniones que “relativizaban” el cambio en la administración norteamericana, que tiene a una  afroamericana – asiática, Kamala Harris como vicepresidente, y probable candidata a presidente.

Hace muchos años, conversando sobre la película “MASH” (1) con Jorgito (2), nacido en EEUU, de padre cubano, que luego de la revolución volvió a Cuba, a contra corriente de lo que comenzaría a pasar en estas últimas décadas, me dio un consejo que al día de hoy mantengo presente: no quieras entender la realidad y política de EEUU con los parámetros de tu cabeza latinoamericana.

Aquella película, que tomaba con “humor” lo que ocurría en un hospital de campaña, cuando aún estaba en pleno desarrollo la guerra de Vietnam.

Yo no podía entender, más bien repudiaba, que se hiciera “humor” con todo lo que ocurría durante la miserable presencia de militares americanos en Indochina.

Luego vino la otra película más cercana a nuestras realidades, “Salvador” (3) cuando EEUU estaba en plena intervención en Centro América, en particular en apoyo de los “contras” de Nicaragua.

Jorgito, que en su momento fue parte de los cubanos que formaban el equipo de entrenamiento de Bobby Fischer cuando fue a jugar ajedrez a Cuba. Era bilingüe perfecto, por lo cual lo envidiaba cada día, comentaba que si no se mira esa sociedad desde su composición, modos de vida, lugar en la sociedad, grupo económicos y de poder, jamás se podrá entender, ni valorar correctamente lo que sucede en su realidad y perspectivas.

El mostrar desde la triste realidad de un hospital de campaña a la guerra de Vietnam, era corrosivo y un mensaje de denuncia de lo que estaba llevando adelante el gobierno con las muertes que día tras día se transformaban en ataúdes y banderas que llegaban a la puerta de los hogares americanos.

Yo no lo había mirado desde ese ángulo, y en la película “Salvador” de Oliver Stone, tampoco podía compartir la mirada del cineasta, porque mostraba cosas “de nuestro lado” inaceptables para nuestro entender de lo que era el combate al imperialismo yanqui.

Ayer Jorgito volvió a mi mente, cuando las formulaciones mediatizaban lo que estaba ocurriendo con el cambio de mando y las “órdenes ejecutivas” firmadas en el mismo día de la asunción.

No podemos olvidar que hace cuatro años esa sociedad le dio el triunfo a Donald Trump. Ahora votó mayoritariamente por la alternativa, sin embargo 75 millones lo hicieron por la variante más conservadora de los últimos tiempos en la sociedad americana.

Que una mujer afroamericana – asiática, madre soltera, pase a ser vicepresidenta (posible presidenta) de EEUU es un revulsivo impresionante, como lo es una persona transgénero ministra, que se vuelva a la OMS, o al acuerdo de Paris sobre el cambio climático. No es un cambio menor, más allá de que sigue apoyando a un “hijo de Trump”, como Guidó o mantener a Cuba como país que apoya al terrorismo, etc, etc.

Mirando en estos días la serie Ala Oeste de la Casa Blanca (más de 150 capítulos, emitida desde 1999 al 2006),  con lo que está pasando, más bien parece ser que ser una película de “futurología”, cuyo protagonista, un presidente que llega con 303 votos electorales en su reelección, como ahora los tuvo Biden en esta elección, con un parlamento de complejo equilibrio.

Biden debe ser el gobernante norteamericano que más veces ha visitado el continente.

Yunisa Reynoso, ex embajadora de EEUU, en nuestro país durante los años del “Pepe” como presidente, será la jefa de gabinete de la esposa del Presidente.

No tengo muchas expectativas en cambios significativos de lo que pueda realizar Biden respecto a nuestro continente, incluso a nivel internacional, pero lo que ocurrió el miércoles  no es un detalle menor para los habitantes del planeta, quizás con una presencia del multilateralismo en varios aspectos críticos para la supervivencia, en momentos que sobrevivir no es un tema menor.

Creo que sería buena cosa intentar pensar colectivamente en cómo llevar las relaciones con EEUU en el futuro inmediato, porque en ellos estará en juego un grupo de temas que directamente nos afectarán, al igual que miles de inmigrantes del continente y el encontrar algunas salidas a los dramáticos problemas de pobreza, sanidad, comida, drogas, y porqué no, respeto por la autodeterminación de nuestros países.

Por Benjamín Liberoff
Posgrado en Economía y Gestión del Turismo Sustentable (Universidad de la República de Uruguay – Universidad de Siena).

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