El escapismo y el silencio como estrategias para afrontar los devastadores traumas de la memoria constituyen los dos ejes vertebrales de “Al oeste del fin del mundo”, la coproducción argentino-brasileña del realizador y guionista Paulo Nascimiento.
Esta película, que es protagonizada por el actor uruguayo radicado en Brasil César Troncoso, indaga en íntimos territorios humanos que discurren entre la soledad, el ocultamiento y la desolación.
No en vano los personajes se refugian en parajes naturales distantes de los grandes centros poblados, donde procesan pacientemente sus propios duelos y temores.
En ese contexto, la escenografía no es una mera locación o envase ambiental, sino un espacio donde se dirimen los dilemas y las contradicciones.
En buena medida, el fin del mundo al cual alude el título de la película tiene una doble connotación: la meramente geográfica y, lo que es más trascendente, la emocional.
Es precisamente la emoción la gran disparadora de los conflictos de los seres humanos que habitan esta peripecia cinematográfica, donde la imagen con sentido alegórico suele trascender a la mera comunicación verbal. Por supuesto, el protagonista de esta historia aparentemente mínima es León (César Troncoso), un ex combatiente de la Guerra de Las Malvinas, quien sobrevivió a la derrota y logró emerger de ese infierno de nieve y muerte.
Sin embargo, como otros veteranos de ese conflicto infame alimentado por los delirios de grandeza de un dictador y el invasivo neocolonialismo de una potencia imperialista, jamás logró recuperarse de los traumas devenidos de su lacerante experiencia bélica.
Separado de su pareja y de su hijo preadolescente, a quien dejó a cargo de la abuela paterna, este individuo retraído optó por el aislamiento, como si se tratada de un auto-castigo.
Cargando sobre sus espaldas con culpas propias y ajenas, se instala en una estación de servicio emplazada en una desolada carretera, con el idílico pero gélido telón de fondo de los encumbrados picos de la cordillera de Los Andes, en la provincia de Mendoza.
Allí, comparte su vida únicamente con su soledad, que se tiende como un manto de mansedumbre no exento de dolorosas nostalgias que acuna en su azorado corazón.
Es una suerte de ermitaño, que únicamente interactúa con los trashumantes camioneros que requieren recarga de gasolina y con Silas (Nelson Diniz), un brasileño no menos taciturno, con quien a menudo intercambia apenas dos palabras o comparte un mate o una indigerible comida al paso.
Tal es la cansina rutina de esta suerte de monje en retiro sin iglesia, dogma ni credo, quien cotidianamente vive un tiempo sin tiempo signado por la indiferencia y ni siquiera atiende las llamadas telefónicas de su hijo, porque no sabe qué decirle.
Su miserable vida comienza a cambiar radicalmente con el arribo de Ana (Fernanda Moro), una joven brasileña errante que está absolutamente desamparada, quien también huye de un pasado traumático.
El encuentro corrobora que el humano es un ser social y afectivo por antonomasia, que casi siempre necesita compartir sus dolores, sus alegrías, sus tristezas y sus sueños con otros.
“Al oeste del fin del mundo”, que cuenta con una visceral actuación protagónica de nuestro compatriota César Troncoso, es una alegoría sobre la tragedia de la guerra, la memoria, la soledad, el amor y el desamor, ambientada en un paisaje realmente sobrecogedor.
El film, que está construido mediante una caligrafía sobria y a la vez moroso, es un radical retrato sobre el demoledor peso de la culpa y las emociones contenidas, que decanta a través de un silencio cómplice poblado de reminiscencias.
Al oeste del fin del mundo. (A Oeste do Fim do Mundo). Brasil y Argentina 2014. Dirección: Paulo Nascimento. Guión: Paulo Nascimento. Dirección de arte: Voltaire Danckwardt. Producción: Leonardo Machado y Beto Rodrigues. Reparto: César Troncoso, Fernanda Moro, Nélson Diniz, Alejandro Fiore, Marcos Verza, Santiago Criollo y Clemente Viscaíno. (Publicada en Revista La ONDA digital).
Por Hugo Acevedo
Periodista y crítico literario
La ONDA digital Nº 720 (Síganos en Twitter y facebook)
(Síganos en Twitter y Facebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA
Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.
Otros artículos del mismo autor: