El negocio de la literatura en español cambia de manos. Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, dos premios Nobel de Literatura, junto a la obra de Julio Cortázar y Carlos Fuentes, se reunirán en la misma escudería a partir de hoy. El fondo del Boom Latinoamericano, cincuenta años después, cae en manos de Penguin Random House (PRH). Con una venta ‘low cost’ de 72 millones de euros, PRISA se deshace de la línea literaria de Santillana, tal y como anunció este periódico el pasado abril: Aguilar, Alfaguara, Punto de Lectura, Suma de Letras y Taurus. También se queda con sus filiales en Brasil. La editora de El País, sometida a una deuda de 3.200 millones de euros, mantiene la rica cuota escolar, con la actividad de Alfaguara infantil y juvenil.
De esta manera, el gigante editorial formado por la unión del grupo alemán Bertelsmann y el anglosajón Penguin, adquiere uno de los fondos en lengua española más importantes del mercado y, sobre todo, amplía la cuota de su negocio en el mercado latinoamericano. Si bien en nuestro país PRH tendrá en Planeta un duro rival, todo apunta a que en Latinoamérica se convertirá en una máquina editorial intocable.
Lo curioso del anuncio de la operación es que se realiza a unas horas de la difusión del Premio Alfaguara, enterrando la promoción del galardón al escritor colombiano que lo recibirá este año, y que viene a subrayar el interés del grupo extranjero en el negocio editorial en castellano. Está por ver cómo afectará a los sellos que hasta hace unas horas competían y que pasan al mismo bando: línea editorial, estrategia y una reestructuración que echará a andar en breve. Los accionistas condicionan el producto, que es lo que importa a los lectores.
Una marca mundial
A cambio de 72 millones de euros pasan a controlar una marca que ya opera en 22 países, con presencia mayoritaria en América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela, EEUU y, claro está, España. Penguin Random House Grupo Editorial estará presente por primera vez en Portugal.
Markus Dohle, Consejero Delegado de Penguin Random House, en el comunicado oficial de su empresa aclara que la operación pretende “fortalecer nuestro compromiso a largo plazo con la publicación de libros en español al tiempo que incrementamos nuestro potencial comercial y literario en uno de los mercados lingüísticos más dinámicos del mundo, y establecer una fuerte presencia en Brasil”. Por otro lado, apunta que también acercarán a los autores de lengua española y portuguesa a un público “a escala mundial”.
Además, aclara que con la compra ofrecerán a autores y libreros una variedad todavía “mayor de posibilidades editoriales” y, a los lectores, “un abanico incomparable de opciones de lectura”. Sin embargo, la nueva empresa editorial –con Núria Cabutí, como Directora General- quiere publicar 1.500 títulos anuales, y en 2012, Alfaguara publicó 643, Aguilar 329, Suma de Letras 301 y Taurus 99. En total, 1372 títulos sólo de los sellos absorbidos.
De hecho, los sellos adquiridos tendrán que sumarse (o desaparecer) junto a los propios de PRH: Beascoa, Caballo de Troya, Collins, Conecta, Debate, Debolsillo, Fantascy, Grijalbo, Literatura Random House, Lumen, Montena, Nube de Tinta, Plaza & Janés, RHFlash, Rosa dels Vents y Sudamericana.
Armado Collazos, Director Global de PRISA Ediciones, en la nota de prensa explica que “es una satisfacción” que un grupo como PRH “pueda dar continuidad al trabajo desarrollado” por las editoriales vendidas.
El tesoro del español
El cogollo del negocio de los libros en lengua española es Latinoamérica. En las estadísticas del comercio exterior del libro que realiza la Federación de Cámaras del Libro (editores, libreros, distribuidores y gráficos) destacaba en su último informe, que en 2012 las exportaciones al continente americano tuvieron un crecimiento del 12,14%. México, Argentina son los dos principales focos de expansión de la industria editorial española en América, seguidos de Chile, Colombia, Brasil y Estados Unidos. La exportación de libros en castellano supuso un beneficio de 319.930.000 euros. Sólo en México, la venta de literatura alcanzó la cifra de 4.275.216 euros (infantil y juvenil, 6.933.307 euros).
Otro de los estudios del Ministerio explica que “dentro de tres o cuatro generaciones el 10% de la población mundial se entenderá en español y existirán nuevas zonas en las que este idioma será determinante; entre otras, Estados Unidos, que se convertirá en el primer país hispanohablante del mundo”. Actualmente es el cuarto.
En la actualidad, existen 196 filiales de empresas editoriales españolas en 32 países de los cuales casi el 80% son iberoamericanos. “Dado que el idioma es cultura, el libro español tiene una enorme proyección de futuro basada en la vitalidad del idioma español”. A tenor de las últimas cifras arrojadas por el Instituto Cervantes existen hoy en día más de 495 millones de hispanohablantes en el mundo.
La armada invencible
La desaparición de la división literaria de Santillana incide en la concentración de editoriales en España, donde el 66% de los libros son publicados por el 6% de los editores. Únicamente 18 editoriales privadas superan la cota de la edición de 700 libros al año. Las editoriales independientes consultadas por este periódico aseguran que la concentración les favorecerá porque “crea huecos que antes estaban ocupados”.
Penguin Random House Grupo Editorial se hace con un fondo –sujeto a renovaciones- compuesto por un catálogo insuperable con premios Nobel, como Alice Munro, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, José Saramago, J.M. Coetzee, Orhan Pamuk, Doris Lessing, V.S. Naipaul o Gunter Grass. Varios premios Cervantes, como Juan Marsé, Jorge Edwards, Guillermo Cabrera Infante o Sergio Pitol. Premios Nacionales de Literatura, Javier Cercas, Javier Marías, José María Merino o Luis Mateo Díez, entre otros.
Entre los autores internacionales y nacionales de mayor éxito editados por ambos grupos figuran Isabel Allende, Florencia Bonelli, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Joël Dicker, Umberto Eco, Albert Espinosa, Laura Esquivel, Ildefonso Falcones, Ken Follett, Carlos Fuentes, Elizabeth Gilbert, John Grisham, E.L. James, Stephenie Meyer, Kate Morton, Julia Navarro, Arturo Pérez-Reverte, Paul Preston, Quino, Marcela Serrano, Hiromi Shinya o Manuel Vicent.
Alfaguara pasa por 72 millones de euros, al grupo alemán Bertelsmann (Random House) y al ingles Penguin
PRISA acaba de comunicar la firma de la venta de Alfaguara y otros sellos editoriales de Santillana (en los 22 países en los que tiene presencia) a Penguin Random House Grupo Editorial, por 72 millones de euros. “Queda excluida de la venta el segmento de obras editoriales dirigidas al canal escolar”, es decir, Alfaguara Infantil y Juvenil. Tal y como avanzó el pasado abril este periódico la operación sólo concierne a los sellos literarios. Sin embargo, las negociaciones no se cerraron entonces.
“Con esta operación, Santillana concentrará sus esfuerzos empresariales y de inversión en el área de educación, que ya supone más del 87% de los ingresos de la compañía”, asegura en un comunicado la editora de El país, cuya deuda roza los 3.200 millones de euros. Alfaguara es la joya literaria de Santillana, con autores en cartera como Arturo Pérez-Reverte, Mario Vargas Llosa y Javier Marías.
La armada invencible de la literatura en castellano pasa a manos alemanas y abre la puerta a un mercado editorial del que carecía el grupo alemán Bertelsmann (propietario de Random House) y los ingleses Penguin. De esta manera, se fusiona un fondo literario muy competitivo: por un lado, literatura anglosajona, por otro, literatura en castellano. Una mezcla insuperable. Está por ver cómo se resuelve la comunión de tanta materia prima con sellos hasta el momento en competencia: Taurus, Suma de Letras, Objetiva, Altea, Fontanar, tendrán que hermanarse con Plaza y Janés, Grijalbo, Debate o Lumen, entre otras.
Asediado por la deuda
Las estrecheces económicas por las que atraviesa la otrora compañía de los Polanco son más que evidentes. Prisa registró pérdidas de 648,70 millones en 2013, lastrada por el deterioro del fondo de comercio de Digital+, su plataforma de televisión de pago. Santillana y su negocio de educación, tradicionalmente la joya de la corona del grupo, mantuvo una facturación por encima de los 730 millones de euros –en torno al 25% del total-, si bien registró un beneficio operativo (ebit) de apenas 80,49 millones, un 25,4% menos respecto a los 107,89 del ejercicio precedente. Ediciones generales vio cómo sus ingresos menguaban un 5,8%. La firma en su conjunto acumulaba a 31 de diciembre una deuda neta total superior a los 3.200 millones, motivo que explica de sobra su necesidad de hacer caja.
Por si fuera poco, la refinanciación pactada con los bancos a finales del pasado año también establece hitos que obligan a la compañía a tomar medidas de calado para reducir su deuda. De hecho, el acuerdo con las entidades financieras se estructura en tres tramos, con vencimientos a dos, cinco y seis años, con obligaciones de pago de 353, 647 y 2.278 millones de euros, respectivamente. Por el camino, la compañía tiene tres años para cumplir con determinados objetivos de desapalancamiento, ya sea vendiendo activos, recomprando deuda en el mercado a descuento o con la emisión de intrumentos de capital, entre otras posibilidades que le concede el acuerdo.
Eso sí, más le vale cumplir. Como advirtió el consejero delegado de la firma, Fernando Abril Martorell, en la junta extraordinaria de accionistas que dio luz verde a la reestructuración, los bancos podrán tomar “una parte de la participación de Prisa en Santillana» si la empresa no sigue la hoja de ruta fijada. El Confidencial ya publico que la editora de El País rechazó en 2009 una oferta del Grupo Pearson para adquirir el 100% de la división. Tras el verano de 2011, la propuesta llegó de la firma de capital de riesgo Providence Equity, fondo que gestionaba un capital de 23.000 millones y estaba dispuesto a desembolsar más de 2.000 millones por la empresa. Las propuestas por Santillana no han dejado de producirse.
En este sentido, el presidente ejecutivo de la compañía, Juan Luis Cebrián sólo aceptó la venta de una participación minoritaria del 25% al fondo DLJ South American Partners, que pagó 280 millones en abril de 2010 y recibe cada año un más que jugoso dividendo preferente. Aunque la venta de la editorial hubiera resuelto de un plumazo buena parte de los problemas económicos de la propietaria de la Cadena Ser, el factótum de Prisa ha sido siempre reticente a ejecutarla para no reducir el perímetro de la sociedad y, al tiempo, perder la influencia del grupo en Latinoamérica, a la sazón un potencial foco de inversores. De hecho, al barco se han subido en los últimos meses nombres ilustres como Carlos Slim, y otros menos conocidos como el magnate mexicano del transporte low cost Roberto Alcántara Rojas.
Peio H. Riaño*
Foto: Gabriel García Marquez y Carlos Fuentes, UNAM, México, 2008
ABRA (Blog de José Rafael Revenga)
Fuente: El confidencial
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