Ignacio Álvarez: sin invasión de Irak no hubiera existido el Estado Islámico

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Ignacio Álvarez: sin invasión de Irak no hubiera existido el Estado Islámico

Gilberto-LopesProfesor de Estudios Árabes en la Universidad de Alicante, coordinador del área de Oriente Próximo y Magreb.

En la Fundación Alternativas, columnista en el diario español “El País”, donde escribe con frecuencia sobre estos temas, Ignacio Álvarez vino invitado a Costa Rica para dar un seminario en el Centro de Estudios de Medio Oriente y África del Norte de la Universidad Nacional.

Conversamos con él sobre la situación en Medio Oriente, sobre los cambios que significará el retorno de Irán al escenario regional, luego de la firma del acuerdo para el control de su programa nuclear, y la crisis migratoria que enfrenta la Unión Europea. Álvarez afirma, entre otras cosas, que “sin la invasión de Irak no hubiese existido el Estados Islámico”.

– Ud. comentó, en artículo reciente, que la firma del acuerdo entre Irán y las cinco potencias + 1 que negociaban con ese país el control de su programa nuclear abría una nueva etapa en Oriente Medio. En su opinión, ¿eso reavivará las tensiones entre Irán (chiitas) y Arabia Saudita (sunitas)? ¿Qué consecuencias tendría eso para la región?
– Es una apuesta clara de EEUU a un reequilibrio de fuerzas en la región, tratando de incluir a Irán en el grupo de países amigos. Hasta ahora Estados Unidos había confiado en Israel y Arabia Saudita como sus grandes aliados en la región. Pero el caos que vive la zona indica que esos aliados son incapaces de garantizar la estabilidad de la región.

Con el acuerdo, Irán va a jugar papel clave. Es una potencia regional con peso específico y tiene que formar parte de la solución de muchos de esos conflictos.

¿Cuál puede ser la respuesta de Arabia Saudita? ¿Va a aceptar el nuevo statu quo o se va a oponer a esta repartición de fuerzas?

La intervención saudí en Yemen demuestra que no se van a resignar a quedar como aliado de segunda categoría.

– Arabia Saudita aparece vinculada a los grupos extremistas que operan en la región, entre ellos el Estado Islámico. Apoya también a los rebeldes sirios, lo que transforma a los saudíes en una fuerza desestabilizadora muy importante en la región. ¿Cuál es su apreciación sobre el papel de la casa de Saud en el escenario actual de la región?
– El papel de Arabia Saudita es negativo en términos generales, porque tiene un proyecto sectario para la región, basado en exacerbar las tensiones confesionales entre suníes y chiíes. Esto se puede ver tanto a escala doméstica como en todo el golfo, donde está azuzando los odios sectarios contra los chiíes. Pero también exacerba las diferencias dentro de la familia suní.

Quisiera destacar que cuando se habla de Arabia Suida se le considera la punta de lanza del sunismo cuando, en realidad, no es así. Son la punta de lanza del wahabismo, una versión minoritaria dentro del propio sunismo. Ellos quieren imponer, a toda costa, esa versión del Islán, que es muy nociva, una  versión sectaria, rigorista, puritana, antioccidental, antimodernista.

Esa versión choca con las propias tradiciones existentes en la región. En la misma Siria siempre han coexistido las diferentes tendencias del Islán. Y eso se está rompiendo, lo cual es un problema.

– Ud. habla también de la oportunidad para que la “comunidad internacional” aproveche esta coyuntura para tratar de apaciguar las turbulentas aguas de Oriente Próximo. Hasta hoy el papel de esa comunidad solo ha hecho agravar la situación. ¿Qué cambios vislumbra en ese papel y qué podrían hacer para apaciguarla?
– No es una solución sencilla, pero los países occidentales, en particular, son responsables de la situación en el terreno debido a la pasividad que han mantenido desde el estallido de las tensiones.

La inacción de los actores internacionales ha abierto la participación de los actores regionales: Irán, Turquía, Qatar y Arabia Saudita. Cada uno apostando en función de sus intereses.

Pero una intervención que no tiene que ser armada, sino de carácter diplomático, presionando a las partes en conflicto y a todos los actores que tiene intereses en la región, principalmente Arabia Saudita e irán, que son los que, de alguna manera, tiene mayor responsabilidad.

– Ud. es muy crítico del presidente sirio, Bashar el Asad. Pide que sea llevado al Tribunal Penal Internacional. ¿A cuáles líderes y dirigentes de la región dejaría Ud. de llevar a ese tribunal: el primer ministro israelí, Benjamin Natanyau; el rey Salmán, de Arabia Saudita; el presidente de Egipto, al-Sisi; a George W. Bush, a Blair, a Aznar, que han causado una inmensa tragedia en Irak y en Oriente Medio? ¿A quiénes?
– Considero que Asad es el principal responsable de la situación que se vive sobre el terreno. Probablemente la mayor crisis que ha habido en la región desde la II Guerra Mundial, con más de 250 mil muertos, de 70 mil desaparecidos, cuatro millones de refugiados y ocho millones de desplazados internos. Por lo tanto es el principal responsable y debería ser juzgado por crímenes de guerra.

El que se juzgue a otros depende de la magnitud de los crímenes. Es cierto que la invasión de Irak fue la que creó un caos que se va contagiando, poco a poco, a los demás países.

Es esa invasión la que crea el terreno adecuado para que el sectarismo haga explotar todas las tensiones acumuladas, que haya introducido este etnosectarismo que persigue a los suníes, a los que se acusa de connivencia con el régimen de Saddan Hussein.

Sin invasión de Irak no hubiera existido el Estado Islámico (EI). El EI es un hijo de esa invasión, una respuesta a la marginación de que son objeto los suníes de Irak.

En el caso de Israel también hay una clara responsabilidad, no solo del primer ministro Benjamin  Natanyahu sino también de los laboristas.

Israel está aprovechando este caos en la región para impulsar su proyecto colonialista, que consiste en dividir, fragmentar, la población palestina, territorial e ideológicamente. Eso les permite colonizar más territorio y crear una política de hechos consumados que les facilite anexarse ese territorio más adelante, agrupando a los palestinos en guetos y haciéndolos completamente dependientes de las decisiones de Israel.

La franja de Gaza está cerrada a cal y canto desde el 2007. Se ha convertido en una cárcel a cielo abierto donde se está castigando al conjunto de su población de más de 1,5 millones de personas.

En Egipto estamos asistiendo un retorno al autoritarismo, pero Al Sisi tiene importantes respaldos internacionales, tanto de  EEUU como de Arabia Saudita. Los países del Golfo también ven con buenos ojos ese retorno al autoritarismo.  En todo caso, la situación de Egipto, en términos económicos, es muy delicada. – Gaza está transformada en un verdadero ghetto, mientras Israel amplía la colonización en el territorio ocupado de Cisjordania. ¿Cómo va a terminar eso?

– Por ahora, esa política israelí de castigos colectivos no ha repercutido en Israel, no ha tenido un costo político para el país. Lo lógico hubiera sido que la comunidad internacional se alzara contra esa política, contra ese embargo que práctica Israel sobre la población civil palestina, contra esas guerras que lanza para trata de acabar con Hamas y que contravienen las normas internacionales.

Hoy el 50% de la población de Gaza está en pobreza extrema. Israel trata de que la comunidad internacional solo discuta ese problema, que se preocupe de que esa población no se muera de hambre, pero no de las violaciones de sus derechos. Israel ha tenido éxito en eso.

– La crisis ha afectado también a Turquía, que ha entrado en un período de inestabilidad, como no podía dejar de ser, considerando, entre otras cosas, su amplia frontera con Siria. El PKK kurdo también ha renovado su ofensiva contra el gobierno turco. ¿Se profundizará la crisis también en Turquía? – Turquía tiene una política contra el presidente sirio, pero también anti kurda. No les interesa que los kurdos afiancen su autonomía, lo que genera una política que se puede volver en su contra, pues abrió las puertas al Estado Islámico.

El AKP (partido mayoritario en el gobierno) tiene una deriva autoritaria peligrosa. Turquía es uno de los países de la zona que tiene más periodistas encarcelados. Luego de las últimas elecciones, fue incapaz de formar gobierno, por lo que habrá nuevas elecciones en noviembre.

Las cosas no están saliendo tan bien como se esperaba. Partía como un actor clave para servir de puente entre las partes en conflicto y ahora cada vez está más aislado como consecuencia de sus políticas domésticas y regionales.

Turquía también esta sufriendo cambios trascendentales en el ámbito doméstico, con una situación delicada en términos económicos, de alta inflación y devaluación de la lira.

En el ámbito regional Turquía ha pasado de la política de cero problemas con los vecinos a la política de todos los problemas con los vecinos. Todas las relaciones se han enturbiado, especialmente con Israel y Siria, por el involucramiento muy activo de Turquía en la crisis de ese país vecino.

– Una de las consecuencias de la crisis en Oriente Medio es la ola migratoria que enfrenta Europa. En su opinión, ¿tiene Europa condiciones para enfrentar esa crisis?

– Yo creo que no. No tiene capacidad para controlar esa ola de refugiados que está llegando a territorio europeo. Esta situación es resultado de errores cometidos por parte de la UE, de esa política de esperar y ver, de no involucrarse en la crisis siria, de dejar las manos libres al gobierno en Siria para que masacrase a su población.

Confiaba la UE de que eso no la salpicaría. Se ha encontrado con todo lo contrario, con la irrupción del EI y la amenaza yihadista, con atentados en algunos países donde hay mayor presencia de musulmanes.

En su momento España rechazó recibir cinco mil refugiados, aunque ahora parece dispuesta a aceptarlos, por orden de Merkel.

La mayor parte de los países europeos no parece dispuesta a recibir con los brazos abiertos la ola masiva de refugiados que huyen de la guerra.

Lo que está por verse es si esta llegada masiva de refugiados va provocar un cambio de políticas en Oriente Medio, si esa respuesta humanitaria va a ser acompañada de un mayor involucramiento diplomático para resolver la guerra en Siria.

Por Gilberto Lopes en Rio de Janeiro / escritor y politólogo.
gclopes@racsa.co.cr

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Laborismo inglés: Algo está cambiando en la política europea

Algo está cambiando en la política europea, afirman los analistas después de la hasta hace poco inimaginable elección del nuevo líder del laborismo inglés, Jeremy Corbin, el pasado 12 de septiembre. “Uno de los más asombrosos procesos electorales que ha visto Reino Unido en su historia reciente”, calificó su elección el corresponsal del diario español “El País” en Londres, Pablo Guimón.

Sorpresa
“En cien días, el veterano diputado de 66 años ha pasado de ser un candidato arrojado al cuadrilátero con la única expectativa de enriquecer el debate ideológico, a proclamarse ganador indiscutible en la primera vuelta. En junio las casas de apuestas pagaban su victoria 200 a 1. Hoy es el vencedor con 251.417 votos, un contundente 59,5% de las papeletas emitidas”, agregó Guimón.

Es el laborismo posneoliberal, afirmó el politólogo y analista internacional argentino, Juan Manuel Karg. Es también el fin del giro a la derecha inaugurado por Tony Blair en 1997, que duró una década en el poder.

Esta historia –dice Anthony Lane, en The NewYorker– comenzó el pasado 8 de mayo. Entonces el laborismo sufrió una derrota inesperada, por lo aplastante del triunfo conservador en las elecciones generales que le dieron un nuevo mandato al líder de los Tories, David Cameron.

La derrota obligó a la renuncia de Ed Miliband, hasta entonces líder laborista, y abrió las puertas para la nueva elección, que acaba de terminar con el triunfo de Corbyn, con casi 60% de los votos. El resto se lo repartieron otros tres candidatos, siendo que la más cercana de Blair, Liz Kendall, quedó última, con cerca de 4,5%.

Nueva política
Miembro del parlamento desde 1983, Corbyn votó más de 500 veces contra la línea de su partido, a favor del desarme nuclear y contra la invasión de Irak. Dijo que Blair debería ser juzgado en una corte internacional por su responsabilidad en esa agresión. Los conservadores temen su posición de desconfianza hacia la coalición militar occidental del Atlántico Norte (OTAN) y su posición contra la renovación de la flota de cuatro submarinos balísticos Trident, base del sistema nuclear británico. Se trata de un proyecto que puede costar más de 100 mil millones de libras esterlinas durante sus 30 años de vida útil.

En su opinión, el déficit fiscal debe ser enjugado no con medidas de austeridad, sino con mayores impuestos para los más ricos. Hay quienes estiman que Corbyn es el Bernie Sanders (el precandidato demócrata que denuncia la creciente desigualdad y el poder de los bancos en los Estados Unidos) inglés. Lane no está de acuerdo. Corbyn hace Bernie Sanders parecerse al senador Ted Cruz, afirma, refiriéndose al precandidato republicano, de origen cubano, conocido por su posiciones radicales de derecha.

Corbyn tiene también una posición de apoyo a los palestinos en el conflicto con Israel, donde su elección ha sido recibida con desencanto por los medios.
Para el popular Yisrael Hayom, un diario del “rey de los casinos” Sheldon Adelson, partidario del conservador primer ministro Benjamin Netanyahu, el nuevo líder laborista es “un antisionista”.

Posición similar tiene el sitio de noticias más visitado de Israel, Ynet, para quien Corbyn en un “feroz opositor de Israel”.

Posiciones que, para los analistas, hacen la alegría de los Tories, pues estiman que un laborismo radicalizado no tiene opción alguna de conquistar el voto de un electorado que consideran mayoritariamente “moderado”.

Algo que comparte, también en “El País”, John Carlin, para quien Corbyn se puso la soga al cuello en un acto de celebración de los 75 años de la “Batalla de Inglaterra”, la semana pasada en la catedral de St. Paul, en Londres.

“Cuando sonó el himno nacional, God save the Queen (Dios salve a la reina), todos a su alrededor cantaron. Corbyn ni abrió la boca? También se vio en la foto, portada en varios diarios nacionales ayer, que Corbyn tenía el botón de arriba de su camisa desabrochado y la corbata suelta”, destacó Carlin.

Lo que, para Carlin, terminó de hundir cualquier posibilidad futura de Corbyn “fue su decisión, discutida amargamente incluso por varios de sus simpatizantes más fieles, de dar el puesto de número dos en su equipo a John McDonnell, su íntimo amigo y el personaje más radical en las filas parlamentarias del laborismo. McDonnell, que reconoce que su misión es ‘derrocar el capitalismo’”, afirmó, recordando una declaración hecha en 2003 por el ahora segunda en las filas del laborismo.

Lo cierto es que Corbyn logró atraer de vuelta al partido a miles de simpatizantes que se habían desencantado con el giro a la derecha de Blair y nada asegura que esas predicciones se vayan a confirmar en una próximas elecciones generales.

Desafío en sus filas
Pero Corbyn enfrenta también desafíos dentro de sus propias filas. Desde luego, no cuenta con el apoyo de la mayoría de los parlamentario del partido.

“Las distintas sensibilidades que aún existen en el propio Partido Laborista también afloraron el día después de la elección del nuevo líder. Desde las páginas del Sunday Times, el impulsor del Nuevo Laborismo, Peter Mandelson, animó a los blairistas a ‘luchar para recuperar’ un partido que se enfrenta a la disyuntiva ‘existencial’ de ‘continuar persiguiendo su histórico papel en el gobierno o contentarse con operar en los márgenes de la política’”, dijo Guimón.

Por su parte, el segundo hombre en el partido, Tom Watson, electo en elección separada de la de Corbyn, tendrá un papel que algunos estiman decisivo para apaciguar eventuales luchas internas en la bancada laborista en el Parlamento.

Watson aseguró a la BBC que no hay ninguna posibilidade de que Corbyn sea depuesto por una rebelión interna. Pero admitió que tratará de oponerse a la intención de su jefe de no apoyar la renovación de la flota de submarinos Trident, sobre la que el parlamento debe decidir el año que viene.

El nuevo líder apuesta a la juventud y a sus propuestas. “El partido ha cambiado mucho estos tres meses”, afirmó. “Ha crecido enormemente con gente que reclama un Reino Unido más justo. Doy a los nuevos miembros la bienvenida a nuestro partido, a nuestro movimiento. Y a los que regresan al partido, les doy la bienvenida de vuelta a casa. No supimos comprender las visiones de mucha gente joven a la que tachamos de generación apolítica. No lo era, era un generación muy política pero defraudada por cómo se viene haciendo la política”.

Desafíos desde el gobierno
Si enfrenta desafíos desde sus propias filas, no menor es la dureza con que lo trata el gobierno.

Los tories no dejaron pasar ni 24 horas para mostrar los dientes ante el naciente liderazgo de Corbyn, señaló el politólogo argentino Karg. “En busca de generar confusión en la opinión pública, el propio primer ministro británico David Cameron catalogó al nuevo laborismo como una ‘amenaza a la seguridad’, similar estrategia utilizada por sus aliados en Grecia y España contra Syriza y Podemos”.

Es inevitable la compración de ese nuevo laborismo con los movimientos surgidos en ambos países, pero también destacan las diferencias. La principal es que los laboristas ingleses no son ningún partido nuevo, sino que están en la raíz misma de la tradición política británica.

“Algunas de esas ideas que tanto asustan a Cameron y al establishment laborista, como la tributación progresiva, la lucha contra la brecha fiscal o la expansión cuantitativa (quantitative easing) para el pueblo, fueron puestas en el programa por Richard Murphy, profesor de economía política internacional en la City University de Londres, quien dio cuerpo teórico a lo que se ha dado en llamar Corbynomics”, destacó “El Confidencial”, en España.

“Hasta ahora, agergó, los políitcos antiausteridad provenían de partidos nuevos o de un ámbito exterior a las formaciones mayoritarias. Tsipras o Iglesias, desde la izquierda, o Marine Le Pen desde la derecha, exigen sistemas económicos que estén orientados de otra manera, pero lo han hecho desde fuera de las formaciones tradicionalmente vencedoras. Corbyn, como Bernie Sanders en EEUU, quieren dar ese giro desde dentro, por lo que no resulta extraño que numerosos portavoces ‘sistémicos’ alerten del enorme riesgo que supondría la llegada al poder de esta nueva clase de políticos”.

Corbyn asume su liderazgo en una Europa en plena ebullición, como lo evidenció la crisis griega y la otra, en pleno desarrollo, de la llegada masiva de refugiados desde Africa y del Medio Oriente. Y de grandes movimientos políticos, que se expresarán durante la semana con la visita del Papa a Cuba y Estados Unidos y la muy importante visita del presidente chino Xi Jinping a Washington.

Por Gilberto Lopes en Rio de Janeiro / escritor y politólogo.
gclopes@racsa.co.cr

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