“El renacido”: la dramática lucha por la supervivencia

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La lucha por la supervivencia en condiciones extremas es el removedor disparador temático de “El renacido”, el flamante opus del talentoso realizador mexicano Alejandro González Iñarritu, que cuenta nada menos que con doce nominaciones al Oscar de la Academia de Hollywood que se entregará el próximo 28 de febrero.

Esta ambiciosa propuesta cinematográfica constituye un nuevo punto de inflexión en la ascendente carrera artística del prolífico cineasta azteca, que se desmarca claramente del cine coral de sus comienzos.

Como se recordará, los tres primeros largometrajes de González Iñarritu marcaron una fuerte identidad asociada a la reflexión crítica, presente en “Amores perros” (2000), “21 gramos” (2003) y “Babel” (2006).

Aunque esa tendencia a lo revulsivo fue confirmada en “Beautiful” (2010), esta película apuesta claramente a una vertiente más intimista y comprometida con la realidad.

Revenant: el renacido

No obstante, el antecedente más valioso del ascendente director es, sin dudas, “Birdman” (2014), que cosechó el año pasado el Oscar a la Mejor Película, logrando también galardones en las categorías Mejor Director y Mejor Guión Original.

Este nuevo film, que parte como favorito para adjudicarse varias estatuillas doradas, es un proyecto bastante más ambicioso que apuesta claramente a la taquilla.

Aunque se podrá aducir que Alejandro González Iñarritu es otro talento fagocitado por la industria, “El resucitado” es una obra que posee intrínsecos valores artísticos que trascienden a las meras exigencias del mercado.

La película, que está ambientada en la segunda década del siglo XIX y es una adaptación libre de la novela “The Revenant”, de Michael Punke, narra la historia de Hugh Glass (Leonardo DiCaprio), un avezado cazador que, por su conocimiento del terreno, encabeza una expedición de comerciantes de pieles.

Desde las primeras secuencias, la historia impacta por la construcción visual de los escenarios naturales, la desigual lucha por sobrevivir en un gélido e inhóspito paraje y la inevitable colisión civilizatoria.

En una América del Norte aún en disputa, el blanco colonizador se enfrenta al aborigen, con el territorio y las riquezas naturales como preciados botines.

Es precisamente en ese complejo contexto en el cual se desarrolla este drama que tiene como protagonista a Glass, quien, luego de haber sido atacado y herido de muerte por un inmenso oso, es abandonado por sus compañeros.

En más de la mitad del relato, que insume dos horas y cuarenta, el protagonista debe sobrevivir como puede, casi agonizando y sin posibilidades de alimentarse o protegerse del rigor de un clima realmente implacable.

Revenant

Para ello, apela a todas las destrezas adquiridas en su vida a la intemperie en convivencia con una tribu indígena. Incluso, el conmovedor recuerdo de su esposa asesinada por los blancos se transforma en un crucial acicate para soportar lo insoportable.

El otro elemento movilizador que sostiene esta auténtica experiencia de resistencia es la venganza, que lo guía en la obsesiva búsqueda de John Fitzgerald (Tom Hardy), el hombre que asesinó a su hijo mestizo y lo condenó a la muerte, abandonándolo a su suerte en un auténtico desierto de hielo.

Trabajando con indudable sabiduría artística, Alejandro González Iñaritu construye un cuadro verdaderamente desolador, en el cual un hombre mortalmente herido e imposibilitado se rebela contra lo inexorable.

En ese contexto, el realizador sabe explotar adecuadamente la grandeza del paisaje no exento de belleza y las voces del silencio, sólo estremecidas por los sonidos de la propia naturaleza.

Por supuesto, el film se sostiene en una visceral actuación protagónica de Leonardo DiCaprio, quien trabaja su personaje con todo su cuerpo, con intensidad y superlativo realismo.

Mixturando la aventura con el drama, “El renacido” reconstruye una auténtica epopeya de vida, en la cual un hombre solitario y sin nada que perder sobrevive gracias a su entereza física y espiritual.

La película, que posee una prodigiosa fotografía que aprovecha al máximo las posibilidades que otorgan las locaciones en la cual fue filmada, promueve una profunda reflexión en torno a la dicotomía entre civilizaciones, la codicia, la avaricia y las peores miserias humanas.

Esa soberbia formulación estética adquiere también una dimensión cuasi metafísica, no exenta de metáforas visuales que rayan en lo poético y hasta en lo onírico.

Más allá de sus eventuales cualidades artísticas – que ciertamente son abundantes- “El renacido” es un producto cinematográfico de mercado, que contiene todos los ingredientes para transformarse en un gran éxito de taquilla y tal vez para cosechar varias estatuillas doradas.

Por Hugo Acevedo
Periodista y crítico literario

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