Con la renuncia de los directores frenteamplistas se abrió un nuevo capítulo que necesitamos tenga un final feliz: ANCAP debe volver a ser rentable y palanca fundamental del desarrollo nacional.
Nada favorece tanto las ideas privatizadoras y el ataque a todo lo público como el fracaso reiterado del Estado.
No es creíble que estemos ante una operación de las grandes petroleras contra Sendic y su gente con vistas a fagocitar ANCAP, entre muchas cosas por un hecho muy sencillo: no es Raúl y el actual directorio el muro último contra la privatización sino una concepción muy arraigada en TODO el FA sobre el papel de las principales empresas estatales. En todo caso, la campaña, de existir, sería contra el gobierno y el FA, para que pierda las próximas elecciones y se abra una puerta a la privatización y, aun así, es difícil en Uruguay con el plebiscito de las empresas públicas que vivimos en los 90.
Si hay conspiraciones, son nuestras. Por falta de visión, por sectarismo, por afán de poder, por la pequeñez de algunos compañeros.
Aventemos los fantasmas externos que impiden ver nuestros errores e inconsistencias. Los de afuera siempre juegan y eso no lo podemos controlar ni evitar, la única defensa es hacer las cosas bien, corregir errores y asumirlos con lealtad y humildad.
Apoyo totalmente a Tabaré y su decisión de remover a los compañeros. También lo hizo Pepe, y los ministros que son responsables del tema en el Poder Ejecutivo: Danilo y Carolina. Es una señal fuerte que marca la responsabilidad del Presidente y su decisión de hacerse cargo de las cosas. Es lo que uno siempre quiere del Presidente en momentos difíciles.
Por último, agrego una entrevista a Esteban. Decir que filtró datos al P. Nacional es tan burdo y tan bajo, que descalifica a los que lo dicen. Y quienes lo repiten acríticamente, me hacen acordar a los «militontos» que refería Frei Betto. Esteban puede ser criticado por sus ideas y por sus formas, como cualquiera, pero no por su entrega y lealtad a la causa de la izquierda frenteamplista a la que contribuye desde antes de su concreción, pasó todas las tormentas y aportó mucho más que la mayoría de nosotros. Lo mismo digo de Selva, que cae en la volada también.
Y, por favor, que nadie saque la pobre conclusión: éste le está haciendo los mandados a Valenti. No solo por falsa, sino porque evita pensar, que es el mejor antídoto contra la bobada y la mentira. No seamos nabos, diría Pepe.
Por Eduardo Vaz
Integrante de la Red Miramar
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