Al mal tiempo, buenos votos

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El nuevo descenso del total de votantes en las internas es una señal inequívoca del desinterés creciente en la población por la participación activa en la política partidaria. No me animaría a decir que es un desinterés pancista ni rechazo a la política en general. Sin embargo, el total de votantes sigue siendo muy importante para una elección voluntaria, en los días más fríos del año y en el primer fin de semana de vacaciones.

Los partidos uruguayos tienen vitalidad, hecho trascendente para nuestra democracia. Cada vez se delinean mejor las dos coaliciones en pugna que disputan el poder político, afianzando sus respectivas identidades.

El FA, revitalizado con su sorprendente crecimiento respecto a 2019, salió con una muy potente fórmula que expresa al conjunto habiendo ponderado con mucha claridad cuál de los polos que se habían instalado es el mayoritario. Esto dará mayor solidez al rumbo general de la campaña y de un posible gobierno.

El triunfo previsible de Delgado y su audaz apuesta por Ripoll, en el marco de un fuerte descenso de la votación blanca, pone notas de incertidumbre mayores a lo que viene.

Como toda apuesta, se puede ganar o perder, pero el intento de ensanchar la base social y discursiva de la fórmula no es desdeñable y, las dificultades notorias de la proclamación, no necesariamente terminarán en naufragio. Por su lado, el gran triunfo de Ojeda, casi duplicando a sus rivales, muestra la crisis colorada y el poder que ya había mostrado Sartori hace 5 años: un ilustre desconocido, sin ninguna carrera política importante ni ninguna experiencia pública ni privada destacada, gana en base a millones de pesos (y seguramente dólares). ¿De dónde salió tanto apoyo? Es una pregunta crucial para la investigación periodística y el análisis político.

Lo evidente, es que fue la gran apuesta blanca en filas coloradas. Lo que se inicia ahora hacia octubre será una batalla durísima, a no dudarlo. Y, si las encuestas siguen mostrando una consolidación del crecimiento del FA, veremos caer todo gesto de sensatez política de parte de un conjunto de dirigentes de derecha, recrudecerá el anticomunismo primitivo, al anti izquierdismo vulgar, las mentiras y operaciones mediáticas y otras. Al FA le va la vida y su identidad en NO caer en la campaña sucia.

No solo porque es insano y corroe la democracia, que lo hace y mucho, sino porque necesitamos ganar y cambiar el país para llegar al bicentenario del 30 con una sociedad mejor en todos los planos y eso no se logra desde la violencia simbólica ni política sino desde la unidad nacional en torno a los valores que han hecho grande al país progresista de todas las épocas.

Eduardo Vaz (Ewe)

Publicado inicialmente en VOCES del 4/7/2024

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