Venezuela | «Yo no sé muchas cosas, es verdad»

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Yo no sé lo que pasa en Venezuela. No vivo allá.

Y no me digan que “dice la cnn que…” ni que “dice telesur que…”.

Dice el poeta Leon Felipe:

Yo no sé muchas cosas, es verdad
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos…
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos…
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos…
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos…
Y que el miedo del hombre
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos…
Y sé todos los cuentos.

Lo que he visto es que a estados unidos nunca se lo ha visto meter la bota en algún sitio por razones humanitarias. Siempre lo ha hecho y lo hace por razones económicas o geopolíticas (que a la postre son económicas).

Y cada vez más, se lo ve hacer un trabajo previo de bombardeo mediático y desestabilización económica.

No está tan lejos el cuento de las “armas de destrucción masiva” de Iraq que dio pie a la invasión.

Salvar a los pueblos de las dictaduras tampoco ha sido un ingrediente de su política exterior.

La célebre frase del secretario de estado de Roosvelt sobre el dictador nicaraguense Anastasio Somoza, “es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta” resume bastante bien lo que quiero decir.

De modo que el montaje mediático sólo me da rabia. Porque si estamos a lo que ha ocurrido en épocas recientes, sé lo que viene atrás.

Los países de la órbita capitalista no han sufrido el acoso de dineros extranjeros (nótese que no digo países) que los bloquean económicamente, les sabotean la producción introduciendo enfermedades que afectan plantas y animales, que se asocian con sátrapas locales para acaparar, contrabandear, especular, etc.

Los que han intentado otras formas de organizar la vida siempre han tenido que cultivar sus campos con la azada en la mano y el fusil al hombro.

Pero Venezuela tiene la desgracia de tener la mayor reserva de petróleo del mundo. Y si dejan que les vaya bien pueden convertirse en un mal ejemplo.

No es mucho más lo que hay para decir.

Dejen a los venezolanos tranquilos.

Pero tranquilos.

O sea, corten la guerra de guerrillas económica, liberen las cuentas de Venezuela congeladas en Londres y otros centros financieros, corten la guerra mediática (díganle a la cnn, a dw y a todas las agencias que repiten ad eternum que se ocupen de otra cosa), corten los atentados con drones u otras armas, córtenla con quemar gente viva, con financiar manifestaciones, con contrabandear la comida subvencionada para venderla en Colombia, con intentar coimear a los generales para que se den vuelta, córtenla con envíos de «ayuda humanitaria», uf, ya me cansé.

¿Cómo hacen para aguantar?

Espero que los servicios colombianos o gringos no monten una provocación el sábado 23 de febrero.

Por Gustavo Negro

 

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