Cae la tarde. Es martes y Santiago está caótico. Acaba de cerrar el metro. Algunas líneas funcionaron. Pero a medias. Algunas líneas, algunas estaciones. Un servicio que atendía a cerca de tres millones de personas diariamente. Quienes vuelven a casa buscan como hacerlo. En buses puestos en servicio por algunas municipalidades. Hay desconcierto. No se sabe como llegar, como irse.
Caminaba ayer por la ciudad. Por el Parque Forestal. Uno de los rincones más hermosos de Santiago. Entre el parque y la casa, la plaza Italia. Y miles de personas. Y los gases lacrimógenos. Cuando pensaba que ya había cruzado el centro de la manifestación, caminando por un costado, se abalanza la multitud. Detrás vienen los gases. Cierro los ojos, trato de respirar. Me doy cuenta de que tengo que volver. Tratar de cruzar al otro lado del Mapocho. Me devuelvo. Corro. Cruzo el puente y el aire de hace más fresco. Hay que seguir caminando. Hacia Oriente. Más allá de las protestas. Y caminar hasta conseguir un taxi. De llegar a casa.
Hoy de nuevo. Las calles están tomadas. Las imágenes de la televisión muestran un escenario de guerra. Santa Rosa con Alameda. Bombas molotov. Carros lanza aguas. Gases lacrimógenos. Incendios y saqueos en la misma alameda. Es el corazón de la ciudad.
La pantalla se divide en cuatro. La información se multiplica: las barricadas, los incendios, bomberos sobrepasados, los carros lanza agua, la policía de Carabineros intenta apagar los fuegos y detener los saqueos.
Los reporteros llaman de un escenario a otro. Anuncian el control de un segundo amago de incendio. Muestran otro, por otro lado. Cae la noche.
Hace una hora, un funcionario del oficial Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) fue herido por siete balines. Disparados por Carabineros, usados para enfrentar las manifestaciones. Se esparce el humo por la Alameda. Abren las rejas del cerro Santa Lucía. Invaden el cerro.
Crónicas de Chile (V) / Todas las miradas, todas
Es la multitud de voces. La de los que tratan de hacerse oír en la precaria pausa de silencio. Todas las voces. Todas. Las que sueñan con el pasado, las que sueñan con el futuro, las que no sueñan. La transición corta se ha revelado como la larga transición. La corta, la que no fue como dijeron. La larga, que será como la construyan. En eso están. Para leer mas ingresar aquì
Muestran un saqueo: San Antonio con Alameda. Un montón de ropa, maletas llenas de la ropa saqueada. Corren.
Imposible no vivir como en un escenario de guerra. ¿Qué hará el gobierno? Ayer anunció cambios en el gabinete. Pero nada muy nuevo. Caras conocidas, enroques, un par de ministros nuevos en Economía y Hacienda, ambos conservadores, neoliberales. No se puede esperar grandes cambios. Nuevo ministro del Interior. Nuevo, pero antiguo miembro del gabinete. La reciben con estas enormes protestas, con violencia.
El baleo del funcionario del Instituto Nacional de Derechos Humanos no ayudará. ¿Cómo enfrentará el gobierno un hecho que lo expone, en medio de las denuncias de asesinatos, torturas, secuestros, abusos. El ministro llama al director del INDH. Le garantiza investigaciones. No va a ser fácil. Por lo menos el funcionario está fuera de peligro.
Hace cuatro días el gobierno ofreció 15 medidas para atender algunas demandas: salarios, pensiones, costo de los remedios, que no satisfacen a la oposición. Los manifestantes protestan. Reclaman de las condiciones en que reciben (o no) atención en salud.
La gran demanda es el paso que no se ha podido dar desde el fin del régimen militar: una nueva constitución. El presidente del Congreso anuncia que no esperarán la iniciativa del gobierno. Se encargarán en la cámara de Diputados y la de Senadores de iniciar el proceso.
En todo el país
Protestan en todo el país. De norte a sur. Siguen los saqueos. Oscurece y quienes llegan a sus casas al final de la tarde ven un escenario alucinante, un país desconocido.
El tránsito es muy difícil. Lo fue todo el día, pesado, lento.
Chile será escenario de dos cumbres internacionales. El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) está previsto para el 16 y 17 de noviembre. Prácticamente en dos semanas. Trump confirma asistencia, Putin anuncia ausencia.
Y la COP, la conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático, está prevista entre el 2 y el 13 de diciembre. El escenario caótico no ayuda.
Oscurece. Los manifestantes se mueven, van dejando Plaza Italia. Pero otros resurgen. Hay fogatas. La idea era haber llegado al palacio de gobierno, a La Moneda, completamente bloqueada por las fuerzas de seguridad.
Vuelan helicópteros. Sirenas. Explosiones. Hay ira en Chile.
Por Gilberto Lopes
Escritor y politólogo, desde Costa Rica para La ONDA digital
gclopes1948@gmail.com
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