El candidato por la Concertación a la Intendencia de Montevideo, (que antes fue Comisionado Parlamentario y luego candidato a Ministro del Interior), lo dijo fuerte y claro: hay una cifra oculta de no denuncias (que estima en un 50%, aunque no pueda probarlo). Algo que no deja de ser cierto (la cifra oculta, no el porcentaje), pero que siempre existió, salvo que -cuando gobernaban otros- no se tomaba en cuenta. No importaba para la estadística. Hasta podría afirmarse que antes era mucho mayor que la que hoy se estima.

Abandonando el cuaderno
Según cuentan los propios Policías, antes se llevaba un registro manual de incidentes o novedades en un cuaderno que reposaba en los mostradores de cada seccional policial. Allí se registraban los eventos de cada día y cuando se llenaba el cuaderno se agregaba otro con el que se continuaba el registro. Pero, para sorpresa de muchos, cuando llegaba la hora de dar cuenta de los eventos registrados, desaparecía uno de esos cuadernos y el sub-registro quedaba plasmado para una estadística que no reflejaba nunca la realidad. Ni siquiera, por aproximación.
Hoy es otra realidad. Ya no se esconden o destruyen cuadernos, sino todo lo contrario. Y los datos demuestran que hay un porcentaje importante de delitos que se denuncian porque la Policía Nacional ha comenzado a generar mayor confianza en la población. Existe una constante prédica de fomentar la comunicación de la notitia criminis por parte de una población que empieza a entender que es un aporte fundamental para contribuir a combatir el crimen.
Son las denuncias las que alimentan los mapas de calor con los cuales la Policía proyectará su mejor respuesta en los llamados “puntos calientes” o de mayor concentración delictiva. Son las denuncias las que tienen ese componente de solidaridad implícito que lleva a hacerla para evitar que otro sufra lo mismo, porque de eso también se trata la vida en sociedad.
Ya no son aquellos crecimientos exponenciales de los delitos, la curva se desacelera pero aún no detiene su crecimiento, y una de las posibles explicaciones es este blanqueo que hoy promueven las autoridades, facilitando los mecanismos de denuncia por múltiples vías.
Así se muestra en el caso de la violencia doméstica, un problema que tiene cada vez mayor visibilidad (y mejor diagnóstico), experimentando un crecimiento exponencial de las denuncias.
Hoy se cuentan con instrumentos que facilitan el registro y posterior gestión de las denuncias (tablets en los patrulleros, atención personalizada en las Comisarías, Denuncia en Línea, línea de denuncias 0800 5000, 0800 2121 -para denunciar bocas de drogas-). Herramientas que mejoran la accesibilidad y el trámite posterior, al punto que el ciudadano puede hacer el seguimiento remoto de su denuncia sin necesidad de trasladarse de su domicilio. Todas esas denuncias ingresan al Sistema de Gestión de Seguridad Pública (SGSP), donde se procesa y sistematiza la información para una mejor y más rápida respuesta.
Obviamente que un tema tan delicado no puede explicarse de forma lineal ni exclusiva. Son múltiples los factores que inciden en el mismo, pero uno de ellos es esta cifra negra que empieza -lentamente- a desvanecerse y hacerse visible. Los datos absolutos serán imposibles, pero la tendencia a que sea cada vez menor los casos que no se registran es una meta a perseguir. Es un tema de conciencia, porque hacerlo implica cumplir esa cuota parte del compromiso social de cada uno, para hacer de la vida colectiva una mejor y más segura forma de vivir.
el perro ladró una denuncia…
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