Al «día siguiente», es difícil no tener sentimientos encontrados. En el calor del combate, al encontrar receptividad, nos vamos contagiando de optimismo y eso es normal.Y cuando » hay que meterle», no hay tiempo para especulaciones.
Pasada la prueba, lo primero que aflora es ese sentimiento que al calor de la gente fue creciendo. Miramos una y mil veces los números y concluimos
¡ Qué poco nos faltó !
Habiéndonos dormido con este pensamiento, nos despertamos más despejados y acudimos al «inefable» método de análisis.
Entonces nos preguntamos ¿de dónde venimos y adónde vamos?
Allí, se corre el primer coágulo y vamos a los datos REALES. Octubre 2019, derrota dolorosa que llevó a algunos apresurados a decir » que era dudosa » la permanencia del FA. En noviembre, pusimos todo en la cancha y quedamos a pocos votos. Nos volvió el alma al cuerpo.
Seguíamos vivos.
Aprobaron la LUC y rascando el fondo del honor y el amor propio, juntamos 800.000 firmas y propiciamos el referéndum en un salto cualitativo y cuantitativo a la vez.
Esto demuestra que la lucha venía en ascenso.
Ahora el NO, casi que gana con el voto en blanco, y » el medidor», nos dice que EL PROCESO DE ACUMULACIÓN DE FUERZAS ( que es lo que hay que medir) AVANZA.
49.9 el NO y 48.8 el SI.
Quiere decir que luego de un análisis desapasionado, mate x medio, comprendemos, que dicho proceso tiene estaciones. Octubre– Noviembre — 800.000 firmas– 48.8 de los votos. (más o menos 1.150.000).
Si abrimos la cabeza y superamos el embalaje con que veníamos, comprenderemos que estamos en un proceso de acumulación que se sintetizará en UNA GRAN VICT0RIA EN 2024.
Por lo tanto, digamos al corazón rebelde y peleador que le haga un lugar al razonamiento, para seguir avanzando.
Por Esteban Nuñez
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