Hay coyunturas históricas, dónde comprender la utilización «de los dos platos de la balanza», es lo más aconsejable. El País vive un momento MUY complicado, con varias vertientes de origen, difíciles de resolver, e indudablemente, con una enorme responsabilidad del herrerismo.
Debido a la confluencia puntual de una serie de hechos de corrupción, sumado no sólo a la pasividad del presidente y sus ministros, si no de pretender justificar lo injustificable y culpar «al mensajero».
Ante esta situación y algunas debilidades de una fiscal, se presenta un primer problema: EL PELIGRO DE LA UNSTITUCIONALIDAD.
Nuestra historia y experiencia no lejana en términos históricos, indican que la defensa de la misma es fundamental.
Ahora, se ha llegado a esta situación con responsables muy claros.
Entonces, surgen algunas dudas, respecto «a la conducta» a asumir.
1- ¿Es necesario expresar tan seguido el tema de su defensa?
2 – ¿Cuál es el verdadero camino?
A- ¿»Hacer de bomberos»? y detener las movilizaciones por reivindicaciones y enfrentamiento a los desbordes de la derecha, (Liceo 41; seguimiento al presidente del PIT CNT; A dos senadores; etc. etc.
Por eso, sin descuidar un plato, no hay que dejar vacío el otro, si no la balanza se desnivela.
Precisamente, sin desbordes, no hay mejor forma de defender la institucionalidad, y las democracias, que luchar contra el avasallamiento de la misma, por parte de quienes la pisotean flagrantemente.
Nuestro movimiento popular, tiene conciencia acumulada y lo peor que se puede hacer es decir ¡CUIDADO! ante cada reacción contra la injusticia.
El proceso de acumulación de fuerzas, no pasa por decir «cuidado», pasa por incentivar la lucha y la movilización, PARA FORTALECER LA INSTITUCIONALIDAD.
Por Esteban Núñez
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