El origen de los Franciscanos habrá que buscarlo por el siglo XIII con San Francisco de Asís Espirituales, más tarde Conventuales, pregonaban una observancia estricta de la austeridad y votos de pobreza. Distintas corrientes dentro de la congregación marcaron matices o hasta diferencias en la práctica de la fe pero fueron los Franciscanos los únicos que enviaron misioneros a los territorios de ultramar donde se desarrollaron como congregación junto con la conquista española. Temprano en nuestra historia encontraremos a destacados miembros de esa orden religiosa (franciscanos) como José de Monterroso, que fuera secretario de Artigas cumpliendo destacada labor.
Fueron curas franciscanos quienes impartieron las primeras enseñanzas al propio Artigas.
El Virrey Elio, durante el Sitio a Montevideo, expulsó a los Franciscanos de las murallas de Montevideo acusándolos de conspirar contra la Corona Española. La Iglesia Católica está estrecha y singularmente relacionada a nuestra historia y los franciscanos en particular. No todas jugaron el mismo rol en América pero sin dudas la temprana separación de la Iglesia y el estado en Uruguay caracterizó su vinculación y le dieron peculiaridad a su actuación.
El movimiento social –cristiano tuvo relevancia en nuestro desarrollo político y tanto, que el nacimiento del Frente Amplio encontró a cristianos y marxistas hermanados en un mismo proyecto programático, inédita alianza en el mundo.
No resulta difícil entonces seguir las raíces que explican el rol jugado por importantes sectores de la Iglesia durante la dictadura.
En distintas parroquias, los “Grupos de Reflexión” cumplieron destacadas tareas de solidaridad con familiares de presos políticos y fueron cobijo para quienes resistían a la dictadura.
Conventuales fue un claro ejemplo de esto. Los curas Luis “Perico” Perez Aguirre, Jorge Osorio y el pastor Ademar Olivera realizaron una ayuno de protesta en el lugar. La represión pretendió aislar el lugar evitando que la gente se acercara hasta allí deteniendo y dispersando a la gente que se auto convocaba de boca en boca. Muchos hechos posteriores ubican a Conventuales como un eje de la resistencia.
Hace poco más de un año desde el atrio de la Intendencia de Montevideo se inauguraba la concreción de este proyecto largamente elaborado. Con esta Marca, la de Conventuales, se cierra una etapa del proyecto. Miles de personas fueron participando, apropiándose de los recuerdos, reviviéndolos. Quizás ésta sea la mayor gesta colectiva que recordemos, la de los uruguayos derrotando a la dictadura en Uruguay. Eso es lo que ha quedado registrado por todo Montevideo. Las placas son textos mudos que interpelarán a todo aquel que las lea. Muchas veces los nombres de nuestras calles, los monumentos, representan hechos y personajes que deberían ser repensados y hasta cuestionados, sin embargo estas Marcas representan a la inmensa mayoría de los uruguayos. Distintas orientaciones políticas, religiosas y sociales convergieron en un mismo caudal, el democrático.
En época de diversidades, pluralidad y agenda de derechos, pocos colectivos pueden ser capaces de generalizaciones tales que logren abarcar a la inmensa mayoría de los uruguayos. Seguro que muchos de quienes estuvieron en los primeros momentos de este proyecto no imaginaron, ni las dificultades que tendría el poderlo realizar, ni siquiera el derrotero y las características de su concreción.
Este próximo miércoles 24 de junio a las 17 y 30 horas cuando con la inauguración de Conventuales se cierre este periplo quedará pendiente el desafío que la sociedad toda lo siga haciendo suyo como símbolo de identidad. “La Asociación Civil Marcas de la Resistencia” por lo concretado también deberá ser vista como parte de una singularidad propia de nuestro pueblo.
Por Walter Martinez
Columnista uruguayo
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