Entre la intriga y el soterrado misterio

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Las desapariciones, los misteriosos asesinatos y las búsquedas obsesivas como meros mecanismos de escape rumbo a territorios de incertidumbre, constituyen la materias argumentales de “Desaparición de Susana Estévez”, el nuevo libro de del escritor Hugo Fontana, publicado por Estuario Editores en el marco de la colección Cosecha Roja.

Este volumen, que contiene textos éditos e inéditos del periodista, novelista, poeta y crítico literario, transforma al misterio en la primordial materia prima creativa.

No en vano Fontana es uno de los más importantes cultores de la novela policial vernácula, mediante una impronta que conjuga la crónica con una minuciosa descripción de ambientes y una atinada radiografía de conductas humanas.
DESAPARICION DE SUSANA ESTEVEZ
El autor también ha sobresalido en el género de la investigación periodística, con recordadas obras como “La piel del otro: la novela de Héctor Amodio Pérez” e “Historias robadas: Beto y Débora, dos anarquistas uruguayos”.

Incluso, también incursionó en la literatura biográfica con trasfondo histórico, en la que, a mi juicio, es su obra cumbre: “Las mil cuestiones del día: trece historias de anarquistas”, que reconstruye y analiza –con inocultable acento testimonial- la épica de célebres y no tan notorios idealistas que transformaron la lucha por la libertad en su sustento y en el sentido de sus existencias.

Empero, a partir de “El crimen de Toledo”, Hugo Fontana ha cultivado, son dudas, una vertiente narrativa propia e intransferible, que indaga en paisajes humanos habitualmente turbulentos arropados por la intriga.

Esta es ciertamente la palabra clave que identifica la literatura de Fontana, quien jamás oculta su escrutadora mirada de periodista, que siempre mixtura la mera curiosidad con la exploración de los más inextricables abismos de la condición humana.

El título del libro, “La desaparición de Susana Estévez”, es precisamente el relato que inaugura este volumen, como una suerte de anticipo de una propuesta literaria que entrecruza el dramatismo con el más puro de los desencantos.

Por supuesto, en este caso todo está cubierto por una densa e inclemente pátina de misterio, que oculta el incierto paradero o bien el destino de una joven empleada de una mutualista residente en un pueblo chico, que literalmente se esfumó.

Tras la denuncia policial de la desaparición, la cuadrilla civil que emprende la búsqueda promueve nuevas lecturas en torno a idiosincrasias locales, futilidades y frustraciones individuales y colectivas.

Como es habitual, Fontana se permite algunas licencias para criticar la ineptitud policial y la resignación, en un contexto ambiental fuertemente identificado por la inercia y las conductas ambiguas.

No le va en zaga “Dos noches y un día”, donde cuatro hombres de motes estrafalarios se lanzan a la “épica” aventura de acampar en un paraje distante, donde se proponen pescar y pasarla lo mejor posible lejos del mundanal ruido.
La convivencia, que está siempre cruzada por la tensión y por las alusiones –a menudo hirientes y cargada de amargo sarcasmo- deviene en un trance complejo por la aparición de un cadáver.

Una historia realmente impactante por su construcción literaria y la intrínseca riqueza de sus personajes, es “Cordajes”, una suerte de puesta teatral cuyo disparador también es una mujer muerta, en enigmáticas circunstancias.

En este caso, todos son sospechosos, incluyendo naturalmente al marido y a los amantes, que se conocen circunstancialmente en la sala de espera de la estación policial antes de ingresar a la sesión de interrogatorios.

En la mayoría de los casos, Hugo Fontana juega con la memoria y la desmemoria y con los miedos ancestrales y las crónicas indiferencias, de seres casi siempre grises y recurrentemente movidos por motivaciones inconfesables.

En ese marco, una de las claves de estos relatos es la búsqueda, que tiene mucho de escape pero también de experiencia de conocimiento o bien de desconocimiento.

El avezado autor corrobora su reconocido oficio para narrar, en contextos argumentales donde la exploración de las psicologías humanas trasciende claramente a la mera trama policial.

Empero, todos estos territorios literarios están fuertemente impregnados por la sordidez, por la radical ignorancia o bien por la complicidad implícita o explícita devenida del no saber o bien del no querer saber para no comprometerse.

No en vano las historias están ambientadas en pequeños y olvidados poblados del interior uruguayo, donde cada acontecimiento mínimo se transforma en una fuente de soterrados conflictos y agobiantes tensiones.

Por Hugo Acevedo
Periodista y crítico literario

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