Un malestar generalizado comienza a expresarse en la enseñanza media y primaria, pertenecientes al sector docente público. De esta forma el país entra en un estado de conflicto, donde el funcionamiento normal de las aulas queda para los libros de historia. Dentro de pocas horas podremos decir “Uruguay está de paro”.
El malestar que parecía que se retiraba de la portada de los diarios, volvió a ocupar la atención de la población, particularmente cuando se supo que el gobierno aspira a llegar a 25 mil pesos de salario mínimo, cuando la exigencia del sindicato es un salario base de 30 mil en Secundaria, al final del quinquenio.
Este estado de cosas muestra la crisis que está sufriendo el Frente Amplio, que indica no tener capacidad de conducción del movimiento social, particularmente el de la Enseñanza.
El tema fundamental es que el gobierno ha tenido buenos gestos para con el sector público, pero se quedó corto ante los reclamos de los educadores.
Es así que estamos ante una fuerte realidad que muestra que no hay un proyecto educativo que sea asumido por la gran mayoría de la sociedad. Lo que hay son diferencias entre gobierno y educadores, que no se pueden superar con una simple conversación. Y es a partir de esto que las partes tendrían que encontrar espacio y momentos para poder elaborar en conjunto una propuesta que jerarquice a todo el sistema publico de la enseñanza, dando las posibilidades de que los educadores puedan avanzar mejorando sus salarios, a la vez que son reconocidos por su papel en la sociedad.
Para que esto se pueda llevar adelante es imprescindible que la fuerza política que gobierna tengo un peso decisivo en las filas de los docentes. La preocupación es que si esto no ocurre, ese movimiento de educadores puede perder la brújula y separarse del accionar del Poder Ejecutivo y del cuerpo legislativo.
Si el Pit-Cnt, la Federación Uruguaya del Magisterio, la Fenapes y la FEUU desconocen al Frente Amplio y al Poder Ejecutivo, el país puede entrar en un momento de crisis que puede provocar retrocesos importantes en materia de conquistas, en tanto estas dificultades pueden llegar a multiplicarse.
Por eso superar esta etapa crítica se hace imprescindible para todos los uruguayos, debido a que aspiramos a seguir avanzando en las distintas etapas de cambio que está recorriendo el país.
Este momento crítico tiene como responsables a algunos sectores de educadores radicales e intransigentes, pero también de un gobierno que en filas de los educadores no tiene una presencia humana que marque el rumbo de las transformaciones y que dialogue con los actores educativos.
Por Raúl Legnani
Maestro y Periodista
Urumex80@gmail.com
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