Por Haggai Matar* / En 2021, Google y Amazon firmaron un contrato de 1.200 millones de dólares para proporcionar al gobierno de Israel servicios avanzados de computación en la nube e inteligencia artificial, herramientas que han facilitado la ofensiva israelí de dos años contra la Franja de Gaza.
Los detalles del lucrativo contrato, conocido como Proyecto Nimbus, se mantuvieron en secreto. Pero nuestra nueva investigación, en colaboración con Local Call y The Guardian, revela que tanto Google como Amazon se sometieron a controles poco ortodoxos que Israel incluyó en el acuerdo para disipar las dudas sobre la confidencialidad de sus datos.
El Proyecto Nimbus se diseñó para permitir a Israel transferir enormes cantidades de datos a los servidores en la nube de los gigantes tecnológicos. Sin embargo, incluso dos años antes del 7 de octubre, los funcionarios israelíes que redactaban el contrato ya habían previsto la posibilidad de demandas legales contra Google y Amazon por el uso de su tecnología en la Cisjordania ocupada y Gaza.
Según documentos filtrados del Ministerio de Finanzas israelí, obtenidos por The Guardian —incluida una versión final del contrato— y fuentes cercanas a las negociaciones, el acuerdo prohíbe a Google y Amazon restringir el uso que Israel hace de sus productos, incluso si ello infringe sus términos de servicio. El contrato también obliga a los dos gigantes tecnológicos a notificar secretamente a Israel si tribunales extranjeros les ordenan entregar datos almacenados en sus plataformas en la nube, en caso de que se alegue que Israel ha utilizado la tecnología para violar los derechos humanos de los palestinos, eludiendo así sus obligaciones legales.

Este acuerdo contrasta con el caso de Microsoft, que recientemente revocó el acceso del ejército israelí a partes de su plataforma Azure después de que +972, Local Call y The Guardian revelaran que había almacenado un gran número de llamadas telefónicas palestinas interceptadas, en violación de sus términos de servicio. Sin embargo, bajo el Proyecto Nimbus, Google y Amazon tienen prohibido tomar tales medidas.
Una investigación realizada por +972 Magazine, Local Call y The Guardian se basa en una serie de reportajes conjuntos que revelan cómo importantes empresas tecnológicas estadounidenses se han visto profundamente implicadas en las guerras de Israel y en su aparato de vigilancia masiva. Entre otros compromisos, Google y Amazon se sometieron a “controles” muy poco ortodoxos que Israel insertó en el acuerdo, en previsión de desafíos legales sobre su uso de la tecnología en la Cisjordania ocupada y Gaza.
Documentos filtrados del Ministerio de Finanzas israelí, obtenidos por The Guardian —incluida una versión final del contrato— y fuentes cercanas a las negociaciones, revelan dos exigencias estrictas que Israel impuso a los gigantes tecnológicos como parte del acuerdo. La primera prohíbe a Google y Amazon restringir el uso que Israel hace de sus productos, incluso si dicho uso infringe sus términos de servicio. La segunda obliga a las empresas a notificar secretamente a Israel si un tribunal extranjero les ordena entregar los datos del país almacenados en sus plataformas en la nube, eludiendo así sus obligaciones legales.
El Proyecto Nimbus, con una duración inicial de siete años y posibilidad de prórroga, se diseñó para permitir a Israel transferir grandes cantidades de datos de sus agencias gubernamentales, servicios de seguridad y unidades militares a los servidores en la nube de Amazon Web Services y Google Cloud Platform. Sin embargo, incluso dos años antes del 7 de octubre, los funcionarios israelíes que redactaron el contrato ya preveían la posibilidad de que se presentaran demandas contra Google y Amazon por el uso de su tecnología en los territorios ocupados.
Haggai Matar*
Director ejecutivo de la revista +972
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