En la primera semana de febrero se inauguró en el Cabildo de Montevideo la muestra fotográfica de Damián Kirzner. Este fotógrafo, productor, director artístico de cine y TV argentino, ha sabido retener como nadie imágenes de nuestro pasado reciente, en este caso el objeto son viejos automóviles en desuso, que las fotos de Kirzne trasforman en verdaderos “santuarios con muchas historias” en creaciones artísticas. Como muy bien dice la curadora Alina Tortosa al presentar esta muestra, “las cachilas, transformadas en obras de arte, abren un diálogo sobre las costumbres, los usos de la campaña sufrida, silenciosa, sobre el descarte industrial y el paisaje”.
Lo que sigue es el diálogo que La ONDA digital mantuvo con Damián Kirzner, mientras la muestra se habría en la noche del 4 de febrero en el Cabildo.
– Has descubierto estas imágenes del Uruguay que ni los uruguayos las tenemos en cuenta, ¿no?
– ¿Los uruguayos no las ven?
– No, no han sido objeto de registro,
– Si, tengo una mirada un poco romántica tal vez no tan realista. No sé, tal vez yo tengo la sensación de que si esos autos llegaron a estar en ese estado y en esos lugares tan paradisíacos, como en santuarios, les han dado mucho amor hasta el día que ya no pudieron más y se murieron y terminaron.
– ¿No son cementerios?
– Son santuarios, no son cementerios. Hay amor ahí. Hay una sola foto que tiene esa cierta sensación de angustia, que es “volcado”. Y, además, demuestra que se ve el amor que hubo en esos autos.
– ¿Es difícil despegarse de la historia?
– Y sí. Evidentemente, esos autos son de personas que los han querido, que los han cuidado. Me emociona ver el afecto que les han brindado. Están pintados a mano, retocados, les han cambiados los “órganos” – digo yo – y cuando se mueren, donan sus órganos a otros. Esos autos eran, seguramente, del abuelo, que pasó al padre, que pasó al nieto. Y bueno, es algo especial. Y para mí, como argentino, la forma de los autos es diferente. Porque los autos en Argentina son otros. Tienen esas formas redondeadas, por diferentes motivos, son diferentes a los de Argentina. Tienen, para mí, esas formas casi de dinosaurios y, por eso, hablo de “fósiles”, ¿no?
– Es un contraste con la modernidad, que se puede verificar. Porque hay dos escenarios: el de estos Santuarios y los autos modernos también…
– Absolutamente. Conviven, están ahí. A mi me parece que esto es como una imagen de los uruguayos. Yo veo, yo leo – románticamente – (seguramente los uruguayos alguno se reirá y pensará que no es tan así), pero veo que hay simpleza, valoración de lo propio, cariño por lo que se tiene y vivir con alegría y con agradecimiento por lo que se tiene, sin tanto deseo de otras cosas. Y convive con otra realidad que está ahí, y que va creciendo, y que va cambiando.
– ¿Cuáles son generalmente los objetos de tu fotografía?
– La verdad es que soy un fotógrafo que hace 20 años que hago fotografía y ésta es mi primera muestra, que la expuse en Buenos Aires y, ahora, la traje aquí a Montevideo. Inicialmente, fue mi familia y, después, me apoyé en barcos, tengo una serie muy importante de barcos. Y ahora estoy trabajando en imágenes de “la espera”. Y acá, en tantos veranos en el Uruguay y yéndome para el interior, fui encontrando estos “fósiles” y, durante muchos años, me concentré en esto. Sacaba fotos en verano y las trabajaba durante todo el año en el laboratorio y sacaba fotos de nuevo. Como cinco años estuve así.
– También sos creador de televisión …
– Bueno, yo en realidad, soy productor artístico de televisión y de cine. Ese es mi oficio, ese es mi trabajo, con esa imagen en movimiento. Y la fotografía fue para mí como volver a algo más básico, a algo más simple, a una imagen estática – que puedo manejar y que la puedo sacar del mercado. Hago la fotografía, no para comercializarla, aunque se vende y, por suerte, ha tenido buena repercusión, pero la verdad es que la hago por el placer de hacerlo. Ese es el lugar que ocupa para mí la fotografía.
– ¿Es con un fin estético?
– Sí, naturalmente, definitivamente. Sí, si. Eso es lo que busco, sí: emocionar, de alguna manera, conmover. También, cuando puedo hacer programas que me gustan, como cuando hice “Sorpresa y media” u “Ocupas” u otros programas, ahí también busco conmover. Y la fotografía, creo que en algún punto lo logra, llega a conmover.
– ¿Pintas?
– No, no. No pinto, para nada.
– ¿Metas o planes inmediatos?
– Mi galerista me está proponiendo ahora ponerme a trabajar en alguna serie para el bicentenario de la Revolución de Mayo en Buenos Aires – que es en el 2010 – y hacer alguna serie nueva que tenga que ver con el bicentenario. Y bueno, ahí estoy trabajando un poco y empezando a pensar en eso.
– Las fotos de “la espera”, ¿incluyen a Montevideo, al Uruguay?
– Puede ser, ya veremos. Por ahora está cocinándose, se está revolviendo el “estofado” ahí.
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