En Latinoamérica hay una generalizada opinión de que en esta zona del mundo hay una creciente inclinación a que comience a predominar el neoliberalismo.
La idea que difunden los sectores más conservadores es que el “populismo de base marxista” entró en una etapa de fracaso y que llegó la hora de una fuerte apuesta al desarrollo del capitalismo clásico.
Como bien tituló El Observador el pasado domingo en su portada, estamos ante “un año de gobierno atajando penales”. En el mismo sentido se manifestó en su página 4, donde se pudo leer que estamos ante “Un año entero de gobierno sin definir rumbo ni marcar agenda”.
Lo cierto es que si en el próximo año la izquierda uruguaya no logra hacer sentir su conducción del país, puede pasar que la oposición siga andando con la política de permanente observaciones y críticas, provocando un creciente desgaste del gobierno nacional y del Frente Amplio.
El gran problema que tiene por delante la coalición de izquierda es que no logra convocar a amplios sectores de la sociedad, con el fin de ponerle rumbo a la marcha de la sociedad uruguaya.
Esta realidad debe tener múltiples explicaciones, pero hay una fundamental: el Frente Amplio no es una fuerza que esté erguida, con una mirada de futuro potente.
Si el Frente Amplio sigue siendo una fuerza que justifica a diario sus diferencias internas debido a su pluralismo, puede llegar a terminar con su propia identidad, pero fundamentalmente puede transformarse en una fuerza política sin capacidad de influir en la marcha del conjunto de la sociedad, sin la necesidad de plantearse el retorno del neoliberalismo.
A la vez el Frente Amplio necesita la construcción de una alianza con los más activos sectores de la sociedad, con el fin de poner toda la carne en el asador cuando llegue la hora de debatir sobre las tendencias que influyen en el proceso de los cambios.
No puede pasar que sectores como Adeom y como los de la enseñanza, no sean aliados naturales de la propuesta frenteamplista para los cambios.
Para que esta carencia no se manifieste es imprescindible que la izquierda vuelva al seno de los sectores populares, para así construir un creciente y fuerte bloque a favor de los cambios.
Si el movimiento social queda aislado, si el Frente Amplio no encuentra un buen diálogo con la sociedad, los medios de comunicación de la derecha podrán detectar espacios en el bloque del cambio, para desde allí influir en la marcha del combate político. Un ejemplo de esto es que el Sunca deberá estar junto a la Intendencia de Montevideo, con el fin de establecer una amplia zona a favor de la construcción.
Por Raúl Legnani
Maestro y Periodista
Urumex80@gmail.com
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