Andrés Stagnaro musicaliza y canta a estas tres poetas referentes de la poesía uruguaya en un espectáculo multidisciplinario el 27 de Agosto en Tractatus, 21.30 horas
Así como el cantautor le dio su música y su voz a las mujeres poetas uruguayas en «Mujeres en mi voz» obra también multidisciplinaria llevada a CD que se realizó en varias salas de Montevideo e interior entre las que se encontraban mujeres poetas referentes y emergentes, esta vez lo hace con estas tres grandes .Espectáculo que es la unión de tres : comenzó con » Delmira», Andrés Stagnaro junto a la actriz Claudia Trecu estrenado en Sala Verdi (marzo 2013 ) para la conmemoración de los 100 años de la primera edición de los «Cálices vacíos», luego en mayo 2013 Presenta en Salto en la reinauguración de la Casa Horacio Quiroga y en el teatro del mismo nombre “Andrés Stagnaro canta a Marosa” donde canta sus musicalizaciones a la poeta salteña Marosa di Giorgio. – Mayo 2013- el año 2014 Presenta en el Museo Juan Manuel Blanes de Montevideo en un ciclo “Juana y Delmira” en el que cantando a Juana de Ibarbourou y Delmira Agustini) con la participación de la Actriz Fabiana Charlo. Stagnaro selecciona y unifica y en el año 2015 y graba con el apoyo del FONAM el CD «Juana ,Marosa y Delmira».
Víctor Cunha
«Andrés juega fuerte. Y titula: JUANA, MAROSA Y DELMIRA. Esa es la propuesta de este nuevo trabajo discográfico. Ni más ni menos. Son mujeres, son poetas, son uruguayas y entre todas sus vidas cubren lo que va desde 1892 a 2004. Más de un siglo en las cifras básicas, pero entre las tres saltan tres siglos. Andrés asume cantarlas. Asume darles voz a ellas y a las palabras por ellas escritas. No es tarea fácil, porque las tres señoras, no escriben fácil. Son poetas mayores. ¿Cómo decirlo? Cualquiera de ellas por sí sola, justificaría la existencia de una poética nacional uruguaya. Las tres juntas son una “barbaridad” en el mejor sentido del término, se los aseguro.
Cantar sus poemas en forma cabal, develar ese antiguo vínculo que palabra y canto tienen, asume el desafío de desentrañar la música que ya está en sus palabras y volverla explícita. Eso que a veces se logra de una manera que el producto es canción, y que otras propone una forma diferente, la de un poema musicalizado.
En los primeros, en las canciones, como que la unidad entre letra y música los vuelve más leves, más rápidos, más unidos, más parecidos a una canción en el concepto tradicional. En los segundos, en los poemas musicalizados por el contrario, hay una morosidad de entendimiento, que privilegia la palabra, que suma momentos musicales de gran belleza, pero que obliga a una intervención mayor de nuestro intelecto para lograr el pleno disfrute.
Las primeras son más fáciles de recordar y cantar por un ajeno, porque cumplen o se parecen más, por ejemplo, al precepto de estrofa y estribillo. Para las segundas por lo general, por su propia complejidad, es que se necesita al cantor/descubridor, para que él en su interpretación, vuelva evidente la forma exacta en que se escudriña la relación entre la palabra y la música.
Andrés logra intensidad en las dos dimensiones propuestas. Escucharlo cantando a JUANA, MAROSA Y DELMIRA suma. Agrega. Ayuda a respirar, a entender. Las vuelve más cercanas. ¿Qué más se puede pedir?»
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