Argentina: Hacer para decir (que se está haciendo), o para aportar soluciones?

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Luego de un fin de semana absurdamente extralargo como el que acaba de transcurrir, que determinó que no se trabajara (salvo el turismo) durante cinco días seguidos en la Argentina , el viernes 6 de abril puede ser catalogado como una jornada que podría llamarse VIERNES NEGRO. Movilizaciones, paros, 40 cortes de calles anunciados, suspensión de subtes, sin bancos, etc., ponen en evidencia un clima de conflicto y en muchos casos de falta de respeto a la ley, que impera en la Argentina desde hace mucho tiempo.

Muestra paradigmática de ello es el atropello del sindicato ATE en un intento de copamiento de la casa de gobierno de Chubut que determinó la muerte por infarto, a consecuencia, presumiblemente de un golpe en la cabeza, de un comisario que estaba resguardando el edificio.

En este clima transcurre el inicio del mes de abril, sacudido por una oleada de sucesos que, a falta de otros temas màs edificantes, han monopolizado prácticamente los medios de comunicación en todo el país, haciendo que la televisión tanto abierta, como también algunos canales de cable especializados en noticias, hayan tomado una temática casi de moda (pedofilia , acoso y abusos sexuales) en forma casi excluyente.
Acatar la ley

Los argentinos que quieren vivir en un estado de derecho, respetando la ley y que se los respete a su vez, conviven con un clima en el que no se entiende aún porque los gobiernos ( por ejemplo el de la Ciudad de Buenos Aires) no disponen las medidas para que el Contrato social de Rousseau se cumpla. Que la ley sea materia de respeto para todos, para los simples ciudadanos y no sólo para los patoteros o prepotentes.
Y viene a cuento el título de esta nota: cuando se plantean los reclamos sobre diversos aspectos que no funcionan, salen a relucir argumentos informando las medidas que se han adoptado. Y en la mayoría de los casos, éstas se corresponden con el cumplimiento burocrático de algún procedimiento, que queda simplemente en eso, el trámite, o como en otros casos, el silencio. Pero problemas endémicos, pese a las excusas, siguen castigando a los vecinos de la ciudad.

Manteros
Fue titular de los diarios capitalinos que una popular avenida porteña se transformò en un nuevo lugar de negocios de los denominados manteros, por supuesto fuera de la ley.
Hasta no hace muchos meses la avenida Avellaneda era coto de operaciones del comercio ilegal, ocupada por estos personajes que ocupaban todas las veredas y hasta parte de la calzada. No obstante, por una acción, en este caso efectiva, se convirtió en una calle amigable para hacer compras. Dejó de ser caótica porque se fueron los manteros. La razón de este éxito: se buscó la solución y no la excusa.

El problema, sin embargo, simplemente se trasladó. A escasos metros de la avenida recuperada para el público y para el comercio legal, se monto un nuevo paseo de compras en la vereda, el que sucede delante de agentes del Ministerio de Espacio Público y la Policía de la Ciudad. Y de los comerciantes legalmente establecidos: los que pagan alquiler, impuestos y sueldos en sus locales.

Los vendedores callejeros (los manteros) ocupan media vereda en varias cuadras en la vecina avenida Nazca, en el barrio de Flores, el corazón de la ciudad. El espacio para los peatones apenas alcanza para caminar en fila. Agolpados uno al lado del otro, los manteros lucen sus productos desparramados sobre el suelo y también los exhiben de pie. ¿Quien podrá resolver el tema: la policía ,los inspectores de Espacio Público, los fiscales porteños?. Por cierto que no se logrará la solución con papeleo burocrático ( que se eterniza) ni con explicaciones para la prensa.

Mientras tanto, el ciudadano de a pie, que cumple la ley, sufre.

Motochorros
Por fuera de los ya lamentados piquetes y cortes de calles y puentes a toda hora, increíblemente no disuadidos o reprimidos con rapidez por las autoridades, se ha desarrollado una nueva actividad delictiva protagonizada por los llamados “motochorros” quienes montados de a pares en motocicletas cometen innumerables tropelías, robos, asaltos y hasta agresión física, con o sin armas, sin que aún se le haya encontrado la solución. También para esto se ha intentado dar explicaciones: proyectos (sin éxito) de prohibición que circulen de a pares, casco o chaleco con la patente impresa, por ejemplo. No obstante, la pregunta del indefenso ciudadano sería la que hiciera famoso a ese extraordinario cómico que eternizara al Chapulin Colorado: “ y ahora, quien podrá defendernos?”. Por cierto que el Chapulin ya no existe. ¿Estamos inermes ante el delito?

Cuidacoches
En alguno de estos comentarios, hemos mencionado el ordenamiento que en la ciudad de Maldonado ( Uruguay) rige para los llamados cuidacoches. Autorizados por el municipio, con identificación legal, con su número de autorización correspondiente, estos permisos de voluntarios acomodadores de estacionamiento, se otorgan a ciudadanos necesitados que cumplen educadamente con su auxilio para estacionar, y sin presionar al conductor, aguardan amablemente una propina. En Buenos Aires, muchas calles están dominadas por especímenes, – autodenominados “trapitos” a quienes se señala que normalmente pertenecerían a las barras bravas del futbol-, que prácticamente extorsionan a través de implícitas amenazas a quienes deseen estacionar en arterias con estacionamiento permitido, e implementando, en muchos casos, una nueva modalidad: apenas se libera un espacio, colocan tachos de pintura vacíos en el hueco, impidiendo a quien lo desee, ocupar ese espacio para estacionar ( quizás para favorecer a algún “cliente” habitual de buena propina?). Esta actividad, obviamente ilegal, se desarrolla a la vista de los agentes de policía que están de facción o circulan por la zona. No constituye ningún secreto. Mientras tanto, no se evidencia que se haya dispuesto acción alguna de las autoridades para remediar esta ilegalidad.

La avenida 9 de julio
Hubo una época en la que transitar por la hermosa y amplia avenida 9 de julio, por fuera de los problemas de circulación, constituía un verdadero placer.

En la actualidad ésto puede encubrir un peligro: se han adueñado de las esquinas, todas las cuales cuentan con semáforos , variada gama de sujetos que ante la interrupción obligada por la acción de la luz roja del semáforo, despliegan habilidades circenses de variada gama, solicitando, no siempre en forma amigable, la consabida colaboración. Una variante de este avatar lo constituye la secta de los “limpia vidrios” quienes, dotados de un instrumento a esos efectos, y con un sistema similar a los “trapitos”, exigen la consabida propina aunque el vidrio haya estado reluciente con anterioridad, o el conductor les señale enfáticamente que no desea contar con el servicio que tan “gentilmente” se le ofrece. Por supuesto que la Avenida 9 de Julio no carece de efectivos policiales a lo largo de su extensión. Una vez más : ¿ quien podrá defendernos a los simples ciudadanos de estos riesgos, amenazas o malos ratos? Por supuesto ya dijimos que el Chapulin Colorado no está más.

El 147
La línea 147 es la conexión telefónica que el gobierno de la ciudad de Buenos Aires ofrece a los ciudadanos para exponer sus dudas, críticas o reclamos.

Pese a la bienvenida intención, en los hechos no siempre funciona.
Un amigo personal, merecedor de la mayor confianza, elevó un pedido/reclamo para resolver un problema de tránsito que se suscitaba en la avenida Cabildo, y cuya propuesta de solución fue comunicada a la mencionada línea, detallando con claridad que el resolver el problema era de una sencillez y economía totales, y por supuesto sugiriendo las posibles medidas a adoptar.

Rápidamente, este ciudadano recibió una respuesta (¡a los 180 días!) informándole que la descripción del tema era insuficiente. Bastaba que un funcionario del Gobierno de la Ciudad se trasladara a pocas cuadras de su lugar de trabajo, para observar por sí mismo el problema, y disponer las medidas necesarias. Lamentablemente una vez màs faltó el Chapulín Colorado. O quizás que las autoridades ya están enfrascadas en un proceso electoral que tendrá lugar dentro de año y medio.

En síntesis….
Quien esto escribe no abriga dudas que el camino iniciado en noviembre de 2015 , era la única alternativa que nos pudiera conducir a consolidar la marcha hacia la meta de ser al menos un país normal o viable.

Además resulta evidente que las circunstancias económicas y sociales heredadas de la nefasta década K, a más de las actuales dificultades económicas y políticas obligan a pensar que la gestión de los gobernantes actuales en los diversos ámbitos no es fácil.

Pero también está claro que resulta útil que los ciudadanos bien intencionados, ayudemos con nuestras críticas, y que los gobernantes ayuden con la eficacia en su gestionar. …Solucionando los problemas, en lugar de explicar por qué no se ha logrado la solución.

Por Pablo Broder
Economista argentino

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