El origen evolutivo de los virus es un pequeño enigma para la ciencia, que ni siquiera se pone de acuerdo sobre si estas partículas son seres vivos o no. Para rematar el misterio, algunos de los más letales no entraron en contacto con el ser humano hasta hace apenas 50 años, como es el caso del ébola (1976) y el VIH (1983), desatando toda clase de teorías conspiranóicas y pseudocientíficas. Saber de dónde salió el primer virus no es tarea fácil. Algunas teorías sugieren que evolucionaron de células parásitas que degeneraron hasta quedar reducidas a unos cuantos genes cubiertos por proteínas.
Otras teorías afirman que evolucionaron de fragmentos de material genético escapado de los genes de algún organismo. Incluso existe la posibilidad de que surgieran de cero, de forma similar a las primeras células, mediante la combinación espontánea de ácidos nucleicos.
La falta de información es debida a que los virus son demasiado pequeños para formar fósiles tradicionales. Sin embargo, al infectar un organismo, puede darse el caso de que alguno de sus genes se incorpore al genoma del huésped. Esto crea una especie de fósil genético en otros seres vivos que permiten suponer que los virus posiblemente son tan antiguos como las primeras células.
De esta forma se han encontrado restos del virus de la hepatitis B en el genoma de aves actuales como el pinzón cebra, lo que data a este agente infeccioso en más de 19 millones de años. Por otro lado, estudios genéticos con avispas sugieren que ya había virus infectando insectos hace 300 millones de años.
Momias con viruela
Los virus han acompañado a la humanidad desde sus inicios. Una vez que el ser humano estableció comunidades agrícolas, se extendieron rápidamente entre plantas, ganado y personas debido al aumento en la densidad de población. Los culpables de las primeras infecciones humanas fueron, probablemente, los roedores.
Es el caso de la viruela, uno de los virus más antiguos capaces de infectar a seres humanos. De hecho, el faraón egipcio Ramsés V probablemente falleció hace más de 3.000 años por su culpa, según revelan las marcas típicas de esta enfermedad que todavía se aprecian en su momia.
Patrick LandmannPatrick Landmann
A pesar de que la viruela, la polio, la rabia y el sarampión llevaban miles de años afectando al ser humano, nadie conocía su origen. Ni siquiera Louis Pasteur entendía por qué los perros a los que inoculaba con tejido espinal de canes infectados por la rabia quedaban inmunizados. Habría que esperar hasta finales del siglo XIX para que el ruso Ivanovski estudiara el virus del mosaico del tabaco.
El siglo XX, miles de años después de que el ser humano conociera –sin saberlo– a estos microorganismos, comenzó la guerra contra estos temidos agentes infecciosos. Sin embargo, esa misma época traería nuevas enfermedades causadas por virus desconocidos hasta entonces.
Llegan nuevos virus
El VIH tuvo su origen en primates, y posiblemente saltó al ser humano a principios del siglo XX. El llamado virus de inmunodeficiencia en simios fue transferido al ser humano, y posteriormente mutó hasta convertirse en el VIH. La teoría más plausible es que algún cazador fue mordido por uno de estos animales, o quizá se cortó mientras despedazaba su carne antes de cocinarla.
En el caso del virus del ébola, descrito en 1976, los culpables posiblemente sean los zorros voladores, una especie de murciélago de gran tamaño. Y es que la zoonosis, por la cual una enfermedad se transmite de animales a seres humanos son una constante en la historia de estos microorganismos.
Por ello, algunos virus emergentes no son nuevos, sino que han estado ocultos durante miles de años en otros animales hasta que pasan al ser humano por azar. En otros casos se producen mutaciones que inician nuevas epidemias.
Aunque sea el ébola el virus de moda, uno de los casos más recientes se encuentra en el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), cuyo primer caso apareció en una fecha tan reciente como 2002. El culpable en ese caso fueron, una vez más, los murciélagos.
No serán los últimos
Según el Comité Internacional de Taxonomía de Virus se han descubierto, hasta la fecha, 2.827 especies de virus. Y se estima que quedan 320.000 virus de mamíferos por descubrir.
Con una inversión de unos 1.000 millones de euros se podrían descubrir el 85% de estos agentes infecciosos todavía ocultos. No se trata de una cuestión de curiosidad: si la viruela vino de los roedores y el VIH de los primates, la próxima gran pandemia podría estar escondida en uno de esos 320.000 virus desconocidos. Y cuanto antes se pueda empezar a estudiar mejor para todos.
Por Sergio Ferrer
Periodista español
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