Los uruguayos se puede decir que “somos votadores”. No nos rebelamos ante la obligatoriedad del voto pese a que la multa por no hacerlo es baja. Es más la molestia de ir a pagarla que lo que esta nos costaría.
Si es obligatorio: votamos.
Y si no es obligatorio no tanto. Por lo menos tres cuartas partes no se preocupan por ir a votar. Y si, como el domingo, el tiempo no ayuda o si el resultado está cantado, menos se toman el trabajo. Cada avance en los medios de comunicación en la Historia de la Humanidad, ha tenido su repercusión en el mundo de las ideas y en la organización social y política.
Se pueden hacer muchas teorías acerca de ello. En realidad, se hacen, si algo nos caracteriza es la cantidad inconmensurable de opinadores y explicadores que tenemos. Desde el posible “orsai” de Cavani a los planteos tácticos del Maestro Tabares hasta las cuestiones políticas.
Con una virtud que destaco: no tenemos tendencia a victimizarnos. No nos declaramos “campeones morales” y, desde Sud África por lo menos, veneramos a nuestra Selección.
Lo cual me parece bien. Todavía me reprocho el no haber valorado el cuarto puesto en México 70. Fue hazañoso, pero, no aceptábamos nada menor que la Copa. Ahora somos más realistas. Queremos Copa, pero, no nos duele perder con gallardía.
En cambio, en política creo que el tema va perdiendo interés. Como que: -“Bueno…¡es lo que hay!”
Yo soy votador y voto. Al mío no le fue nada mal y confío en que no se agrande demasiado con el resultado. También aquí, con otro tono, es aplicable la frase: “Es lo que hay”
En el Frente votó el casco militante, lo cual se corresponde a la apelación de los candidatos. Salvo contadas excepciones, no acudimos a la calle-calle en busca del voto. En busca de definir los nuevos lideratos.
Siempre hubo quejas respecto al desequilibrio entre los votos obtenidos por las listas en la Elección Nacional y los votos de la mitad que representa a “Las Bases” en donde predominan los grupos de militancia por sobre los de opinión.
Pero, a la hora de elegir, esta vez, nos refugiamos en “Las Bases”. Si algo le reconozco a Tabaré es que, luego de una Interna mala y en contra del derrotismo que nos había invadido, ¡Salió a pelear el voto pueblo por pueblo!
En la calle y con confianza.
De no ser por su empuje, muchos se hubiesen quedando en los rincones.
Esta vez, renovación de lideratos, buscamos los votos en “Las Bases” y el resultado tuvo una elevada proporción votos de militantes. Pese a que Daniel Martínez arrastró mucha “opinión”
En lo que hace al Frente, me preocupa que nadie intente hacer valer exageradamente los votos obtenidos. Que no son ni la cuarta parte de los que necesitaremos en Octubre. Y que, a nadie “ninguniemos” por su resultado. Hay mucha “opinión” que no fue y hay mucho futuro en toda esta camada de nuevos líderes que emergen.
Espero, deseo, que resolvamos con felicidad el complemento de la fórmula.
De alguna manera entramos por el aro y ahora estamos presos de nuestra palabra: la vice tendrá que ser mujer.
¡Bien dicen! Uno es prisionero de sus palabras y dueño de su silencio. Nos hemos dejado llevar y ahora no podemos elegir al mejor complemento; estamos limitados a elegir a la mujer que mejor complemente.
¡Eso no es “paritario”! En todo caso: discriminación por la positiva.
Me siento con el derecho de decirlo porque soy Roballo y a la Doctora nadie le regaló nada. Yo, con siete años distribuía en Mal Abrigo “La Mujer Batllista”. La revista que publicó Alba hasta que llegó a la acertada conclusión de que se estaba limitando y pasó a publicar “Pregón” en dónde me inicié como escribidor.
No era mucho trabajo, 5 ejemplares. Mi madre, el Jefe de Correos, el Jefe de la Estación, Turban que era Blanco Independiente pero hacía pierna y el último reservado a uno que no quería que se supiese.
Y no lo hacía porque me mandaran ¡Ya era militante!
En fin, ahora, las cosas están así y espero que la solución no sea forzada. Lacalle Pou, que esta baqueano, se ve que la tenía pensada. Esa misma noche remachó el clavo imponiendo a Beatriz Argimón.
Impecable, con un pasado político que muestra su capacidad articuladora. Fue uno de los ejes de la “bancada femenina” que, mientras ella estuvo, funcionó como usina de propuestas. Ahora, en tiempos de borrasca, ha sido una magnífica Presidenta del Honorable Directorio.
La gente la consagró con aplausos y la fórmula arranca con la ventaja del que primerea.
Esa y la del Frente, en realidad, son las únicas que cuentan y nosotros estamos enredados. No es dramático pero no se debe dar ventaja.
Me alegró el triunfo de Talvi dentro del Partido Colorado. No me gustó su arranque poco menos que como “Salvador” pero en la campaña fue definiendo un perfil “Batllista”. En realidad, creo que su triunfo tiene mucho que ver con que el Dr. Sanguinetti ya no convence.
Con el respeto que tengo por su cabeza, y con la distancia ideológica que nos separa, terminó por resultar aquello de: “La fama es puro cuento”.
El Partido Colorado no se recuperó con su presencia. Sigue siendo un tercero a distancia. Condenado a votar a un blanco en Noviembre.
Como dice un aviso que pasan en el futbol: “Siempre es mejor el original que la copia”. ¿Para qué votar al Dr. Sanguinetti un político civil que, hasta ahora había sido o el mejor defensor de los militares, si ahora tenemos un militar que entró en la política?
La irrupción del Gral. Manini tenía una buena plataforma de arranque. Él mismo;, su apellido y “La Mañana” con todo su pasado Terrista y Falangista. Y un desasosiego militar que tiene muchas causas.
Ganan poco. Pensamos en tocarles su sagrado Escalafón y la sacrosantísima jubilación y todavía se sienten hostigados porque reivindiquemos Verdad y Justicia.
Lo que es aún peor: en su fuero íntimo saben que por detrás de la parafernalia de los uniformes, la bandera y todo eso, no son necesarios en un pequeño y pacífico país como nosotros.
Un lujo que no deberíamos permitirnos.
En realidad, después de la Operación “Tormenta en el Desierto” quedó claro que no hay más perro que Chocolate. Grande, grande, son muy pocos.
La emergencia de un “Partido Militar” es un problema nuevo y malo. Veremos en que termina en las Elecciones de octubre. Si el Frente no gana, tendrá su “parte” o los ganadores no tendrán mayoría.
Por lo que a nosotros respecta, tenemos que revisar y repensar lo que hemos estado haciendo.
Está claro que lo que a nosotros nos duele, no le duele a todo el mundo. No son únicamente los 40 o 50 mil votos que marcó, es que emergen como el fiel de la balanza.
Mala cosa, compañeros.
En mi primera huelga, con 19 inocentes años, empecé por el aumento y luego, cuando ya la vida había demostrado que la gente no daba más, ¡quería seguir!
Ya no por los pesos o por los destituidos…¡Contra la Injusticia!
Había descubierto que el Mundo era injusto y pensaba que con una huelga ya muerta deberíamos seguir hasta acabar con ella.
Bueno, aprendí.
Ahora debemos estudiar las cosas y ver cómo hacemos para que la Sociedad comprenda Y comprender nosotros como es y que piensa la Sociedad.
¡Esta Sociedad en la cual vivimos!
Si no lo hacemos, para ser gráfico: nos cocinaremos en nuestra propia salsa.
Antes de terminar la más seria de mis preocupaciones: ¡entró en nuestra realidad la política sucia!
¡Y no se irá! Lo que da resultados, permanece y se extiende.
El dignísimo Dr. Larrañaga quedó “entre varas” y la mitad de su posible electorado cambió la postura a último momento y aseguró su voto con Lacalle Pou.
No se arriesgaron a votar al tercero con riesgo de que Sartori saliera ganador.
No creo que todos los votos de Sartori se deban a la campaña oficialmente anónima de enchastre más bien, me inclino a pensar que su mayor acierto fue ese asunto de la confianza mutua.
Hay mucha gente que se siente ignorada por los políticos y cuando aparece uno que le dice que confían en ellos y que confíen en él, se dan estas cosas.
Pero las prácticas “sucias” se han instalado y no se irán.
Las tomo como el símbolo del retroceso político que han significado “las redes”. Los mensajitos de pocas palabras y veneno sutil que han suplantado a las campañas de confrontación de hombres, partidos y programas.
Cada avance en los medios de comunicación en la Historia de la Humanidad, ha tenido su repercusión en el mundo de las ideas y en la organización social y política.
Bueno, hemos llegado a esto. Valen más 120 espacios envenenados que una vida.
Por Eduardo Platero
2 de julio de 2019
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