Me contaron lo del Clínicas. No lo vi pero, quien me lo contó aún estaba emocionado. Un grupo numeroso de trabajadores descendió para entonar, en el borde de Avenida Italia, la canción que todos llevamos en el corazón “A Redoblar”.
Siempre hay, detrás de estas manifestaciones colectivas un grado importante de organización. A algunos se les ocurre, ellos van propalando la idea que va, a su vez, tomando forma y agregando activistas hasta que, ¡por fin, se hace!
Es imposible, a menos que creamos en la trasmisión instantánea y mental de una idea, si no hay un cierto grado de organización.
Así como es imposible que la mejor de las iniciativas se realice se concrete si no hay un alto grado de aceptación por el grupo. Si algo no me entusiasma, podré considerarlo bueno, pero no me esforzaré y no participaré.
En resumen, ¡brillante iniciativa y emocionante culminación!
Espontanea en la medida que no “bajó” como directiva de ningún organismo superior. Organizada por quienes la protagonizaron y destinada a dar salida a una necesidad de protagonizar una reacción.
A todos los frenteamplistas nos ha ganado la idea de que lo hecho es poco y que se ha ha sido hecho desde arriba y sin tenernos en cuenta.
Para ser justos, también, sin que nosotros advirtiésemos que el partido lo jugamos todos. Sin que sintiéramos la necesidad de participar hasta que, como dicen, la derrota apareció en el horizonte como una posibilidad cierta.
Recién a partir del “Banderazo” no me gusta lo de “banderolazo” pese a que sugiere la fuerza arrolladora de la ola. Recién entonces empezamos a participar.
Tarde. Estoy dispuesto a aceptar mi responsabilidad personal en lo que hace a mi desinterés suficiente y con algo de rencor. Y creo que esta situación que nos pone en peligro se empezó´´o a gestar hace mucho tiempo.
Cuando empezamos a gobernar PARA LA GENTE PERO SIN LA GENTE.
En fin, luego de fritas las tortas, veremos.
Con calma, sin pasarnos facturas y con el sincero deseo de mejorar. De recomponer. De revitalizar la organización de base que nació en el 71 y que es única y distintiva.
¡Nadie, sino el Frente Amplio tiene una organización territorial de base! Nacional y dispuesta.
Se ha ido esclerosando, no encuentro otra palabra, porque no hubo atención desde arriba y porque, al darle participación en las decisiones, no tuvimos en cuenta que: Aquello que había nacido como lugar de encuentro. El lugar en donde nos juntábamos de quienes veníamos de distintas formaciones políticas con quienes se acercaban por primera vez. Y justamente ese carácter de “lugar de encuentro y confraternizaxción” era lo esencial.
Ese fraterno encuentro entre hasta entonces desconocidos en los cuales los “Veteranos” enseñábamos a los nuevos la forma de hacerse un gorro con el mural que saldríamos juntos a pegar.
Y ellos nos enseñaban lo que es la Unidad en la Diversidad.
Cuando, luego del 71, reformamos aquella estructura precaria con la cual habíamos salido a la calle, para convertirla en una organización permanente, cometimos un error: transformamos aquellos centros de encuentro en campos de batalla por el
Delegado.
Es justo que la base tenga participación en las decisiones y en la conducción diaria.. Pero, si no lo resolvemos bien – y no lo hicimos – todo grupo quedaba automáticamente obligado a luchar por el Delegado.
Por “el votito” del delegado.
O apartarse de aquello en donde los grupos más organizados luchábamos por obtener y conservar “EL DELEGADO”. Malo, paralizante. Opuesto a la finalidad principal de los ´Comitée de Base” que consistía en ser la puerta de entrada de las nuevas incorporaciones. El lugar de conocimiento mutuo de los militantes encuadrados que, en la discusión diaria estaríamos obligados a ser respetuosos. Y la principal cadena de información para los compañeros a los cuales los medios informaban de acuerdo a lo que son: medios de la clase dominante.
Siempre recuerdo aquel episodio en el cual Pacheco preguntó: -¿A quién molestan las Medidas”
Que Se habían aplicado para reprimir, fundamentalmente, al Movimiento Sindical Sindical ya que se trataba de rebajar el salario real de los asalariados para equilibrar las finanzas estatales y aumentar los márgenes de ganancia de las patronales.
Desde el punto de vista práctico. ¡Estrictamente! Las Medidas, si bien recortaban libertades, no eran, precisamente, agresivas para con las que importaban a las de las capas medias.
¿Qué podía importarle al almacenero que la actividad sindical de los asalariados fuese perseguida y sus dirigentes aprisionados?
En realidad, fue todo un esfuerzo lograr que ese almacenero, esas capas medias, entendiesen que también serían afectadas.
Por un lado, en lo ideológico, la lucha contra el avance del autoritarismo. Que, en la medida que no encuentra obstáculos y resistencia, avanza recortando los valores y las garantías democráticas de todos…
Aquello de: si hoy llevan a un asalariado para quitarle salario, ¿quién me garantiza que mañana no me toque a mí? La indisoluble solidaridad entre los derechos democráticos y el inevitable menoscabo de las libertades cuando se afecta la libertad de cualquier sector.
Por el otro, por el lado práctico, una consigna tan cierta como eficaz: “Si el trabajador no gana, el almacenero no vende”. Esa íntima relación entre los trabajadores, que mensualmente gastan todo lo que ganan en sobrevivir, y aquellos que le venden los insumos básicos.
Luchando, resistiendo y convenciendo ligamos a las capas medias a quienes Pacheco intentaba seducir con la imagen del Orden.
La respuesta, proclamada por los trabajadores pero acompañada por los sectores medios aisló al autoritarismo. Ambientó el nacimiento del Frente como una tercera fuerza política. Destinada a unir a todo el pueblo. Pacífica y pacificadora pero decidida a modificar el estado de cosas injusto y autoritario.
Prometimos encarnar la Esperanza.
Bueno, pasaron, además, muchas cosas y las dos disyuntivas se alternaron en la cabeza de la ciudadanía.
Por un lado: “Orden contra Desorden”.
Por el otro: “Rosca o Pueblo”
Lo que pasó, pasó y hoy estamos en una etapa diferente. Hemos gobernado 15 años en los cuales el Uruguay ha pasado a ser el país latino americano con menor distancia entre los más ricos y los más pobres.
Pero, nadie vota por la sopa que tomó ayer.
No “por lo que hiciste” sino: por lo que vas a hacer.
Nadie reconoce esa mejoría general si no la luchó. Y tiende a considerar que la patriada le está costando muy cara. Que si no le cobraran el IASS podría vacacionar en RíÍOBucios o o en Cancún. Y que si esos vagos que duermen en la calle, y esos ladrones que roban y matan son un peligro y una afrenta.
Que: ¡¿Un poco de orden vendría bien!
En fin, es fácil acostumbrarse a “comer con aceite”.
El otro día, tratando de ordenar un poco el botiquín del baño, me encontré: ¡un triángulo!
Apuesto a que a la mayoría no les suena esto de: Un “Triángulo”.
Era un artefacto de esa forma que se abría para que dentro pusiesen un hoja de afeitar y con ella te recortaras el pelo. Peinado para atrás y con la patrona que te afeitaba la nuca. ¿Cuántos de nosotros seguimos con el “Triángulo” y no vamos a la peluquería? ¿Cuántos de nosotros sabemos el precio del aceite? Son cosas del Pasado. Ya no vamos al Expendió a por leche unos vintenes más barata. Ya no hay Expendios, ni camioncito de Subsistencias.
Todo aquel que se queja del precio de la nafta debería tener presente algunas cosas.
Ese precio está compuesto por: el precio del petróleo y el costo de la refinación, Que es un ”Costo” único. Sin entrar en tecnicismo, cuando se refina para sacar nafta, se está subdividiendo el petróleo original en todas sus variedades. Gas oil, queroseno, fuel oil,… y ¡supergas! El reemplazo del antiguo queroseno con el que cocinábamos en el “Primus”.
Hoy la garrafita o la de 13 quilos.
Los precios de venta son una decisión política (de “política de precios) que tiene en cuenta al supergas, hoy en día rey de la cocina; los impuestos; los costos de distribución que no son iguales para La Teja que para Caraguatá y la ganancia de los expendedores. O comparás TODO o le estás mintiendo a la gente cuando hablás de importar combustible.
Si fueses honesto dirías que tu objetivo es liquidar ANCAP. El mismo que tuvo el Terrismo que paralizó la Ley hasta que la proximidad de la guerra aconsejó prepararse para una escasez de combustible. En fin, me estoy alargando mucho pero quiero destacar que, lo que hoy conozco acerca del precio de los combustibles, NO ME VINO POR NINGUNA VÍA ORGÁNICA DEL FRENTE.
Me lo tuve que averiguar con los compañeros que saben.
Ni siquiera ahora estamos destacando que, pese a la suba del precio del petróleo, no cambiamos los precios del refinado porque: ¡¿tenemos un contrato que preserva al Ente de los altibajos! Buen Administración…mala política de información.
No hemos tenido una política constante de información y formación para las bases. Y no le hemos pedido a ellas que salieran a divulgar conversando con el barrio.
Es posible que estemos a punto de pagar el precio de una necedad política. Necedad vieja en la cual fuimos cayendo de a poco todos. Arriba y abajo. La rebeldía popular ha creado nuevos ámbitos. Votamos mal en la primera instancia…¡pero votamos bien contra la Reforma de Larrañaga!
Hoy están “las redes”; los jóvenes; la defensa de la ideología de género.
Hay reservas y pase lo que pase:¡LUCHAREMOS!
Porque, “El corazón no quiere/ entonar más retiradas”
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Por Eduardo Plantero
17/11/2019
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