¿Qué hay detrás del odio de Silvia Milbeck?

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DESPLAZAMIENTO Y PROYECCIÓN

¿Qué hay detrás del odio y la estupidez de Silvia Milbeck?

Una señora sexagenaria se lanza a operar en las redes, más concretamente en Facebook. Mantiene dos cuentas: una que utilizaba para derramar su pensamiento político sicofanta, en donde se presenta sobre un fondo de lujoso jardin de invierno, como habiendo sido estudiante de la Facultad de Ciencias y se ubica geográficamente en Durazno. Era una página sin amigos, familia ni más datos, con más de 1.300 seguidores declarados, dedicada exclusivamente a mensajes de odio, especialmente dirigidos contra el Presidente de la República. He aquí las últimas piezas, transcriptas tal cual, después de las cuales cerró la cuenta y pasó a la clandestinidad:

El canceroso hizo su última estrategia de veneno. No va a subir las tarifas! Suerte que te queda poco Vásquez. Viejo lacra !!!

Rata canceroso ya estás pagando tu veneno Vásquez !!!!Que bien merecido tenés el cáncer Tabaré Vásquez. Cínico !!!

 Que bien merecido tenés el cáncer Tabaré Vásquez. Cínico !!!

Que el odio y la estupidez suelen asociarse no es novedad. Silvia Milbeck es estúpida porque pensaba ampararse en el anonimato de su cuenta sicofanta pero mantenía otra cuenta en Facebook, esta familiera y navideña, donde luce gran fotografía rodeada por sus tres hijos, dos varones y una mujer. Fotos familiares, de sus hijos universitarios en su graduación, padres y demás deudos. La relación entre ambas cuentas se extrajo rápidamente. Sin dudas una hermosa familia amorosamente ostentada que resultó expuesta a la verguenza y al escarnio público a causa de la prédica de odio de esta madre que no parece ni esquizofrénica ni bipolar aunque electrónicamente se presente bajo una doble personalidad.

Que Silvia Milbeck no es un troll y que no se trata tampoco de una usurpación de personalidad, queda claro cuando uno de sus hijos plantea “ninguno de mis hermanos y yo compartimos la opinión totalmente fuera de lugar de mi madre, pido disculpas y creo que no hay necesidad de seguir compartiendo esa foto, repudio totalmente lo que hizo pero considero que no hay necesidad de seguir exponiendo a la familia” (todo sic en la captura de pantalla). Actualmente ambas cuentas han sido cerradas.

Las disculpas de estos hijos parecen sinceras. Por ahora ellos no tienen responsabilidad sobre la madre que los expuso, profiriendo insultos (que en modo alguno pueden considerarse una “opinión” puesto que se trata de mensajes de odio) pero hay que advertirles que su madre parece padecer de un trastorno de personalidad que debería ser tratado so pena de que sus manifestaciones se agraven con la edad o con su propio drama personal.

Los mensajes de la señora Silvia presentan rasgos llamativos, a saber: el uso de la enfermedad como estigma, el cáncer como supremo castigo, el deseo amenazante de la muerte y el empleo de la vejez como condición degradante, descalificante y final.

Cualquiera sabe que las agresiones y los insultos suelen ser más expresivos acerca de quien los profiere que acerca de la o las víctimas de sus dicterios. Por eso resulta interesante considerar los mecanismos psicológicos, mecanismos de defensa, que se hacen evidentes en los improperios de esta señora. Uno de estos mecanismos inconscientes es el desplazamiento en que la mente redirige algunas emociones de un objeto y/o representación psíquica que se percibe como peligroso,  inaceptable o temible a otro aceptable, externo y alejado.

Otro mecanismo de defensa es la proyección por la que el sujeto atribuye a otras personas las propias virtudes o defectos, carencias o temores. En el caso de la proyección negativa, ésta opera en situaciones de conflicto emocional o amenaza de origen interno o externo, atribuyendo a otras personas u objetos los sentimientos, impulsos o pensamientos propios que resultan insoportables para el sujeto. De esta forma, se “proyectan” los sentimientos, los pensamientos, los deseos o los temores que no terminan de aceptarse como propios porque generan angustia o ansiedad, dirigiéndolos hacia algo o alguien y atribuyéndolos totalmente a ese objeto externo. Por esta vía, la defensa psíquica logra poner estos contenidos amenazantes afuera.

Desplazamiento y proyección son defensas comunes pero vulnerables. La angustia suele ser, en casos como el de la señora Silvia, un oleaje persistente que choca contra las defensas y amenaza desbordarlas. Esto puede provocar y tal parece el caso, una agudización de las proyecciones negativas y muchas veces un aumento en la violencia de los insultos o el paso incluso a una actuación directa, física, contra lo que ha sido el objetivo del desplazamiento y recipiente de la proyección. También existen proyecciones positivas pero si la señora Milbeck las hace nos las manifestó en su cuanta sicofanta.

Llegados a este punto y a la luz de las características antes referidas de los insultos hay que intentar responder a la pregunta ¿cuáles son los contenidos, los temores, las angustias, de las que se defiende esta señora insultando al Presidente de la República? Partiendo de la base de que no hay respuestas unívocas e inequívocas a estas cuestiones es altamente probable que la señora Silvia tenga verdadero terror al cáncer o a cualquiera otra enfermedad que considera mortal, un terror que no solo ha de amargar sus desvelos ante una salud en peligro sino que es extensible al posible padecimiento de sus seres queridos, sus hijos, por ejemplo.

La muerte y el dolor suelen ser temibles, más allá de que cada uno enfrente estos temores a su manera, pero estos no son los únicos miedos que conmueven a esta señora. Para ella “viejo” es un insulto que muy probablemente procura defenderla de su propio temor al envejecimiento, a la incapacidad, nuevamente asociada con la muerte pero bajo la forma de “la muerte en vida”. Atención: con los años no solamente se pierden algunas capacidades cognitivas (sin perjuicio de que se ganen otras) sino que los mecanismos de defensa suelen esclerosarse, la represión falla y pueden sobrevenir acontecimientos catastróficos desde el punto de vista de la salud.

Por Lic. Fernando Britos V.

La ONDA digital Nº 934 (Síganos en Twitter y facebook

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