Estamos viviendo una situación que en varios aspectos, linda con un recorte de los mecanismos democráticos.
Se sanciona a docentes por hablar contra el gobierno, en sus redes privadas, se limita a dar un número a cada persona que fallece por COVID-19.
¿Porqué? ¿Que esconde este secreto, que la población no puede saber?
¿Cómo es posible que los sindicatos, los amigos de los muertos, sean quienes lamentan y comunican el nombre y la trayectoria de una persona víctima de Covid?
Un funcionari@ de la salud, deja su vida por los demás y nos enteramos por sus compañer@s. Sin ir más lejos ayer se dio un caso en el Circulo Católico y nos enteramos por el Sindicato. ¿Es justo esto? ¿Los seres humanos somos de «use y tire»? NO.
Con todo el derecho que nos da la Democracia
*Exigimos* *conocer* *todos* *los* *datos* de quienes fallecen y han fallecido en esta pandemia.
Algunos científic@s, especulan con razón, que la causa está en el origen social de la mayoría de los muertos.
Cuando se esconde una información tan elemental , es porque, hay algo que no se quiere que se sepa.
No tiene ningún derecho el Gobierno a guardarse esta información.
Desde «Uruguay@s por la vida y contra las muertes evitables», hemos reclamado desde un principio, conocer esta información.
No tiene porqué ser un secreto de Estado, algo que nos atañe a tod@s.
Resulta denigrante que las víctimas se transformen en un número.
¿Cómo se llamaba cada un@, en qué barrio vivía, en qué trabajaba o había trabajado?
Esta información, debe ser pública y no secreta.
Por Esteban Nuñez
Recomendamos en referencia al autor
La ONDA digital Nº 1008 (Síganos en Twitter y facebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA
(Síganos en Twitter y Facebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA
Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.
Otros artículos del mismo autor: