Río Uruguay: fuente de vida y memoria

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Se ha dicho que el Río Uruguay “es un camino que anda”, ya que ha sido el escenario de muchos viajeros, los cuales nos dejaron crónicas invalorables, con sus relatos, testimonios, y descripciones.

Por ese “camino líquido” al decir de Daniel Vidart, subieron y bajaron desde tiempos remotos, las canoas de los indios litorales, y lo mismo hicieron los diversos tipos de naves de los conquistadores, los veleros de los comerciantes y de los viajeros curiosos, las balandras de los genoveses , los botes y chalanas de los pescadores artesanales, los vapores de las compañías fluviales de navegación en e l siglo XIX y XX.

Intervención, en la Mesa 2, Paysandú y su Costa , del cual también participaron las colegas, Arq. Alicia Artigas, y Andrea Ostuni Agradecemos a los organizadores Cenur Litoral Norte e Intersocial de Paysandú, la invitación a participar.

En la época de las Misiones Jesuíticas era la ruta predilecta y obligatoria para llegar al Alto Uruguay, lo que mereció que se le denominara como “Rio de los Jesuítas” o “Río de las Misiones”. Es ahí justamente que tenemos nuestro origen.

Junto a un paso natural sobre el río y las islas, nació una ranchería de indios guaraníes, donde se prestaban servicios, se acopiaron y embarcan los productos de leña, carbón, cueros, yerba, procedentes de las faenas ejecutadas en la estancia de Yapeyú.

En el sobre el paralelo 32, donde nos encontramos,. El puesto-pasó-posta de Paysandú se convirtió en un puerto que por sus condiciones estratégicas, estaría llamado a un natural liderazgo en la región, siendo entonces el último pueblo que tenía al sur dicha estancia de Yapeyú.

En 1815, Artigas establece momentáneamente aquí la Capital de los Orientales, para luego dirigirse unos 100 km. al norte donde en la confluencia del arroyo El Hervidero y el Río Uruguay, funda la Capital de la Liga Federal fuera de Buenos Aires y Montevideo, como lo había sostenido en las Instrucciones del año XIII. Desde ese sitio geo-estratégico, junto a un puerto natural, por vía fluvial tenía contacto directo e intercambios con las provincias y con las capitales del Plata. Fundamental para el comercio, recibir mercaderías, utensilios …y visitantes que describieron aquellos encuentros.

No obstante en cuanto a nuestra ciudad, se desarrolló en la parte alta, en torno a la actual Plaza Constitución, y recién fue al encuentro del rio, a mediados del siglo XIX, cuando el visionario y progresista Jefe Político Basilio Pinilla dispone el amanzanamiento de la “ ciudad nueva”, lo que hoy es para nosotros el barrio del puerto.

Durante los trágicos sucesos del Sitio y Defensa de Paysandú,de fines de 1864, mujeres y niños cruzaron el rio y se refugiaron en la isla Caridad, y así pudieron salvar sus vidas.

Hechos históricos que permanecen guardados en la memoria ciudadana.

Ya en la década del 70, se produce un hecho fortuito. Un barco con mercaderías, con destino al Gral.Urquiza, no puede desembarcar en Concepción del Uruguay, con motivo de su asesinato . Llega y descarga en Paysandú, lo que daría inicio a la Barraca Americana, sociedad que construyó depósitos y un puerto propio, donde hoy se ubica el granero oficial. Emprendimiento llamado a ser el uno de los grandes impulsores del desarrollo del barrio contiguo.

En tanto el puerto, que ya tenía un muelle que penetraba mas de 100 mts. sobre las aguas. crecía en movimiento de cargas. Se exportaba para Buenos Aires… alfalfa, caracoles, damascos, entre otros productos de nuestro suelo. Era la época en que los saladeros junto al rio, tenían un gran desarrollo, producían charque que consumía la población de Brasil y Cuba.

También conservas como las lenguas enlatadas de RITCHER que llegaron hasta Londres.

Fue necesario para los controles de la Aduana, construir un edificio, cuya ala norte data de 1875. Una joya arquitectónica en estado de semi-abandono que es urgente recuperar.

Desde 1860, llegaba el Vapor de la Carrera. Mediante las vías trazadas por los ingleses, el ferrocarril llevaba los pasajeros , hasta el lugar mismo donde se hacía el embarque , en el muelle de madera de aquel entonces.

Nacía el siglo XX, y Paysandú comenzaba a conocer y convivir con adelantos tecnológicos maravillosos para la época, como la llegada de la electricidad, el agua corriente y el motor a explosión en automóviles y camiones. Martín Etchebarne en 1903, crea la Usina de electricidad a Vapor, a orilla del río junto al puerto, como así también se creó la Usina de Aguas Corrientes.

Había que satisfacer las necesidades de combustibles y su distribución. Con ese fin se establece la West India (una filial de la ESSO), muy próximo al rio y al muelle de madera del ferrocarril, que recordamos de nuestra niñez, en la continuación de la calle Washington, en el extremo sur de la Playa Park.

Muelle donde llegaban los combustibles en tanques de 200 lts. que se pasaban de las bodegas de los barcos, a los vagones, para llegar a sus depósitos (que aun perduran como fiel testigo de la época)… o bien seguían en los vagones hacia el norte: Salto y Bella Unión. La marca SHELL años después construye su propio muelle de hormigón, hoy convertido en el paseo Aníbal Sampayo.

El río y el puerto hicieron posible el incipiente Paysandú productivo, artesanal y comercial, que en 1948, en una gran exposición, montada en el recinto portuario, muestra las capacidades locales, y las industrias que estaban en construcción, convirtiéndose así en el gran polo de desarrollo agro-industrial del litoral uruguayo. También fue importante la del año 1964, con la impronta de lo regional, cuyos vestigios existen aún y es necesario recuperarlos y ponerlos en valor.

Industrias dependientes de las tomas de agua que succiona del generoso río, hacia las plantas ubicadas en el entorno. Y en especial la cerveza NORTEÑA, dotada de un particular sabor que le daba el agua de río, …según se decía.

En aquel Paysandú del “optimismo y de un entusiasmo contagioso”, se produce otro hecho que tiene como protagonista una vez mas al Rio.

Se propone “abrir la ciudad hacia la costa». Lo que tuvo sus comienzos con los Clubes de la Costa, ahora a través de un proyecto de vanguardia como lo fue el Balneario Municipal, obra representativa del diseño y la arquitectura moderna, cuyo autor fue el Arq. Oscar Garrasino,… y que en sucesivas administraciones se fue prolongando hacia el norte, paseo para el disfrute del agua, sol, playa, y paisaje natural. Contribución invalorable para lo que en definitivo buscamos, que es el bienestar de los habitantes lugareños.

Así como la ciudad no nació desde una planificación previa, la costa también tuvo un desarrollo espontáneo. Es en esa década del 40 es que recién aparecen algunas directrices con el denominado Plan Villamajó.

Solo algunos hechos de tantos otros, para un relato de: historias, acontecimientos, crónicas, leyendas,….Vaya el recuerdo también para nuestras abuelas lavanderas del río.

Sostenemos con énfasis que: Sin memoria no hay identidad. No hay mañana que pueda construirse de modo consistente, sin conocer, sin valorar el legado de las generaciones precedentes.

Para quienes nacimos aquí, desde nuestra orilla oriental amamos profundamente al río, a su paisaje natural, con sus costas y sus islas, sus aguas poderosas, sus colores cambiantes, los atardeceres y puestas de sol.

Un patrimonio que incide en la psicología de los ribereños, en sus hábitos y costumbres.

Un patrimonio que da origen a diversas expresiones del arte, que ha servido de inspiración a pintores y poetas, así como a la música y la canción litoraleña, cuyo máximo exponente es Aníbal Sampayo,… quien introdujo el arpa guaraní, en sus composiciones.

Es hora que ante tan impresionante fuente de vida, nos preguntemos, que nos ha pasado como sociedad, que ya transitando el siglo XXI, aún descuidemos la salud de nuestro río. Desechos cloacales e industriales, que se arrojan en crudo. Miles de recipientes de plástico y nylon lo contaminan. También agroquímicos. Cómo es posible que aún no tengamos un estatuto bi-nacional para un uso protegido, de las islas, como las del Queguay y San Francisco, que se usan indiscriminadamente. Y qué decir de las frecuentes agresiones a su riqueza ictícola, a su flora y fauna, a sus aves viajeras.

Nuestro desafío, en este presente y ante un futuro inmediato, es poder compatibilizar intervenciones contemporáneas, con prudencia y respeto, de este majestuoso paisaje natural y cultural,, de su eco-sistema, de sus flujos hidráulicos , de sus planicies de inundación, de los humedales que van quedando, de su flora autóctona, de sus aves y fauna.

En esa permanente tensión entre la permanencia y el cambio, deberíamos evitar perder memoria e identidad. Así como asumir que deberíamos fundar ideas y expectativas de desarrollo, con una visión integral de las partes que componen la relación rio- costa-ciudad-puerto… bajo determinados principios compartidos en el colectivo de los vecinos, como los son los aprobados por unanimidad en el llamado PLAN PAYSANDU.

Sin perder la escala humana, la escala de ciudad que somos.

También digo que está en nuestras manos hacer propuestas y planes maestros, acudiendo a nuestras capacidades locales y regionales, a nuestros profesionales en diversas disciplinas y a la sabiduría de la ciudadanía, para generar nuestro propio futuro. Son los mejores poseedores del conocimiento…..De ahí lo acertado de esta convocatoria

Concluimos compartiendo la visión del Cdor. Enrique Iglesias, en el sentido de que: “…..hay múltiples aspectos de la cultura de cada pueblo que pueden favorecer su desarrollo económico y social, es preciso descubrirlos, potenciarlos y apoyarse en ellos “

Fuente de la foto,  Visión Marítima

Por el Arq, Rubens Stagno Oberti
stagnor@netgate.com.uy

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