Las empresas más grandes de Europa restaron de sus ganancias más de 100.000 millones de euros como resultado de abandonar o reducir sus operaciones en Rusia, informa el Financial Times. El costo real es mayor, abunda. Casi dos tercios de las 609 empresas consultadas admitieron el duro golpe a las ganancias dado por los altos precios de la energía y las materias primas y las interrupciones en la cadena de suministro que siguieron a la agresión de Rusia de febrero 2022.
Otros efectos negativos estuvieron en los ataques cibernéticos, y en el alejamiento de los consumidores de los productos ambientalmente sostenibles para ahorrar dinero en un momento de inflación récord.
El grupo holandés de supermercados Ahold Delhaize declaró tener “costos crecientes en toda la cadena de valor, retrasos en la cadena de suministro y escasez de mano de obra”, que afectaron “las valoraciones del balance, los resultados y el flujo de caja. El aumento de las tasas de interés afecta principalmente a los pasivos por arrendamiento, las obligaciones de pensiones y la provisión de autoseguro de la Compañía. Y el aumento de los precios aumenta la presión sobre los márgenes de beneficio”.
El efecto negativo de la guerra en Ucrania se mostró también en empresas con poca o ninguna relación comercial con Rusia, lo que se ejemplificó con un aumento de 3.000 millones de euros en costos de energía y materia prima en una empresa, de 75 millones de dólares en costos de energía para una compañía de telecomunicaciones, y la estimación de una compañía aérea de que este año perderá dos millones de pasajeros. Para el diario, “ está claro que el impacto de la agresión de Rusia en muchas empresas europeas será más profundo y duradero que los costos de abandonar lo que era un mercado relativamente pequeño. Rusia representaba solo el 3% de la facturación global de las empresas extranjeras presentes en el país antes de la guerra, según la Escuela de Economía de Kiev. Sin embargo, ya sea que un negocio estuviera presente en Rusia o no, muchos ahora se están preparando para la volatilidad e incertidumbre a largo plazo”
A su vez, el conflicto con Rusia plantea la necesidad de una administración mucho más flexible y ágil, plantea incertidumbre sobre los riesgos en otros mercados y aporta “imprevisibilidad y volatilidad” al futuro inmediato.
La exposición de las empresas a la desvalorización de sus marcas es un riesgo agregado. El valor de la marca es, en casi todos los casos, mayor que cualquier activo que puedan tener en Rusia. Consultoras de riesgo se plantean hoy los riesgos de que sus productos sean asociados a la imagen pública de notoriedades rusas y de su fuerza militar. Y haber dejado de abastecer el mercado ruso no impide que marcas emblemáticas sigan en vidrieras rusas y en la imagen pública de figuras sociales y militares. El socio de la consultora estratégica Control Risk Nabi Abdullaev dijo al Financial Times que “si los medios se dan cuenta de que Putin usa un producto de marca occidental, el daño al valor de mercado de esa empresa puede ser mayor que sus activos rusos”.
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