El intercambio de mensajes entre Xi Xinping y Vladimir Putin con el que culminó la visita de Estado de éste en mayo permite deducir elementos de peso en las relaciones internacionales, y en definitiva abren camino hacia más avances en la relación.
Sin desmedro de analizar lo dicho en su contexto, etc, algunas ideas expresadas pueden definir caminos en común. Así, Xi dijo:
* «La idea de amistad se ha arraigado profundamente en nuestra forma de pensar.» El conflicto sino soviético, que empezó en 1954 y en 1969 llevó al enfrentamiento armado, está por lo tanto superado. Para la política china, reafirmarlo es enterrarlo.
Ahora, el futuro es «nuevas formas de construir vínculos entre Estados de un nuevo tipo y trabajar juntos como dos grandes potencias vecinas». Ya no son aquellos Estados, y ahora ambos son llamados ‘grandes potencias’ por Xi, algo que Putin sin duda agradece.
* Xi define cinco principios para las relaciones, y el primero es «demostrar respeto mutuo y compromiso firme de apoyarse mutuamente en asuntos relacionados con los intereses fundamentales de ambas partes», basándose «en los principios de respeto e igualdad». Que Rusia sea considerada a la par de China es miel, sin duda, para Putin. Y además «apoyo mutuo y decidido en asuntos relacionados con los intereses fundamentales de ambas partes». ‘Decidido’ es un término importante en este lenguaje, en el sentido de que ya no hay que decidir. En contrapartida, se comprometen «a actuar con un espíritu de no alineación con cualquier bloque, rechazando la confrontación y absteniéndose de atacar a terceros países». No habrá, se puede colegir, extensión de la guerra de Ucrania a otras fronteras.
* «El segundo principio consiste en promover un enfoque en el que todos ganen para dar forma a una nueva arquitectura de cooperación mutuamente beneficiosa»; el pragmatismo definirá esa nueva armazón, con valores cercanos –si no propios– del capitalismo.
El comercio se multiplicó por 2,7 en la última década, afirman, y se proponen «apoyar las redes que promueven la investigación fundamental, (y) liberar nuestro potencial de cooperación en sectores de alta tecnología», lo cual es de primera importancia en relación a EEUU. Además, claro, «intensificar nuestra cooperación en cruces fronterizos, transporte y logística, y garantizar el funcionamiento estable de las cadenas mundiales de fabricación y suministro».
* El tercer principio es cultural, es ambicioso e implica creciente conocimiento del otro para las poblaciones, y un plan de trabajo «de cooperación humanitaria» hasta 2030, aunque no se especifica la razón de la fecha.
* El cuarto punto se refiere claramente a posiciones comunes en la política internacional, y su enunciación condiciona de hecho a las otras partes. «Debemos actuar con un espíritu de cooperación estratégica para encaminar las diversas visiones de la gobernanza global por el camino correcto. China y Rusia han estado defendiendo firmemente un sistema de relaciones internacionales centrado en la ONU, y un orden internacional basado en el derecho internacional. Hemos estado coordinando nuestras posiciones dentro de plataformas multilaterales como las Naciones Unidas, APEC y el G20 para promover el surgimiento de un mundo multipolar y una globalización económica basada en un multilateralismo genuino.»
Además, «expresamos nuestro firme compromiso de trabajar juntos en el contexto de la presidencia de Rusia en los BRICS este año y cuando China asuma la presidencia de la OCS (China, Rusia, Kazajistan, Kirguistán) en la segunda mitad del año, forjando una asociación de alto nivel integral, estrechamente unida, orientada a resultados e inclusiva para unir al Sur Global y hacerlo más fuerte.» Por supuesto, este planteo reafirma anteriores y confirma el camino abierto para nuevos protagonistas de la política internacional, como Brasil.
* El quinto principio propone «promover una solución política para los puntos conflictivos en aras de la verdad y la justicia. El mundo de hoy todavía está plagado de mentalidad de Guerra Fría. Las aspiraciones de asegurar una hegemonía unilateral, una confrontación basada en bloques y una política de poder plantean una amenaza directa a la paz y la seguridad de todos los países del mundo». Alejarse de la mentalidad de ‘guerra fría’ es dejar de lado la política de bloques con la que en particular EEUU y en distinto grado sectores del llamado occidente vienen leyendo la globalidad internacional. En primera instancia, se diría que es una propuesta ilusoria, porque EEUU no tiene otra manera de ver las cosas. Pero es andando que se hace camino.
En ese contexto, «solución inmediata al conflicto palestino-israelí y resolver la cuestión palestina sobre la base de la solución de dos Estados y de conformidad con la resolución de la ONU». Y ambos «creen» que «la crisis de Ucrania debe resolverse por medios políticos», y a continuación se hace una afirmación contradictoria en sí: «respetando la soberanía estatal y la integridad territorial de todos los países, teniendo en cuenta al mismo tiempo sus preocupaciones razonables de seguridad.»
Por su parte, Putin jugó al pie, como se dice en criollo. Más diálogo, sincronizar relojes, gracias por «haber creado un ambiente amistoso y cálido y una atmósfera pragmática, empresarial y constructiva que es buena para trabajar». Y más pragmatismo: «Ciertamente, la interacción comercial y de inversión fue un punto central durante nuestras conversaciones, considerando la posición prominente de China como principal socio comercial exterior de Rusia», y «el 90% de las transacciones comerciales ruso-chinas fueron en rublo y yuan».
El punto central de las conversaciones fue para Rusia que «se discutió extensamente sobre la cooperación en el sector energético en rápida evolución. Este ámbito sigue siendo una de nuestras prioridades clave y tenemos planes concretos para mejorar la cooperación en proyectos relacionados con la energía». Y esto «se extiende más allá de los hidrocarburos para abarcar el uso pacífico de la energía nuclear», y se nombran proyectos de construccion de centrales en los que, se infiere, comparten tecnología.
Y también encuentra Putin espacio, ya al final de sus palabras, para proclamar una posición de avanzada. «Además, con la participación de Rusia, se ha construido en China una instalación experimental de neutrones rápidos y se está trabajando en la construcción de un nuevo reactor rápido de demostración».
«Con el apoyo de socios chinos, está en marcha la construcción del complejo acelerador NICA en Dubna, cerca de Moscú, basado en el Instituto Conjunto de Investigación Nuclear. Los experimentos realizados en este colisionador allanarán el camino para megaproyectos científicos innovadores que superarán las capacidades de cualquier país del mundo».
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