Si Uruguay se retira del Mercosur, sería suicida

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Entrevista al diputado Roberto Conde

Dr. Luis Alberto Lacalle: «El Parlamento del Mercosur,
el año que viene para nosotros muere…”

– En las últimas horas, en los últimos días, el candidato del Partido Nacional, el Dr. Lacalle, ha dicho que de ser gobierno el año que viene, ya abandonaría el Parlasur, el Parlamento del MERCOSUR. A usted, como uno de los integrantes de este Parlamento ¿Qué reflexión le merece?.

– En este planteo hay cuestiones formales y cuestiones políticas, El Parlamento del Mercosur está creado por ley y la delegación de 18 parlamentarios uruguayos que integra el Parlamento del Mercosur, es una Comisión Especial de la Asamblea General. De modo que para que Uruguay pueda retirarse del Parlamento del Mercosur tiene que derogar la ley y, la Asamblea General, tiene que derogar la Comisión. Para eso se necesitan las mayorías parlamentarias correspondientes y mayorías absolutas en el parlamento. De modo que, la primera precisión que quiero hacer, es que cualquier presidente que quiera tocar el Parlamento del Mercosur, deberá tener las mayorías absolutas en el parlamento nacional. Y veremos si eso es posible o no de acuerdo al resultado parlamentario de las elecciones del 25 de octubre.

En segundo lugar, la cuestión política radica en que el Dr. Lacalle se opone a cualquier otro tipo de integración que no sea la integración comercial. Incluso, él preferiría – de acuerdo al pensamiento de los principales economistas neoliberales del país – que el Mercosur se limitara a una Zona de Libre Comercio, tal como fue concebido originalmente. No concebido, porque – en realidad – la idea original apuntaba a un Mercado Común, pero los instrumentos que se crearon en 1991, eran apenas aptos para una Zona de Libre Comercio. De modo que – en las declaraciones – se quería ir más allá de una Zona de Libre Comercio, pero en la instrumentación, no. Esto fue una característica propia del marco neoliberal en que el Mercosur fue concebido. El Dr. Lacalle se mantiene fiel a esa idea original. Incluso, ni siquiera asume un compromiso claro con la constitución de una Unión Aduanera, que – tengo la impresión – que para Uruguay sería un camino estratégico extraordinariamente importante para nuestro propio desarrollo nacional.

-¿Usted piensa que ésta es la causa por la cual al Dr. Lacalle, no le gusta el Parlamento del Mercosur?

– No, no es que no le guste el Parlamento del Mercosur. El tema es mucho más profundo. El Dr. Lacalle no quiere la integración. Vamos a ser claros en eso.

– Pero él es uno de los fundadores, ¿no?

– Insisto en la idea que estoy planteando. Fundar el Mercosur, con la idea de construir una Zona de Libre Comercio – que no es otra cosa que un mercado ampliado – para la expansión de las operaciones de los grandes capitales, es una idea de la integración. Nosotros tenemos otra idea de la integración. Esa idea de la integración – Zona de Libre Comercio – no tiene, necesariamente, por qué generar desarrollo para los países. Puede generar crecimiento, pero no genera desarrollo. Para que genere desarrollo se necesita una integración mucho más compleja, mucho más avanzada y mucho más institucionalizada y que se plantee, como objetivo, otras construcciones que vayan mucho más allá que la Zona de Libre Comercio. Porque la Zona de Libre Comercio, no es otra cosa que crear un escenario ampliado para la acumulación de capital y generar un crecimiento que – estratégicamente – no tiene porqué obedecer a ningún plan de desarrollo. Y esto es propio de la mentalidad neoliberal. Por eso al Dr. Lacalle y los neoliberales uruguayos y los que quedan en la región, no les interesa un plan estratégico de desarrollo basado en una integración compleja e institucionalmente avanzada y sólo se conforman con una Zona de Libre Comercio. Y como no les interesa este tipo de integración no les interesa el Parlamento, no les interesa el Tribunal, no les interesa la integración social, no les interesa la Unión Aduanera, no les interesa la Administración Aduanera Común, no les interesa ninguna otra cosa que la liberalización comercial. Este es el debate de fondo que hay en torno a la integración y el Dr. Lacalle, lo que hace, es tomar como símbolo el Parlamento porque – como los parlamentos están muy desprestigiados en el mundo – él utiliza el Parlamento para atacar la integración. Pero no es que ataque el Parlamento, lo que ataca es el modelo de integración.

– El Dr. Lacalle agrega otro elemento: dice que Uruguay no ha previsto los mecanismos electorales para elegir a los parlamentarios del Mercosur.

– Naturalmente eso es así. No es un descubrimiento del Dr. Lacalle. Los cuatro países tienen que elaborar las leyes electorales que les permitan elegir parlamentarios del Mercosur. Hasta el día de hoy, solamente Paraguay ha hecho una ley electoral que lo habilite. Y Uruguay – para hacer una ley electoral, entiendo yo – no sólo necesita dos tercios de votos en las Cámaras, como todas las leyes electorales nacionales – sino que hay un debate, incluso, de alcance constitucional, acerca de si es necesario o no transformar la Constitución para hacer una ley electoral de esta naturaleza. Nosotros creemos que no, pero hay otros juristas – fundamentalmente vinculados al Partido Nacional y al Partido Colorado – que creen que sí. De modo que este es un debate jurídico, de orden legal y – quizás – también de rango constitucional. Pero es un debate posterior al debate político. Primero hay que ponerse de acuerdo en qué modelo de integración queremos y – si las mayorías del país quieren un modelo de integración con Parlamento – luego hay que discutir la ley que permita la elección de los parlamentarios. Esa ley – claramente – al día de hoy, no existe.

– ¿El Uruguay podrá seguir como hasta ahora, integrando el Parlasur con parlamentarios de su Parlamento?

– No sabemos si eso es posible, porque el Protocolo Constitutivo del Parlamento del Mercosur establece que – a partir del 1° de enero de 2011 – los parlamentarios del Mercosur deben ser electos por los pueblos. Si los países no pueden cumplir ese objetivo establecido en el Protocolo Constitutivo del Parlamento, lo que hay que discutir es si el Parlamento va a desaparecer hasta que los pueblos puedan elegir sus parlamentarios, o si va a seguir existiendo con parlamentarios que – a su vez – sean nombrados por los parlamentos. Que sean integrantes de los parlamentos nacionales y que actúen como una Comisión nombrada por los parlamentos nacionales, como ocurre hoy en día.

– Efectivamente, ¿existe un riesgo de que el Parlamento – por estas situaciones que usted describe – en el 2011 deje de funcionar?

– Sí, salvo que Brasil y Argentina adopten las leyes – porque ellos ya lo están discutiendo – y organicen sus elecciones. Entonces, en ese caso, el único país que no las haría sería Uruguay, por lo cual el Parlamento podría seguir funcionando con parlamentarios electos pero sin representación de Uruguay.

– Usted ha hecho una experiencia en este primer Parlamento del Mercosur . ¿Qué balance hace?

– Mi balance es que como ensayo, ha sido un gran ensayo. Primero, ha confirmado la necesidad de un órgano político permanente y democrático de la integración, que no existe. La institucionalidad de la integración del Mercosur es una institucionalidad absolutamente inoperante e inservible para profundizar el proceso de integración mercosuriano y tiene que perfeccionarse en todos los campos: en materias administrativas, jurídicas y parlamentarias. De modo que el Parlamento del Mercosur ha demostrado unas posibilidades extraordinarias para discutir cuestiones sustanciales de la integración y para contribuir a la armonización jurídica de los derechos nacionales de los estados partes, pero todavía no ha alcanzado un nivel de eficacia política como para que pueda cumplir plenamente su papel. Ha sido un muy buen ensayo y ha – a mi juicio – confirmado la necesidad de insistir en la idea y de perfeccionarla, ¿no?

– En este momento, el Partido Nacional integra este Parlamento

– Si, hay 10 parlamentarios del Frente Amplio, 7 del Partido Nacional y uno del Partido Colorado.

– ¿Cómo ha sido la convivencia entre los uruguayos, en ese ámbito?

– Ha sido normal, aunque – normalmente – nosotros no votamos por posición nacional. En algunos temas los hemos votado por posición nacional, todos los partidos uruguayos han votado por una determinada cuestión por entender que hace al interés de Uruguay, al interés del país. Otras cuestiones las hemos votado como partido y en función de la visión internacional o geopolítica que tiene cada partido. Depende del tipo de cuestiones. Aquellas cuestiones que todos comprendemos que se vinculan de un modo inmediato al interés nacional, pueden ser votadas – y así ha ocurrido en algunos casos – como bancada nacional. Otras – que tiene que ver con el perfil político de cada partido – se votan de acuerdo a las posiciones de cada partido.

– Diputado, supongamos que es del Frente Amplio el gobierno que surge a partir del 25 de octubre. En ese caso – para usted – ¿Cuáles serían las prioridades – dentro del Mercosur – que debiera tener ese nuevo gobierno del Frente Amplio?

– Este ya es otro tema mucho más vasto que yo creo que hay que discutirlo – en primer lugar – con el compañero Presidente, con el compañero Vice-presidente, con quienes vayan a ser los candidatos a integrar el equipo político del Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero en el Programa del Frente Amplio lo que está previsto, como idea general, es la profundización del proceso de integración para buscar su perfeccionamiento. Es decir, la idea estratégica no es dar marcha atrás con la integración, sino perfeccionarla. Y – dentro de esa idea estratégica – habrá que definir luego el programa de negociación concreta, los equipos diplomáticos y la agenda.

– Los temas que refieren más estrictamente a la economía – que parecen ser, en el último período, los más conflictivos, por lo menos entre algunos de los integrantes del Mercosur– ¿ usted prevé eso como una necesidad de rediscutirse?

– Si, todo el capítulo de temas económicos tiene que ser reanalizado, porque allí hay asignaturas pendientes muy importantes, como le dije hoy: la constitución de la Unión Aduanera, la Administración Aduanera Común, la protocolización de las conductas de los Estados en lo que hace al uso de las políticas nacionales de incentivos – que son muchas veces – contrapuestas a las normas que deberían aplicarse como región, la aplicación – a veces es legal y a veces indebida – de barreras arancelarias, desarrollo de políticas de corrección y de reducción de asimetrías. En fin, hay una agenda en el campo comercial aduanero y en el campo económico y productivo extraordinariamente densa y cargada, que tiene que estar permanentemente arriba de la mesa, porque ese es uno de los caminos de perfeccionamiento de la integración. El otro campo grande de la agenda para este perfeccionamiento, es – sin lugar a ninguna duda – el campo institucional, incluyendo el perfeccionamiento del Parlamento y del Tribunal de Revisión. Otro gran campo –naturalmente – es el campo de la integración social, de la convivencia ciudadana, de los derechos civiles, de los derechos de previsión social, del enorme campo de cooperación – que ya está operativo en la región – para el intercambio de profesiones, de artes, inclusive el tránsito de las personas, las políticas fronterizas comunes. En fin, están allí arriba de la mesa las agendas, tanto en el panorama – como dije – aduanero, comercial y económico-productivo, así como en el panorama institucional y en el panorama social.

– Si Uruguay decidiera retirarse del Mercosur, ¿usted piensa que los demás países podrían continuar esta experiencia de integración?

– A ninguno de los países se le pasa por la cabeza dar marcha atrás con el proceso de integración porque un país se retire. Si Uruguay se retirara de la integración – cosa que ya ha sido anunciada como una posibilidad por el Partido Nacional – sería una política suicida. Uruguay se condenaría a un fracaso económico estrepitoso y a un aislamiento internacional gravísimo. Yo he dicho que esa postura del Partido Nacional es una postura totalmente irresponsable y aventurera. Fíjese que – entre otras cosas – ha sido ahora, la integración regional, la que nos ha permitido superar la crisis económica en la que nos encontramos. Las principales corrientes de inversión provienen de la región, las principales corrientes de comercio provienen de la región, los principales factores que nos permiten a nosotros equilibrar las balanzas de cuentas internacionales, provienen de la región, como el turismo, los flujos de depósitos, etc., etc. De modo que, un Uruguay aislado de la región, es un Uruguay condenado a un fracaso y a un estancamiento por décadas. Y – reitero – es una irresponsabilidad y un aventurerismo atreverse a plantear eso. Los propios empresarios nacionales tendrían que tener mucho cuidado cuando el Partido Nacional plantea una cuestión como ésta, porque el Mercosur es el principal comprador de valor agregado nacional, el principal abastecedor de insumos industriales para el desarrollo de la industria nacional. Es el que hoy está facilitando la expansión de grandes campos económicos como: la logística, las comunicaciones y el transporte. Y – naturalmente – es el gran proveedor de divisas a través del turismo. De modo que una política aventurera del Mercosur, en donde va a impactar de inmediato de un modo terriblemente negativo, va a ser – naturalmente – en el empresariado nacional. De modo que serían ellos mismos quienes tendrían que plantear un foco de alerta en esta cuestión, ¿no?

– ¿Queda algo que usted desee agregar a estas preguntas que yo le he hecho?

– Como resumen general, reitero la idea que en este tema, el rumbo estratégico general de de la política del Frente Amplio, no es el retroceso de la integración, sino el perfeccionamiento de la integración. Es decir, no estamos conformes con lo que se ha logrado pero, retroceder, sería un desastre para la nación. Entonces, el único camino, es trabajar, negociar, mejorar y perfeccionar el proceso.

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