/ Ante una multitud de decenas de miles de personas que llenaban el gigantesco Zócalo de la Ciudad de México y las calles circundantes, la presidenta Claudia Sheinbaum redobló su elegante desafío a Donald Trump, tras afirmar que México continuará con su política humanista.
Recordó Sheinbaum que los presidentes de ambos países colaboraron en muchas ocasiones: Abraham Lincoln con Benito Juárez, contra la invasión francesa; Franklin Roosevelt con Lázaro Cárdenas, quien nacionalizó el petróleo y completó la reforma agraria. Sin embargo, ante las amenazas de Trump de expulsar a millones de inmigrantes mexicanos e imponer aranceles prohibitivos a las exportaciones mexicanas, afirmó: “No vamos a volver al modelo neoliberal. [Con Estados Unidos], coordinamos, colaboramos, pero nunca nos someteremos”. La multitud la interrumpió a coro: “¡México! ¡México! ¡México!…»
Días antes, después de que Trump propusiera cambiar el nombre del Golfo de México, llamándolo Golfo Americano, Sheinbaum replicó: “El nombre está reconocido por la ONU pero, si cambiamos, podríamos rescatar los mapas antiguos y llamar a Estados Unidos América Mexicana. Suena bien, ¿no? A sólo 100 días de asumir el cargo, la gobernadora de 62 años, climatóloga nacida en el seno de una familia de intelectuales, fue activista estudiantil, se considera “hija de 1968” y adhirió al “populismo de izquierda” de su antecesor- se reafirma en la continuidad del legado de Andrés Manuel López Obrador (el “AMLO”) y, al mismo tiempo, transformarlo.
Esto sugiere una presencia mucho más activa en la escena internacional. Lo inauguró brillantemente, durante la Cumbre del G20, en Río. Aún más importante: indica que, ante la crisis de civilización y las expresiones de la ultraderecha, la izquierda no necesita acobardarse ni buscar refugio en un liberalismo moribundo. Puede buscar un nuevo proyecto, cuya base sea atender las demandas básicas de la mayoría y avanzar en la construcción de una nueva comunidad.
Enese sentido, su gobierno amplió el derecho a la jubilación para las personas mayores y discapacitadas que no podían cotizar a la Seguridad Social, aumentó el gasto público, en lugar de limitarlo con “ajustes fiscales”. Y gracias a ello, construirá 1 millón de viviendas asequibles, para quienes ganen hasta 3 salarios mínimos. También implementará en lo inmediato una estructura nacional de salud familiar, construirá seis nuevos campus universitarios y mantuvo las políticas que garantizaban un aumento real del 135% del salario mínimo desde 2018. Y hace unas semanas, en el Congreso se aprobó una ley que garantiza a los trabajadores de las empresas de plataforma derechos derechos como la seguridad social, el seguro de accidentes, pensiones, maternidad, vacaciones, participación en las utilidades de la empresa y aguinaldo.
En materia de infraestructura –que también implica aumentar el gasto público para asegurar mejores condiciones de vida– Sheinbaum anunció en el Zócalo la reanudación de los trenes de pasajeros, con tres nuevos ferrocarriles, que en parte serán construidos por batallones de ingenieros del ejército. Destacó las acciones para volver a hacer públicas las empresas petroleras y eléctricas. Y, como guinda del pastel, recordó que el próximo 1° de junio los mexicanos elegirán democráticamente, por primera vez en la historia, magistrados, magistradas y ministros de la Corte Suprema.
Antonio Martín
Diálogos do Sul
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